domingo, 18 de septiembre de 2011

eso dicen...

No tengo más que decir. Que tal vez tú seas el sujetador que no lavé para poder ponermelo cada vez que quería levantarme los senos.
Un día fuiste al cajero y cuando volví tus ojos no eran profundos, eran de apio y cebolla.
Ahora sales dejando las servilletas tiradas por los pasillos de los hoteles.
Estoy en casa, con ropa tendida por las sillas, las ventanas y el ventilador.
Rodeadas de visitas aromáticas con insomnio.

Tuve una experiencia con Ingrid Michaelson para que el domingo se aligerara. No me he depilado a falta de gana e intenciones desastrosas.
Cargaba con una fuente de duvalines. Mis rodillas ahora están en las montañas que un día subiré.
Sentía, soñaba que no me lastimabas. Fragancias rotas con naftalina.

La Bergman con sus frases de poeta desfasada. Once TV llevándome de la Roma a Coyoacán. Un poco de Facebook saturándome de información.

Sería cobarde quitarme la pijama y bailar con tus cinturones. Para no besar quesadillas de alquitrán. Un día ya no serás y yo seré.

Eso dicen..