martes, 6 de noviembre de 2012

Un manual para no pensar

No es Madrid, no es Querétaro, no es D.F, no es Portugal, ni Toronto. Es este encuentro interminable. No importa dónde, seguramente en algún centro comercial, no hay lugar al que la vida me lleve tan repetidamente. Como un sartenazo en la cabeza, como cuando un elevador se descompone y te regresa al mismo piso, al 2, una y otra vez. Son los trayectos en el metro, autobuses, trenes, peceras. Las crudas, las borracheras. Los años que pasan y no han pasado porque yo sigo en el mismo punto. Nada más que con traje sastre y el pelo más largo. Es darme cuenta, de nuevo, que nada sirve y nada pasa, que es una estupidez despertarte para vender algo, algo como a ti mismo, que es lo primero que vendemos, eso y la idea de lo que creíamos que iba a ser el mundo.
Voy a quedarme seis horas aquí sentada. Esperando que alguien venga a mi, mejor esperando que no vengan, que me dejen dormir y pensar que el tiempo se está deteniendo sólo para que yo escriba en este papel, con este ardor en el estómago y la semiparalización de la piel de mi cara. En realidad todos estamos matándote tiempo. Esperando que pasen las seis u ocho horas, o las que sean, porque algún día va a acabar. Ojalá sea pronto. Ojalá ya no tenga que estar triste, ni confundida, ni disque esperándo, ni viendo a esta mujer que cree que vender maquillaje la vuelve  más sexy. Ojalá no tuviera que. Voy a esperar a que se pasen los minutos y ponerme a hablar con dios, con mi dios que no es Krishna ni el dios que dijo que existía que todo pasa por sus misteriosos designios, como un malo saboreándose el final de su travesura. Todo es por algo, todo pasa por algo, todo tiene un sentido, el mundo no sería lo mismo sin ti, todos tenemos una mision, si tuvieras fe como un granito de mostaza. Yo ya na'mas siento que alguien se está burlando de mi y apenas son las 12:22. Hoy no voy a ofrecer nada. Hoy no voy a vender. No voy a fingir que hago ni que me importa. Hoy voy a pasar frío y sueño en esta silla alta. Mientras mis pies huelen cada vez más mal, como a muerto, como a los muertos que traigo heridos en el pecho. Hoy nadamás voy a cubrir el módulo. Mediocre hasta su madre. 12:26. Amarillo como un punto de información. No le puedo decir a madre que casi vomito en la pecera porque empezará con lo de mi decadencia. Whatsapp de las amigas hablando de la boda, otra boda. Otro proyecto de sueño, no mio, que hay que compartir, para que NO SEAS RARA. Eso es lo que todos quieren y seguramente  sólo quieres llevar la contra. Yo no soy de aqui. Me enseñaron bien a estar bien, a no delirar cuando colapsas, a seguir trabajando cuando crasheas. No llorar en horario de trabajo. No gritar a medio centro comercial que TODO está...tonto. No leer tanto a Camus, ni a Sartre, ni a Shaw. Descansa con algún oriental y hazte un té relajante, de esas flores hippies que te gustan. Se normal, tomate tu tiempo, es una racha, todos pasamos por esto, es un proceso, es un duelo de mi propia muerte. "Buenas tardes.sí, es una tragedia que aqui no haya Apple". Otra vez voy al baño. 12:37. Acompañar a Gerardo porque él encontró la respuesta, o tal vez encontró la pregunta. Tengo frío mamá.
El aire caliente no salió, aunque la etiqueta dice showing de power. Voy a ofrecer algo, ya me remordió la conciencia, a la una. 12:44. ¿El cine?¿Las maquinitas? Punto de información. Eson no es lo que debo hacer, pero lo prefiero. Tener a bebé Rocamadour en mis brazos, la noche en la que la Maga lo dejó morir, seguro por pacheca o por cansancio. Lo tocan, está muerto, se callan, me callo y sigue la borrachera. Mañana, crudos, lo enterramos. Un bebé cabe en cualquier hoyo, una muerte ¿dónde? ¿Game planet? No sé pero qué ironía de nombre. Los publicistas sí saben. Ya saben. Nosotros no. Tengo el frío colado. ¿seré yo? Como que soy un cementerio, uno sin cempasuchil, me hace mal a la migraña. Todo el mundo pregunta por Forever 21. Es el nombre... publicistas. 12:52. Ayer bailé mucho, y reí, como si no sintiera-pensara todo lo que traigo. La cara de póker que dice mi abuela, la buena comida y el lujo de hotel. Es importante no sentirse pobre. Lo dice El secreto. El secreto a voces de las señoras frustradas, por cualquier cosa, los maridos son una buena razón y una opción. Un manukal para no pensar tanto. 10 razones para no pensar. 12:56. Emite vibra positiva para que no te cargue el payaso. Atraes lo que eres. Eres lo que temes. No somos porque somos de otro. Nadie va a pasar por mi. El sueño de Olga. Se maquillan para ellas mismas. Las divide un espejo. Pobres. No pobretear a la gente. Morirse de resaca. Esto no es cruda es depresion. El principio de una novela, la más depresiva que escriba. Mi única novela. ¡Qué bonita se veía La Novia! La Novia, sin nombre propio, ella es La novia. Qué curioso se piensa. No es cruda, tal vez cansancio. Mi jefe dice que él no paga por estatuas. Si me viera. Si escribo no soy estarua, soy como una buróctrata escribiendo en horario laboral. Se me acaba la hoja. Pedirle otra a la de perfumería. 13:14. Toma muchos líquidos. Ya no tengo dinero. Se siguen pintando.
Tengo que seguir en un ticket. Ya
no tiene hojas. Un ticket vacío
un ticket sin precio. Un ticket
vendiendo que no vendo escri-
bo en un ticket vacío.
Game planet. La vida vuelve a
darme con su ironía. 13:24
Ya ofrecí. "No gracias"
Vuelvo a sentarme, gracias a
ustedes por recordarme que no quiero
hacerlo, no hoy. Whatsapp
"conectando" ¿con quién?
Me duele hablar. Algo en mi
garganta. Ya cuatro días así.
En acupuntura dirían que es
el conflicto entre mente y
corazón. Sería muda.
Quiero ir a Sears. Pues vaya.
¿Qué forma es esa de pregun-
tar? ¿Información o cumplidora
de deseos? Vender. Solo yo
entiendo lo que escribo. Nadie
leerá mi novela. Algún preten-
diente para hacer que le
intereso. Manoletinas, pantalones
de tubo y pelo suelto semilacio
una, dos, tres, cuatro...diezyocho
Todas iguales.
Somos de El bajío. El bajío
mundo. La gente no ve al de la
limpieza. Pisando el suelo que
limpia. Limpiar el suelo pisado.
Los pasos ensucian. No me pagan
por escribir. 13:41. 13:43 Los
pelos se entierran. Hay que estarse
depilando siempre. Esos sombreritos
de los judíos ¿cómo no se les
caen? ¿pasadores? Debí llevar
pasadores a la boda. Mi
pelo se despeinó. Este trabajo
me hace daño. 13:51. Nadie va
a pasar por mi. Un papá que ya
no se asombra con la vida de
su hija. Todo nos cansa. 13:58.
Mujeres dispuestas a ser objeto,
luego nos quejamos. Domingo de
shopping, dicen. Domingo de
mierda, digo. Ir al baño cada
hora. Como en la escuela.
Mear para evadir. Mear también es
una manera de matar al tiempo.
Verme la axila a media
plaza, ver si tengo pelos. Muy
poco protocolario. Tú tienes que
ir a la gente, la gente no viene
a ti. 14:12. Ni un sólo cliente.
...........................................
..........................................
15:58. Vuelvo de mi descanso.
Descansar de escribir y
de dar sonrisas e información.
Casi me duermo en el Food
court. Dormir en el Food court.
Decadencia. Seguro me
corren. Atento a la imagen. 
Yo soy la imagen. Vinieron a mi.
una venta, una presa más.
"Deposite su crédito en mi que
yo me lo acabaré y usted
se sentirá feliz de ser parte
de nosotros". Les vendo status.
Yo, de 1.50, vendo status. 
Game planet. Fui a enfer-
mería. Cuatro pastillas. Ahora
vuelvo a sonreir y a levantar-
me. Falté a mi promesa. 6 horas
sentada. Falta una. Dormir.
Mi cuarto, congal de putas.
El ritmo de mis ideas cambió.
En este momento no me
quiero morir. No se puede. ¿A
dónde pasa el que muere?
¿por dónde pasea el que vive?
No llegar cruda al trabajo. SER
NORMAL.Comer frutas y verduras.
No discriminar a los gordos
ni a las gordas. Pensar antes
de hablar. Forever 21. Como
en Madrid los segundos 15.
16:10. La gente pregunta por lo que
está en sus narices. Se me pasan rápido
los encandilamientos. Soy un sustituto
de azúcar. Que el novio de mi amiga
me diga cómo depilarme. Quitar lo
que irremediablemente vuelve a
nacer. Como desenamorarse. Hablar
descoloca el ritmo. Se pierde astucia
cuando se habla. La gente no
sabe por dónde entró. No es su
memoria, es que todo es lo mismo.
16:19. Gracias no es sí ni no. Me da
miedo volverme loca. Safarme. Me
da miedo el miedo. 16:22. Preguntan,
respondes, repiten tu respuesta. 16:33.
Faltan 27 minutos. 16:38. 16:40.¿Y si cuento
hasta 60 veinte veces? 16:44.16:47.
16:53.16:58. 17:00. ¡Soy libre!
¿de qué?







lunes, 15 de octubre de 2012

tan vacía tan vacía tan vacía, que siento que me estás poseyendo. Un arroz, dos huevos y la infertilidad del pasado comiendose al futuro.

jueves, 30 de agosto de 2012

no se lee antes de escribir

Saber que lo aprendido es una estupidez. Saber que hay marcos que no estan dispuestos a cubrirte del hielo. Que una y otra vez tu voz resuena desde dentro de mi  armario. Los zapatos que nunca me van a importar , sólo sirven para andar. Cien millones de algas picándome en el cuerpo, a ver si así me desfiguro, los desfiguros se llevan por dentro. La sociedad estúpida y poco comprensiva de lo que de verdad vale la pena, de lo que de verdad nos está matando, de lo que nos va a matar... mañana. No hay días de revistas ni chocolates de visceras. 
Un gigante alimentándose del último hígado de elefante. El susurro de una cucaracha antes de ser aplastada. Los miles de tambores que son los vientres al ser untados con arsénico. La muerte del insospechado. Los poemas que nadie leerá, nadie  más que Word. 
El tapíz ojalata del divorciado en ruinas, las dos columnas de salchichon que habítan  el pasado de mi bisabuelo. Pocas antenas que reciban lo que nos grita la aurora. Tu nombre que no significa nada junto al mio. Mi nombre que no significa. Todas las cosas nos significan. Yo significo la mitad de un vaso de leche con hielo. Como cuando dejé de bailar para convertirme en avispón. Hay tres doctoras intentando sacarle a todos el cerebro, yo observo, desde una veladora con la imagen de Pinochet. Mis versos se quedan perdidos en la dimension de donde medito, mis versos y los diálogos entre dos carpinteros que algo intentan decirme. Oigo la voz de una araña, araña amiga, araña maldita, araña babosa, en la orilla de mi cama, me dice "ya estuvo". Tanta quietud, tanto Monterroso y tanto Bolaño  enterrándome agujas en la vagina y en la mente. Un dios sin puesto ni coraje. Mis siete ganas de escribir una novela, las siete lágrimas que derramé por un hueso de pelvis, el siete como número rehabilitador.  Canciones de cuna en la esquina de una isla desierta. Bebés que arañan las paredes por un trozo de llanta. Mi niño que va a nacer muerto. El niño de todas las Yermas, de todos los Lorcas, de todos los que no quisieron ser Dalí. Una espina clavada que es mitad Grotosky mitad Cohelo. El no saber... no tener... no poder... no hacer. Fui la musa de un caballero, ahí cuando apenas iba saliendo mi pirmera pezuña. Fui la musa de un nadador cuando una gota volvió azul el pensamiento del agua. Soy la musa de mi dolor. 
Espías cubiertos de  pelos que sólo auguran el nacimiento de un nuevo partido. Partidos y medios y cuartos que no buscan más que el poder de los cocodrilos. El cuarto que no restauró la cuarta corona. Todos los sillones que guardan las fantasías de los abuelos, los abuelos calvos, los abuelos desertando, los abuelos que no son lo que dicen que fueron, que no fueron lo que dicen que son. Las casas abandonadas en mitad de la estrella, la bipolar. 
Mis pisadas llegando a ser las de un soldado. Un soldado alemán que vio cómo destrozaban a su mujer y a su hijo. Mi sueño de mujer de Juarez, mi sueño de espectadora. Convertida en un reality show. Bajando las escaleras del subsuelo, las escaleras movedizas, las escaleras burguesas que ahogan mis pensamientos, que me cubren de cemento para no ver la realidad. Los 108 muertos y desaparecidos por el capricho de un político, por el capricho de una bala, por el capricho de uno que nunca ha sido. 
Este afán de romper el viento y la voz y el revistero de un tatarabuelo. 

Allí, allí allíiiiiiii

domingo, 3 de junio de 2012

A Otto en su aniversario de mocoso

Mi gorda llegó un día entre flores amarillas, se abrió paso en Tlatelolco y paso directito al centro de mi corazón y mi vientre.
Mi gorda  se conectó conmigo fingiendo ser una virgen y yo postrándome a sus pies.
Mi gorda desde el principio se puso un turbante en la cabeza, ya con eso me conquistó.
Mi gorda vino a casa y comió mi spaguetti, el que yo pensaba había hecho con amor, mi gorda se bañó y se sentó frente a mi sobrino, a observarlo, mientras yo iba de casting.
Mi gorda y yo nos juntábamos a la hora de la comida a imitar a cada uno de nuestros compañeros.
Mi gorda y yo comenzamos a bailar champagna juntos, y luego nos unimos con unos ocho.
Mi gorda y yo vemos Niña repelente mientras comemos lechera a cucharadas en un recipiente de Alpura.
Mi gorda aceptó que le dijera gorda quinceañera bulímica a pesar de ser un hombre de veintitres, hoy veinticuatro.
Mi gorda se burló de mi falta de culo bajo el brazo del otro norteño.
Mi gorda se forma 4 horas antes para una función y yo namas llegó con su torta de huevo.
Mi gorda y yo somos andaluces de corazón.
Mi gorda y yo cantamos Bebe y Carla Morrison y Fey y Vaselina y Lupita D'lessio y todas las canciones poperas mexicanas sin que nos de pena, cantamos y gritamos y bailamos así en las plazas y en los pasillos.
Mi gorda escucha todas mis historias y se involucra tanto que hasta es ya de la Asunción.
Mi gorda pinta un árbol en mi pared y mientras duermo se dedica a las lágrimitas rosas. Mi gorda pinta mientras yo le leo a Sara Kane o a cualquier "poeta" queretano.
Mi gorda no se cansa de mi, aunque le hable un chingo y le cante gordi, gordi, gordi en público.
Mi gorda finge ser gay para que yo pueda ligar.
Mi gorda y yo leemos teatro los lunes por la tarde. Mi gorda hace a la mejor Lola de El amor de las luciérnagas.
Mi gorda y yo vamos al teatro y a las conferencias y al salir pasamos horas imitando lo mal que lo hacen algunos actores.
Mi gorda se aprende todo lo que escucha y después pasa horas repitiendo lo que le gusta.
Mi gorda lloró cuando me vio llorar, no por mi, por él.
Mi gorda y yo soñamos con Madrid y con los grandes teatros en colores rosiazules.
Mi gorda y yo vamos a manifestaciones en las que no nos enteramos de nada, pero estamos ahí.
Mi gorda y yo somos 132
Mi gorda me ayuda a vestirme y me dice qué ponerme para ligar a cada quién.
Mi gorda no me deja cooperar en su pintura porque pinto fatal.
Mi gorda me llama niña de la pradera, beatriz paredes y señora priista queretana.
Mi gorda llora cuando escucha un buen poema.
Mi gorda me ha abrazado una vez y yo casi le tomo foto.
Mi gorda se volvió Ulises Lezama cuando yo era María Font.
Mi gorda y yo hablamos horas por teléfono mientras mi planta se muere y revive al ritmo de nuestras desemociones.
Mi gorda no me ve el escote y por eso mi madre cree que es homosexual.
Mi gorda entiende mis relaciones mejor que yo.
Mi gorda lee todo lo que le doy, excepto a Chéjov, dice que se confunde.
Mi gorda y yo somos él en ella y ella en él. Así víboras, así chismosas, así poetas, así bailarines, así hipsters, así fantoches, así burgueses, así extranjeros, así del norte, así del sur, así de religiones, así confundidos, así buscándole, buscándole.
Mi gorda y yo es lo mejor que me pudo haber pasado en la Capital.

sábado, 28 de abril de 2012

Al Gran Gerathinsky.

Adorado Geratho:

   He aqui Mikaela escribiendo en tu honor, escribiéndote a ti y a mi para los dos, para los tres y para cuantos seas ahora ¿Crees que se pueda ir a una boda con estos ojos, con éstos párpados y esta inestabilidad de pasar de la paz al llanto incansable en trayectos de tiempo más cortos que el vuelo de una abeja de flor en flor?

Te andas yendo así namás por que sí, para mostrarnos a todos, una vez más que la vida es un juego. Que esto es tu juego y en los juegos que UNO inventa UNO decide.
No voy a decir esto de "te fuiste sin decir adiós" porque mentiría, lo sabes tú y lo se yo y lo saben hasta los chorros de agua que caen por la ventana y por nuestros ojos. Cada encuentro contigo era un gran saludo y una estrepitosa despedida.
Te andas yendo, ratón del campo, a divertirte en otras dimensiones, a hacer fábulas de tu vida en la tierra con otros seres. A enamorarte cada segundo de un ave diferente. Así namás para decirnos "yo ya ando bailando a otra velocidad y ustedes no".

Ando aquí, entre unos y otros y bien sola. Tú siempre anduviste entre los unos y no había otros. Nunca hubo otros para ti. Namás tú y los unos. Yo no paro de pensar en tus palabras en tus "somos espejos, yo soy tú, si yo cáncer tú cáncer, si tú ríes yo río, si tú Madrid yo Madrid"  y pienso que si yo ahora soy tú y tú eres yo ¿dónde estamos? ¿ Multidimensionándonos? Esto suena terriblemente experimental, algo así como tu Pegaso del último cuento. ¿Dónde me coloco, dónde me estás colocando tú ahora? Ahora cambias el rol y soy yo quién está entre la espada y la pared, como yo te ponía. Es así. Por eso me llamabas mujer ángel, porque ya planeabas que te acompañara. Tendrás que esperar un poco a que termine el curso de chamanismo y te alcanzo en forma de ave, o de insecto, lo que más nos convenga para el siguiente viaje.

Te andas yendo a bailar con cada estrella, con cada hada y cada medusa que encuentres en tu camino, Pintando murales en la luna y en el planeta que se estrellará con la Tierra,  les leerás a Pinter y a Bachelor para que no te entiendan nada y sigan pensando, en todas las dimensiones que eres único.

Ando aqui entre los unos y otros y bien sola, recordando que la primera vez que supe de ti fue porque un cuento tuyo llegó a las manos de los unos, un cuento que ellos no podían dejar de leer con la boca abierta y que yo no entendí un carajo, y luego te conocí y pensé que estabas enamorado de uno de los unos, y te vi mirarlo y admirarlo, no entendía que tú, entre todos, contemplabas la belleza mucho más arriesgadamente que cualquiera, porque lo bello hay que contemplarlo sin miedo, hay que bailarlo, pintarlo y besarlo, como tú lo hacías.
Ando aquí, entre los unos y los otros, sola, tomando un café, uno muy malo y me acuerdo que cuando volví te encontraba en todos los caminos y todos los caminos nos encontraban, los cafés y los callejones y las fuentes y ya las últimas veces reíamos porque el destino nos quería reunir a escondidas. Bailé contigo recuerdas? Bajo una luna llena en una burbuja de marigüana, con un vestido azul de lazos blancos al ritmo de una banda indie en vivo y pensamos que nuestra química para bailar uno con el ritmo del otro nos estaba llevando a esa luna, igual los hilos-cadenas nos volvieron a bajar y nos despedimos con la sonrisa colgante en las palmas de las manos.

Te andas yendo así namás, con la historia de tus sombreros, a deshacer las casas de los demás. Y mientras UNO-UNA aquí. Como cuando  a los diecisiete te mentimos diciendo que para entrar al grupo tenías que bailar desnudo y estabas dispuesto a hacerlo aunque te temblaran las rodillas, como cuando lloraste porque pensabas que habías fracasado en las tablas y yo me acerqué a quitarte las lágrimas y sacarte del error. Así entre risas como cuando fuimos en la parte de atrás de la pick up de mi hermano a tomar cervezas y pervertir al sobrino. Así como el dibujo de Saúl Galo, el de la chica, el chico y los ratones bailarines que ha viajado por todas las puertas de mis baños, como lo pediste.

Ando aqui, entre yo y mi. Viéndote en tu visita a Madrid, en el Irish viendo el mundial, por Malasaña fascinadamente asustado por tu insignificancia del otro lado del charco, con tu cansancio entre Tribunal y Sol,  con tu tremendo terror hacia mi, con tu "Debería matarte ahora mismo, sabes demasiado de nosotros",  con tu adoración a los Unos y tu alegría al salir del teatro, a la caja negra a la que te llevé del otro lado.

Te andas yendo así namás, a plantar a otros, a asaltar a otros, a prometer murales y pinturas que sólo estarán en tu cabeza a comprometerte con cada astro para hacer obras de teatro que nunca llegarás a hacer, a recitar temblando en otros espacios. A jurar y perjurar que esta vez no fallas y fallarle a las mariposas de seis alas en su vuelo a la Antártida. A desesperar a las puertitas que encuentres en el camino con tus "una gran disculpa, no merezco más que el desprecio"

Ando aqui, entre yo y mi. Escuchando, de nuevo a Simone White y compañía, pensando en el té que ya no nos tomamos, no en Tierra, en el paseo por el río que te prometí, en la obra de teatro que nunca hicimos sobre un escenario, pensando en la novela que nuestras vidas  están escribiendo. Nuestras vidas y nuestras muertes, las continuas. En las fotos que no nos tomamos y en las que salimos soñando con la eterna amistad del carpintero y el burócrata.

Te andas yendo así namás, a no ponerte nervioso con mi hermana pequeña, a no querer robarle un beso de su boca de exmonja virgen. A no llamarnos "las hermanas gominolas". A no tener pesadillas con mi hermana mayor y en el espejo que ella representaba para ti. A adorar a otro güero terror, a pintar una nueva Ciudad Hermes, a robar la ropa de otro Magister y a barrer bailando con otro Fabio.

Te andas yendo y no te vas y  si tú no te vas yo no me voy, si tú sigues yo sigo, si tu lloras yo lloro, si tu pintas yo pinto. Espejeando.
Ando aqui entre tú y yo y mi y tú. Esperándo la nueva canción que vamos a bailar. Una canción entre lágrimas de alegría.  Queriéndote, posteandote, cantandote. Aqui en esta vida que tu llamaste "mezcla de una obra de Valle Inclán con el absurdo de Becket", con nuestro absurdo Gerathinsky, con el tuyo, el mío y el de los Unos y el de los otros. Con el absurdo que te estás montando para que nos echemos carcajadas de lo que es y fue.

martes, 10 de abril de 2012

La última vez que hice el amor

La última vez que hice el amor.
La última vez que hice el amor hacía dos horas que había salido del hospital. Había estado cuatro días internada. Mi cuerpo estaba invadido de ronchas que se volvían costra y luego se caían. El estómago se había convertido en mi peor enemigo. Alguien de mi familia me había encontrado tirada en el baño en la madrugada, berreando de dolor. Esa noche creí que no vería el sol. Aullaba del ardor en el estómago. Vomité durante siete horas, hasta que alguien más de mi familia tuvo la brillante idea de llevarme al hospital. Después de tres días en observación, observación parcial porque era semana santa y todos estaban de vacaciones. Las enfermeras subían cada cuatro horas a ver si mis ronchas habían mejorado, si ya no vomitaba, si seguía con diarrea. Total, que después de tres días así, conectada a sueros, me dieron de alta al ver que ya había mejorado. Alegaron que había sido el tequila, las micheladas, y las carnitas.
En realidad mejoré porque él llegó al hospital. Muchas horas tarde pero llegó. Estaba desesperado de verme en la cama, y apenas llevaba veinte minutos ahí, veinte minutos de las 36 horas que yo llevaba acostada, asustada, sin saber qué pasaba. Cuando vi que él estaba molesto de estar ahí, cuando vi sus ojos, cuando me dio la mano y se acostó en la cama de hospital para ser conmigo, me mejoré y alguna enfermera dijo que me podía ir a casa. Entonces recordé a mi tía cantándome a la hora de ingresar "all you need is love".
Así que volví a casa, en taxi porque él se perdió al salir del aparcamiento y desesperado me llamó diciendo que buscara un taxi y nos veíamos en casa porque ya se había estresado.
La última vez que hice el amor no hacían ni tres horas que había salido de ese hospital. Estaba débil, en mi cama y él se acercó a besarme. Yo vi sus ojos y le desabroché la camisa, la gris.
Él me dijo "estás enferma" y yo contesté "a mi, ninguna enfermedad va a detenerme para hacer el amor contigo".
Y menos mal que nada me detuvo porque fue la última vez. Recuerdo que dolió y que después me sentí más débil que antes.
Pasó mucho tiempo hasta que pude volver a acostarme con alguien más.
Sólo recuerdo que volvió a doler...

jueves, 5 de abril de 2012

Ojalá estuvieras aqui...

Uno, dos, tres. Las escaleras te esperan, eres tú la que no has llegado.
Había una postal pegada al refrigerador-nevera y algo que ya no estaba en mi.
A veces pienso que el jamón serrano me convertirá en camarero español.
Extraño las noches de sangría. Indudablemente. Así cuando los bares estaban llenos de gritos y servilletas en el suelo. Así cuando no importaba la profesión de nadie más que darte unos buenos besos e irte a casa contenta de que lo lograste.
¿Estás en algún lado en el que yo no esté?
Unos días las conversaciones sobre arte no son tan chistosas y los escritores se vuelven las personas más imbéciles que te has topado. ¿ Te has topado con alguien así? Me he topado con matemáticos locos que quieran llevarme a su cárcel. Pero así, de hacerte sentir menos namás por que sí. Yo ya no vuelo con cualquier papalote y eso se me había olvidado. Se me olvidaba que yo ya namás quiero ser feliz, estar tranquila y que las ambulancias dejen de sonar en mi cabeza.

Andas en el norte no? Yo en el sur. Estas con el amor. Tantas ganas me dan de verte así, enamorada, sonriendo, besando. Yo no. Yo pinto paredes, veo que pintan paredes, tomo vino tinto, hago ejercicio hasta matarme y estoy tranquila. Creo que nunca me has visto tranquila. No tengo problemas ¿sabes cómo? Así nomás, leyendo, bailando, corriendo caminando y riendo.

Ojalá estuvieras aqui...
Ojalá estuvieras aqui...
Ojalá estuvieras aqui...

Tengo tantas de verte reír. De oír cómo te burlas de mi y de mis tristes fracasos amorosos. Ahora soy yo la que fracaso. Bajo unas escaleras pero fracaso riéndome. Me río todos los días, de mi, de nosotros, de estos quesos interminables.
Hay días en los que se me llena la garganta. Es como si tuviera la manzana de Adán. Quiero abrazarte. Quiero sentir que estás. Quiero que te rías conmigo por las estupideces que he hecho y por las putadas que me han hecho. Quiero que estés conmigo.

Ojalá estuviera aqui...
Ojalá estuvieras aqui...
Ojalá estuvieramos aquí...

Hoy conocí a la novia de mi padre...

Ojalá estuvieras aquí...

Antier me desconocieron en el teatro...

Ojalá estuvieras aquí...

Hoy me dormí a las 2 de la tarde

Ojalá estuvieras aquí...

Hace 4 días volví a perder la virginidad.

Ojalá estuvieras aquí...

Mi pelo está invadido de canas.

Ojalá estuvieras aquí.. o tu hermana.


Nada más que te extraño de pies a cabeza...

Ojalá estuvieras...

jueves, 29 de marzo de 2012

Ser mujer

Dejarme ser mujer.
Empezaría por permitir que me digan Mujer y no enojarme, no sentir que es un adjetivo descalificativo.
Soñar, de nuevo, con un supuesto príncipe azul. Tirarme una tarde entera con cuatro mujeres más a ver películas de Jennifer Aniston comiendo helado de chocolate y que cuando la pantalla diga off sentir unas ganas terribles de tener una boca a quién besar.
Dejar que en las borracheras alguien me lleve a casa y no regresarme andando sola a las cuatro de la mañana, descalza, porque puedo.
Que me carguen. Poder quejarme cuando ya no aguanto, cuando veo todo muy difícil.
Llegar por las noches y pedir que me abracen, que me den un beso, que me llamen "chiquita".
Fantasear con el empresario que me va a mantener y me comprará una casa en la playa, para que yo ya no haga nada.
Importarme porque mi vestido combine con mis zapatos y la flor que llevo en el cabello.
Tardarme más de una hora y media arreglándome, probarme todos los vestidos que hay en mi armario y en el de mi roomie.
Dejar que me abran la puerta del coche, cuando suba y cuando baje.
No burlarme del que me deja del lado de la pared en la banqueta.
Llorar o enojarme porque un tipo me cachondeó en el metro, en vez de gritarle.
Cuidarme las uñas y los pies y las manos.
Desear que al volver a casa haya unas flores o unos chocolates, o una canción.
Enternecerme porque alguno me dice que quiere tener novia y no desconfiar inmediatamente.
Hacer dibujitos de corazones, escribir el nombre de alguien, quien sea, por toda mi habitación.
Escuchar Laura Pausini y Fey.
Llorar porque llueve y mi teléfono no ha sonado en todo el día.
Comprar un jabón especial para la cara y otro para el cuerpo y un líquido para antes de bañarte y otro para después.
Usar uñas postizas con alguna decoración en nácar, que es muy "nice".
Tomar martinis en vez de cagüamas.
Ir de compras a los centros comerciales, namás porque no hay nada qué hacer.
Soñar con una hijita, que lleve un nombre especial, un nombre que brille, ponerle vestidos hippies y dejarle el pelo suelto, revuelto.
Creer que el que me ame lo hará por siempre. Que no habrá otro como él. Que hay una media naranja, alguien esperándome.
Pensar que tanto corazón roto ha valido la pena. Por él, el que venga, que es el que será.
Sonrojarme cuando alguien me dice algo bonito, o tal vez creérmelo.

No sé. Serán los años cagüameando con tanto hombre. Igual el asco a las lágrimas rosas.
La caída una y otra vez después de soñar.
No sé por qué cuando tenía 4 años y vinieron los niños a robarnos el lunch, por qué todas se quedaron sentadas y yo fui tras de ellos, pero eran altos y no alcanzaba. Por eso les pegué en las espinillas, hasta que me lo dieran, por eso ellos me pegaron, contra el barandal y contra el suelo, en la cara, y en el estómago, y al siguiente día igual y otro día más. Hasta que pegarme se convirtió en el juego de los recreos, pegarme y yo pegarles.
Por eso cuando me cambiaron a una escuela de niñas y de monjas todo me parecía aburrido.

Por qué a los trece mientras todas se ponían diferentes vestidos yo quería aprender a andar en patineta, con mi gorra para atrás.
Por qué me convertí en la confidente de todos los enamorados de mis amigas y en su mejor amiga y en su hermano.
Por qué si me llaman para ir con 3 hombres a beber lo prefiero a ir con 3 mujeres a un café, casi siempre.

Ser mujer y sentir que se me va la vida si no encuentro el amor.
Soñar con un vestido blanco, largo y con mis sobrinitos siendo pajes.
Creer que a los sesenta habrá alguien a mi lado, alguien que no sea mi biblioteca.
Ser mujer y hacer una mueca cuando algún muchacho haga un albur, en vez de reírme y sacarle uno peor.
Despertar sólo para darle amor al que esté en mi vida. Sólo para respirar de él y no de mis sueños y mis logros.
Meterme a clases de manualidades y tal vez a pintar matroshkas.
Hacerme la depilación láser antes de comprar la colección entera de Murakami o de Hesse.
No rechazar las ganas de mandarle un mensaje a ese que ni contesta ni nada.
Aprender hawaiano en vez de parkour.
Decírle que sí al próximo que me diga que me case con él.

Dejar de confundir lo que es ser mujer con ser cursi y pomposa.
Sentir que mi cuerpo es mi templo y que no todos tienen que someterse a él.

Ser mujer de pies a cabeza de día y de noche sin dejar de ser yo.




miércoles, 28 de marzo de 2012

Y pensar que tenía que haberme despedido del provinciano con gorrito y una maleta verde-viejo, en un bazar de antigüedades, para darme cuenta que Francisco acaba de irse de mi vida. Qué bien se siente uno cuando deja de amar.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Las cosas que no haría si el temblor hubiera acabado conmigo.

Las cosas que no haría hecho si el temblor hubiera acabado conmigo.

Esta tarde no hubiera visto Drive con Chavira.
No hubiera pasado una tarde en la puerta del sol sentada con Otto inventando los pensamientos de los que caminan y bailando Bebe por Gran vía.
No me hubiera ido a Bielorusia un verano entero a aprender la lengua de ellos, de los de allá encontrándome al Vinuesa y decirle ¿Dios?
No le habría ganado la apuesta a Fabis de echarme a un guey en el antro antes que ella.
No hubiera esperado a Debby afuera de su trabajo en Paris para ir a tomarnos una coca light recordando a los amores de secundaria.
Diego Luna no me habría besado las piernas, en pantalla.
No me habría podido rapar.
No hubiera podido leer cien años de soledad en las alturas de una tetería.
No hubiera podido cantar en el Zócalo, a grito pelado, justo donde está la bandera.
No me habría llegado el momento de estudiar psicología con Eva y vivir juntas a los cincuenta en la aldea que nos sirvió de paraíso tantas veces.
No hubiera vivido en Nueva York y no hubiera conocido El Bolsón de la mano de Lilu.
No hubiera podido ridiculizar a Sergio y a Mimi en su boda.
No habría actuado una obra de Ricaño ni hubiera sido el personaje principal del Marques de Sade.
No hubiera visto a Lázaro Valiente en vivo.
No le habría podido decir al exnovio que me dejó por teléfono que tenía razón.
No habría ido al parque de atracciones con Boli y Piko y empaparnos de chocolate con agua.
No hubiera escrito mi obra maestra. Ni cantado la canción que me destapara las arterias.
Nunca habría tenido un iphone.
No hubiera sanado a nadie con mis poderes brujiles.
No hubiera escrito una obra con Antonio Rincon, ni hacer brujería con Sole, menos bailar mano a mano con Sandriux.
No descubriría la magia que Rafa descubre en los conciertos.
Me perdería de conocer a la primera novia formal del Chanclas.
De escuchar el concierto de mi Bebé en Bellas Artes.
De leer la primera novela de Gabrielito
De ver a la Nalfa en las portadas de la TVnovelas y Eres
De ver a Vaquero meter un gol con el Barza
De escuchar al Gordo gritar "ajuaa" en su primer caballo
De ver a Anita bailar flamenco frente a una bola de argentinos.
No hubiera visto a Piko morir en el Sahara aferrada a una estatuilla de Buda.

No sabría en qué terminó Hombres de Paco, ni Soy tu fan.
No hubiera escuchado a Wino quejarse por sus nueve meses de embarazo.
Me perdería de ver a Clara enamorarse locamente de una mujer, escritora, diez años mayor que ella.
Nunca habría podido viajar con Yara por todo Asia recolectando mis esferitas de cristal, bailando en cada bar en el que encontraramos a un musulmán.
Se me habría ido la tarde de tomar un café con leche de Olga, de hacerle cosquillas en los brazos y de escucharla reír como ornitorrinco.
Chavira no hubiera volado, o yo no lo hubiera visto.
No hubiera podido ser la primera actriz de Piero como primer director mexicano de cine.

El Pekas no me tendría a su lado cuando se convirtiera en el padrino de la mafia queretana.
No hubiera visto a Toño bailando bajo un régimen comunista, o quejándose de él.
me hubiera perdido de ver a mi mamá manejar su coche nuevo, el negro.
Me perdería de ver al Ponfi con el pelo verde leyendo a Bukowsky.

No vería a Evelina ser la reina de un table, haciendo performance con su doctor entachado.
Ni a Ana P sin sujetador citando a Jodorowsky antes de hacer una presentación sobre los derechos del hombre.
Ya no volvería a ver a Mono y a Klein bailar vaselina en el centro de la pista.
No hubiera leido a Mammet, ni a Miller, ni la tercera parte de 1q89, ni terminaría la divina comedia.
No me habría podido rapar.

Me perdería de ver a Lukiño con senos operados y alas de fuego. A Eva bailandole al rededor y a Esther y a Lucía verlos tomándose un Pacharán desde Praga.
La imagen de Ari haciendo un pastel gigante de caviar nunca se cumpliría.
No conocería al bebé de Guapo.
Nunca leería la novela de De Alba. Nunca la leeré.
Nunca habría tenido una hamaca en mi cuarto, ni una banquita de esas chiquitas de madera, ni los colibries de cristal.
No hubiera podido pasar otra noche entera abrazando a Piko, todo el tiempo.
No hubiera puesto el status más escandaloso de Facebook.
Ni ver a Giussepe en el circo de Kiev. O al Benja, porfin, transformado en mujer.
No hubiera visto a Lima llegar a ser senador, un senador ranchero.
Me perdería de ver a Pelón cantando Jeans, o Cristian Castro debajo de un puente, con tres vagabundos de colombia.

No hubiera podido volar con mis alas violetas. Ni entrar a la cámara nacional y reírme a carcajadas, o leerles un poema de la cubana sexosa, así en alto.
No hubiera besado a Pablito a su vuelta de Inglaterra.


Las cosas que no hubiera hecho.

domingo, 11 de marzo de 2012

a las 11 de un domingo

Salón de duela y espejos.
Más rápido, más rápido, toca la pared, la silla, levántate aplaude, escoge una dirección, la pared, más rápido, más rápido, la silla, siéntate, levántate, al suelo, al techo, escoge una dirección, más rápido ¡más rápido carajo! Lo hago todo, no pienso, actúo, cumplo ordenes. Sudar, pared, silla. No pienso. ¡Para, para, más lento! Escucha la música. Música experimental ¿esto a dónde lleva?
Camina, camino. Siento calor, es el calor el que me lleva allí, a los abrazos. Entonces los recuerdo, me abrazan todas ellas, todos ellos, todos los que me han abrazado. Los abrazos puros. Visualizo a cada uno y intento hacer que mi energía cruce el mar y vaya de regreso a ellos ¿eso se puede?
Voy con la amiga peliroja, con la casi china, con la argentina, la otra argentina, el amigo de los quince, la mujer del autobús, los alumnos de los campamentos, la maestra iraní, la amiga de jordania, la señora polaca, los hijos de la señora polaca, el patineto japonés, la cantante andaluza, el informático coreano, el regiomontano mientamadres.

Desde la cama.
¿Qué te gusta?
Si voy al ginecólogo y le digo. Querido me están saliendo cosas extrañas de la vagina, él me preguntará- ¿flujo, sangre, algo espeso?- yo le contestó- mire usted esta mañana me salió un lapiz y era bicolor, yo nunca usé esos lápices. Ayer por la noche salió un pintauñas fluorescente y hace dos días el celular que perdí a los 17 años.
¿Qué te gusta?
Supe que era mi celular por el tono de los back street boys.¿cree usted que es venérea? - creo que usted está enferma. - claro que lo estoy ¿para qué cree que vine? ¿para ver cómo sus pinzas de pollo sacan el árbol de mi vagina? vine a que me diga qué tengo.
¿Por qué te gusta?

Frente al ordenador.
- no puedo llamarte por tu nombre. Me asusta, él no nos deja, él dice que no importa pero sí que le importa. su mirada me asusta.
- ¿estás drogado?
- yo soy tu, somos actores, somos espejos, tú eres yo. Yo soy tus hermanas.
- ¿estás seguro que dejaste las drogas? ¿dónde estás?
- no soy como él, no soy tan maduro. Él no te olvida. Nosotros no te olvidamos. Tú alimentaste cuando él ya no podía más.
- se paciente tiene que demostrárselo a sí mismo. ¿porqué me hablas de esto? ¿porqué ahora?

Más abrazos, más abrazos. Camina lento, dirijete a la pared. Otro abrazo, me abraza. Este abrazo me está doliendo, duele, duele, quiero llorar. Respira la música, expira lo que te estorbe. Toco la pared. Cierra los ojos y desdibuja tu camino. Voy hacia atrás, a tientas. "Nadie te amará como yo". Entonces ese día de diciembre. sentada en la tina, con las luces apagadas, llorando sin diferenciar qué era la ducha y qué era yo. Abrazada a mis rodillas. "Nadie te amará como yo". Nadie me amará como él y yo acabo de dejarlo ir. Lo mandé en un vuelo lejos de mi. Lo pierdo porque quiero. ¿Y si era él? ¿si es él? "Me voy para que me extrañes, para que te des cuenta que soy yo, para que dejes de dudar, soy yo". Mis piernas tiemblan. ¿porqué ya no lo amo como antes?¿y si no vuelvo a amar? ¿a dónde carajos se fue ese sentimiento?

¿Y tengo que repetir por qué te gusta?
Porque es domingo y estoy pensando en él. No lo sé.
Dijiste que podría se cualquier hijo de gordito.
Puede ser cualquier hijo de gordito. Yo soy cualquier hija de morenito. Mientras daba la clase me miró. Vi esa mirada. La que he visto muchas veces y me da repele y en él me dio gusto. Me gustó. Miré mi cuaderno y sonreí. Sonreí ¿sabes lo que es eso siendo yo? Quiero decir siendo yo ahora.
Sé que nunca me imagino lo que te va a gustar.

- ¿llamas?
- Quería escucharte. ¿dónde estás?
-No lo se, mis padres queiren enviarme a un siquiatrico. Otra vez.
- No es tan mala idea.
- Él no te olvida, tienes que saberlo. Él no es nada sin ti. Tengo que decírselo a alguien.
- Han pasado 3 años. Esas cosas ya no importan.
- Me importan a mi. Hoy incendié su inauguración.
- Tenías que matar a tus padres.
- Si te presentaras tú también lo haría.
- Yo no quiero salir en los periódicos.
- Tú sólo quieres estar en nuestras memorias. Él me odia, a mi que soy su hijo, yo uso su ropa, yo río como él. Todo es culpa de ella.
- No cometas el mismo error que cometiste. Todos te queremos.
- Lo sé.
- Èl más. yo estoy en marzo del dosmil doce, ya no quiero seguir ahí.

Salgo de la ducha, me encierro en la habitación. Cierro las cortinas. Me apago. Pasan cinco horas y sigo llorando. Enciendo su celular, el que dejó sin darse cuenta. Del otro lado del mundo no le hace falta. Escucha la música, respirala. Pasos atrás. Todo como si fuera hoy. En el celular, mensajes a otras, a tres diferentes. Él, en el que más confiaba. No puedo enojarme. Yo lo arrojé allí, yo dejé de amarlo. Él dijo que él no podía estar con nadie más. Mentía. No lo jusguez. Es joven, tu lo llevaste allí. Duele ahora, cuatro años después. Camino hacia atrás. Lloro. Mintió. No se puede decir nada. Tú la única culpable. Lloro. Yo no lloro.

Querido doctor ¿qué pasa si me sale un pollo del pene, disculpe de la vagina, a veces me confundo? Querría usted explicarme porqué me duelen las pestañas antes de dormir. ¿por qué mis pezones se levantan cuando veo a un pordiosero?
¿Por qué te gusta?
nada más que estar en clase y ver cómo no la preparó. Ver cómo dice cualquier cosa para salir del paso. Ver cómo se levanta la manga derecha y se acaricia el hombro mientras alguien lee una espantosa obra.
¿Qué te gusta?
y me pide mi teléfono y ya se, sabe, sabemos que soy yo. La de este curso.
Me asomo a la ventana y él está allí, saliendo del taxi. Sin antecedentes. Sin ser una E X, soy... no sé que soy para él pero no soy EX y me asomo cuando él baja del taxi y me dan unas ganas tremendas de amarlo.
¿Qué te gustó?
Su gorro, su broncolin en la mano. Sus ganas de venir. Hace tanto que ya no...

-No puedo llamarte por tu nombre. Él no nos deja nombrate. Porque tu lo sabes. Sabes quién es él. Sabes que ahora es gordo y es maestro.
- No quiero hablar más de él. Quiero lo nuevo. Esto nunca para, ustedes están por todos lados atacándome. Como si él fuera lo mejor. Algo pasó y no lo fue. Paren con él.


Sigo hacia atrás. Los pasos se vuelven inseguros y yo sigo en esa habitación llorando porque él no fue lo que dijo que sería, pero tenía razón "nadie te va a amar como yo" Vuelvo al consiente. Él no era, y vino después el mejor amigo, y cómo lo quise. Vino la física y el negro y el publicista y el arquitecto y el músico y el cineasta y el piloto y el abogado. "nadie te va a amar como yo" y yo que no puedo quitarme esa frase de la cabeza. Y todos me amaron y yo amé a todos pero "nadie te va a amar como yo.

Las pastillas de la gripe, el té. Le leo a Chejóv y él duerme. Lo beso. Dice que estoy loca, que seguro soy una cabrona con los hombres ¿cómo debo ser? Digo que ya no escribo y él me besa la espalda. No es tan malo que dos soledades se encuentren en un centro cultural. Buscamos lo mismo desde otro punto. Yo tengo gripa para desintoxicarme y él para cansarse e instalarse.
¿Qué te gusta?
Me mira con ternura mientras le hago una mamada. No espera nada de mi porque piensa que soy mala. A veces me dan ganas de llorar cuando camino por Álvaro Obregón y es que es tan bonito. Detrás de las orejas le falta cabello y no me contesta los mensajes porque piensa que es su fama lo que me atrae... o algo parecido.
¿Cuándo te gustó?
Supe que la perdida era la misma y mis tazas se llenaron de plumas. Odia a Jodorowsky y todo lo que estoy aprendiendo. La diferencia hace el interés. Él me veía las tetas mientras yo miraba las manecillas del reloj para que se acabara su tortura.

- Te llamo por la tarde
- Quiero escuchar tu voz, quiero una voz.
- Mi voz puede ser tuya. Entiende que soy y estoy
- él te ama, sé que lo sabes.
- nunca lo olvido, arde hasta las pupilas. Yo ya no.
- Nosotros te amabamos. No podemos hacerlo más.
- ya me alejé. No tengan miedo.

Relaja, relaja, relaja. Sudo de la punta de la cabeza a los pies. ¿Por qué esto ahora? Leo sus mensajes y son ellas, las conozco o no. Se fractura algo en mi. Dos pasos atrás. Nadie somos lo que parecemos. Nadie somos lo que decimos. Las cortinas siguen cerradas y yo decido que en diez minutos me levantaré e iré a la escuela. Esto ya acabó. él ya no está. relaja , relaja y las gotas salen de mis ojos más allá de cualquier muerte.

Querido doctor. De mi vagina salió una mariposa negra. ¿Cree usted que estoy enferma?
¿Porqué te gusta?
No habla y creo que yo no le gusto demasiado. La pura curiosidad de mi flequillo y mi escote. ya son cinco años... escritores... me succiona el pezón como si no hubiera dos. ¿eso cuenta? Cuentan las veces que se sonó y que los espacios de mi cama no eran mios. Cuenta que ya no estoy donde ya no quería estar. Cuenta que hoy lo quiero ver y él ya va camino al mar y a los árboles de provincia.

-Siempre me gustó decirte Micaela.
- Tu ángel perdido.
- Mi caela.
- Ya no soy de ustedes.
- lo supe hace tiempo.



miércoles, 29 de febrero de 2012

que yo tambien

Que yo también me revolcaré en tus aguas para sentir el vacío de la mañana. El vacío de la tarde cuando ya no hay marihuana y todos los restaurantes quedan lejos, y todos los amores quedan lejos.
Que yo también esperaré a que enciendan una nueva película en la Warner y me devore un león al que conozco desde los cinco.
Estoy esperando a que se vuelvan a ir tus sueños y descubra mis oídos tras la puerta de tus padres. Como esperándo que vuelvan sin ti. Como cuando no vi tus pantalones sobre mi almohada y me recosté en tus axilas.
Que yo también sentí que no fue y que yo ya no seré de color pastel. Era una camelia la que nos estaba amarrando por la entrepierna. Como queriendo que nos fuéramos deshaciendo en el río.
Estoy esperando que haya luciérnagas en la nevera y chocolate en el refrigerador.
Como esperando que vuelvas a llamarme Dalila. Como cuando leyendo a Ovidio me di cuentade que todo estaba premeditado y me recosté en us axilas.

Que yo también esperaré a que todo esto se pase, se acabe y nos durmamos. Así para pasar el rato.

lunes, 20 de febrero de 2012

el taller

Vamos empezando. Que ni yo te rompí el cogote ni tú fuiste tan burladora.

Hay una obra, es de Ibsen, no de Beckett, no de Artaud. Así se van discutiendo los que saben que si uno transformó el lenguaje, no la retórica, no la moral. Uno ya ni entiende de qué estábamos hablando. ¿Aquí no íbamos a hablar de comedia?

Unas veces, él, el chico-chica, más chica que chico se sienta en la orilla de la mesa. Disimula que nos mira pero si sus ojos fueran brochas Picasso y Pollock se quedarían pendejos. Eh, que yo también se citar a gente importante. A mi me gusta su nariz. Me gusta que cuando habla derrama amor por el profesor y la única forma de acercarse a él es leerse enciclopedias teatrales enteras. De todas formas no logrará nada. Hay personas que ya tienen definida su sexualidad, como el color de sus calcetines o la pasta de dientes que usan.
Además al lado está ella, la otra, la intelectual, inocente con su pañoleta italiana atada al cuello. Fingiendo que no le interesa la clase, ni las caras, ni los colores. Hace que dibuja sin ganas, pero los dibujos también son de él.
Del otro lado la otra,otra, con sus gafas de sol, dentro de clase, no haré comentarios de lo que pienso sobre eso. Unas gafas tornasoladas, un gorrito con orejas y ojos y la boca rojo carmen, no carmín, carmen. Ella baila con las mejillas y las pantorrillas, baila por debajo de la mesa recordándole las noches de desnudos en los escenarios.

Yo me pregunto cómo debajo de un sombrerito de trovador, el hombresillo puede aguantar tanta presión. Será por eso que anda viendo el reloj cada quince minutos rogándole a cualquiera de las fuerzas que pasen las tres horas y todos nos vayamos a casa, que él se vaya al cine, solo, y se masturbe sin contar con ninguna de las 38 manos que lo están siguiendo.

Cuánta pena dan, a veces, los talleres de literatura.

miércoles, 15 de febrero de 2012

na'mas entre cuervos de sirenas

Igual andaba na'más chateando. Con el Windex de Mr Músculo a mi lado y a treinta centímetros 3 estrellas y el portaretratos vacío. En eso te apareces. Cuando el árbol azotó la ventana de la sala levanté la cabeza y ahí andabas tú. Como sirena de las que hablamos ayer, las de Goethe. Con tu cabezota y tus alitas de cuervo. Te asomas por la ventana y me dices:

-Tons qué? ¿ya estuvo?
Yo casi riéndome, ni sé por qué te digo:
- pss va a ser que no.
- ¿sigues en las mismas o qué morris?
- pus no en las mismas pero tampoco en otras v...
y me limité antes de que me cayera el zape del amigo. Prohibido hablar así. Es de cholos, dicen.

- Ya fue
me dices.
- ya se, desde hace un chingo. Pero no se quiere ir. Ando de necia.
- La neta ni estoy
- sí me enteré. Andabas lejos ¿no?
- Andaba de luto
- yo bien colorida y que me apago cuate.
- aquí ya no hay tomate
- na'mas se quedó el rojo de mi sangre.
-no empieces morris que luego te pones mariquilla

me río porque tus palabras son las mías y extraño un chingo escucharme en ti.

- tons ya lárgate
Te digo cogiendo el Windex y limpiando mi computadora. El árbol está a punto de partirse en dos. El árbol al que llamo princesa todas las mañanas. No el de la mesa.
- es que ni estoy y tu sigues rayando las paredes y las vitrinas
-¿me escuchas cuando te hablo de noche, cuando estoy bien peda?
- escucho tus uñas cuando te las pintas de rosa.
-sí, me dijeron
- esos gueyes son bien chismosas
- es que les gusto a todos
-¿ves?
-na'mas quiero castrar
-se sabe, pero no andas tan equivocada.
- ya me voy, tengo que comprar un traje sastre.
- tú ni sabes usarlo, pero te ves cagada.
- me veo como me dejaste.
Te doy una galleta y te digo:
-dásela a ella, a mi ya no me gustan.
- puras tonterías contigo
- puras babosadas, pero ya caéle

tus alas de cuervo se van ríendo. Otravez gastritis y esquinas negras.

-Chale- me digo- esto no se acaba nunca.