viernes, 15 de junio de 2007

Hadita en la ciudad ( homenaje al l. azul 10)

to little star n pabliki

Silencio
se oye el pulso del mundo como
nunca pálido
la tierra acaba de alumbrar un árbol.
Vicente Huidobro.
El suelo de esa ciudad tenía demasiado polvo. Para hadita eso era un problema. Su tamaño es muy pequeño y cuando los días son húmedos las alas suelen pesar y las arrastra. Los días húmedos mantener el vuelo y la sonrisa en alto resulta un puzle imposible para hadita.
Hadita andaba invisible por la ciudad. Estaba tan cansada que sin darse cuenta pisó una de sus alas y se cayó. Notó las puntas de plumas grises y mojadas.
Ya no quería más puzzles. Lleva mucho tiempo tratando de embonar las piezas. Tal vez se equivocaron al darle a ella ese rompecabezas. Rompecabezas, rompealmas. Desde luego alguna ficha ha encajado pero son más las que sobran. Ese día eran demasiadas las que sobraban. Vacíos. Estaba cansada de tanto hueco. ¿Porqué esa misión a ella?
Estaba lloviendo. ¿No decían que Junio allí era todo verano? Llovía, y hadita salió sin paraguas. Necesitaba sentirse en la naturaleza. En las metrópolis es difícil conectar con lo natural. Descalza por la acera. Deteniéndose en cada vitrina. Con la mirada del que sabe que no lo va a a encontrar. Pero hay que seguir buscándo. Llovía afuera. Llovía adentro.
Las gotas escurrían por sus rizos. Sus rizos que en días buenos son caireles.
La lluvia le había quitado la purpurina y el brillo estaba atrapado en las uñas de los pies. El rosa y el violeta se habían vuelto grises, grises blandos y oscuros.
Hadita se detuvo frente a otra vitrina. Mirába la pintura de Dalí y quería conocer a la chica de la ventana.
La dejaron sola en esa ciudad, entre humanos. No recordaba los destellos de las demás hadas. Cambió sus recuerdos por espectaculares de Loréal. Hadita pensaba que ya no quería ser hadita. Quería desencajar las alas y ser mujer. Tenía la mirada en la brillantina atrapada de sus pies.
Sintió una mano en el hombro. -No puede ser- pensó hadita- en esta dimensión nadie puede verme. La mano era fresca, olía a cereza.
Giró esperanzada.
Era ella, estaba allí: ¡La Gran Extreya! La mayor deidad de las hadas estaba frente a ella. Frente a hadita que siempre había sido hadita y que será hadita. Era verdad lo que decían; La Gran Extreya era alta y esbelta, las manos delgadas y vestía como humana de los 70's. Hadita no lo había creído cuando se lo contaron. Pero decían que todo tenía que ver con un enamoramiento en esa época. La Gran Extreya no venía sola. El maestro Makro Pablax estaba con ella.
Hadita estaba tan emocionadá. No podía respirar. La Gran Extreya miraba a hadita con tanta ternura que hadita casi lloró. Después la gran deidad sacó un pañuelo de estrellas y le limpió la carita a hadita. Le rocío purpurina por todo el cuerpo y le entregó una campanita.
A continuación, y en silencio, el maestro Makro Pablax sacó de su bolsillo una nariz de payaso y se la puso a hadita. Al instante los tres rieron. La Gran Extreya le dio un beso en la mejilla y susurró a su oído "Todavía no". Con estas palabras desaparecieron. Hadita sacudió sus alas, y limpia, salió corriendo a casa por sus zapatillas de algodón.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creer que hay entes que dicen no creer en hadas. Que bello texto. Una sonrisa sale de mi rostro.
Gracias por la visita...
Sigamos exparciendo polvos.

Lolita dijo...

hare lo posibleee se que puedooo.gracias por tu apoyo hadaa... no fallareee..............me embobaronn todos tusss textoss maravillosooos!

Anónimo dijo...

Gracias Mary Joe.¿Sabes? Ayer mismo oí una historia que decía que las gotitas de rocío que vemos por las mañanas sobre las hojas, son gotas de hadas que se han convertido en agua por no regresar a tiempo tras sus vuelos nocturnos.Pues bien, VUELA, de día y de noche, no temas. No te pongas límites.No te quites las alas ni la purpurina.Siempre habrá alguien contigo que te acerque un pañuelo de estrellas para que seques la lluvia de tu pelo. Y te prometo que si estoy cerca, contarás siempre conmigo. Cuídate...Y GRACIAS OTRA VEZ!!!

Anónimo dijo...

Las hadas tienen que seguir creyendo en ellas, sino el mundo serìa totalmente gris, no quiero ni imaginarlo.

Anónimo dijo...

ESTA POCA MADRE MIGUI FELICIDADES! SIGUE DANDO ESPERANZA CON TUS TEXTOS ESTAN CHINGONES IM SO PROUD OF YOU!!! YO NO SOY TAN ELEVADA PERO ME ENCANTO APLAUSOS
TE AMO
CANAPE