sábado, 22 de septiembre de 2007

antes de que amanezca

Me despertaron. Sus gritos. Son las luces asesinas, que de noche en noche reprochan al mar no haber nacido más bello. Aúllaban desgarrándome los oídos y los pellejos de las uñas.
Pensé que nunca volvería a dormir. Aterrada, les grité para que callaran. Su ruido seguía aumentando mi trauma. Hasta que decidí hacer lo que hago siempre que no sé qué procede. Cantar. Empecé suavecito una canción de cuna, la voz me temblaba, casi transparente antes de despertar. Fui agitándo más el impulso, seguro serían las ganas de arrancárles la boca y triturarles las cutículas. Sin darme cuenta fue creciendo el volúmen y potente destruí las gafas del anciano. Mi canto llenó la habítación, salió por el corredor, la sala, la cocina, hasta llegar al mar. Tal vez fue la luna la que me olló y las ordenó callar. Quizá el mar me comprendió. Puede ser que las mismas luces asesinas se asustaron al escucharme. Callaron. Acabé la canción. Temblando me acurruqué de nuevo en la cama y volví a dormir.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

ellas

-Como ésas veces. Pasa que cuándo estás sola te sientes mejor persona que cuando estas acompañada.
- A mi no me pasa.
- Es la sensación de que convivir con la humanidad te contamina.
- ¿ No te sientes parte de?
- Al contrario. Exesivamente en ello. Mucho más que cualquiera. Compartir me perturba.
- Será que cuando madrugas ves el mundo diferente.
- Preferiría dormir más y madrugar menos. No siempre se es constante, ni bueno, ni flaco.
- Por eso agrandas tus centímetros con ironías
- No sé si lo estas afirmando. Asusta no querer compañía. Otras veces viene la temblorina. Sus olores regresan. Siento que voy a caer. Caigo en sus brazos.
- ¿ los?
- unos poetas, otros obreros y los transparentes que aún no cobran colores. Además yo agrando todo. Como la vez de los caballos destrozados.
- Olía a quemado. Dijiste, o escuché de tu boca.
- ¿ has sabido del chico de la chaqueta verde?
- Descansa de sus manos y los juegos mentales. Un día volvió y desapareció. Ella te contará como fue.

Pasa un avión.++++

-Alguien muere volando, otro enferma. Tú salivas palabras y yo corazonadas.
- Duerme para que cuando amanezca el rocío rellene tus huecos. Sonreirás sin flaquezas.


martes, 18 de septiembre de 2007

4 de 6 (3 acá)

Había estallado el movimiento. Las cosas empeorarían, o lo contrario. El punto es que no era momento.No pude evitarlo. Corría delante de ti. Escuchaba las sirenas. Los golpes, los gritos. Yo sólo pensaba (con la cabeza repleta de risas) que corría más rápido que tú. Puede ser que el libro te quitaba ligereza. O simplemente tu sedentarismo se reflejaba en la velocidad de tus pasos.
Fue ahí. Cuando vi la explosión en el cielo, todavía sin parar. La bomba sonó como yunque entró el deseo intenso de admirar una lluvia de fuegos artificiales juntos. Desde dónde fuera, alguna terraza, un coche, pero parar de correr, dejar de huír de algo a lo que nisiquiera sabíamos pertenecer.

Paré en seco. Miré tus manos, tú mis converse. Te tomé y giré en el primer callejón.
- ¿Tiene sentido la palabra república?
No contestaste nada. Pasmado, frente a la tiendita, nos soltamos a carcajadas. Compré unas chips chipotle te ofrecí una. Me robaste media bolsa.
Me dejé caer pegada a la pared. Mirando al cielo. Otra explosión.
Me seguiste.
- Diez meses siguiendo algo que no se que sea. Es para reírse.
Besaste mi mejilla. Ahí comenzó.