sábado, 11 de abril de 2009

mientras te vistes

Han pasado los meses, y parece que son años. Me reconozco en todo, menos en lo que estoy. Tenía razó: la fragiliad del tiempo, de la memoria. El olido. En realidad que no existe pero se nos olvida. El olvido del olvido. La idea es utópica y sus labios son delicados. Los labios del futuro, esa boca inesperada que nos va succionando lentamente, hemos pasado de un espiral a otro y dificilmnte puedo reconocer esta vértice en otro tiempo-espacio. El tiempo es soleado pero hay nubes que están detrás, siempre a la espera de la siguiente caída. ¡Caigamonos! Tirémonos al suelo de rodillas, lancemos nuestras espaldas desde el onceabo piso y cuandose nos rompan los omóplatos soltemos l carcajada de la incoherancia. ¿Porqué permanecer marchando hacia la muerte? Escupamos colores con los dedos y hagamos que los espirales desenboquen en ríos sin vuelta.