sábado, 8 de julio de 2023

Tu voz me dice (8/denosecuántas)

 Hoy es 8 y escribo la 8. Estos días los números se han manifestado constantemente. Yo de numerología, no se nada. Sólo sé que soy 7. Y que cuando ves dos números iguales seguidos, tienes que pedir un deseo. Números espejo, o algo así se llama. Me pasa seguido, pero yo creo que es porque mi ansiedad me hace ver el celular todo el tiempo, y siempre que enciendo, números espejo. 

Pareciera que a nosotres la tormenta nos llegó antes de que llegara. Debe ser Urano, pero bueno, une nunca debe de asegurarlo. Nunca sabes por dónde va a venir el golpe real, no se si real, o el más fuerte. El punto es que, de momento, pasaron los días densos, los de las dudas, los de los miedos, los de sufrir en vez de disfrutar. 

Ahora espero con ansia que sea la hora en la que me videollames para sonreír, para verte y sentir cómo se enciende mi piel, cómo las corrientes eléctricas atraviesan dodo mi cuerpo y la mandíbula explota en ternura cuando mueves la cabezita argumentando algo que según tú es muy importante. 

Me quedé, en la tornaboda, me quedé. Entramos juntes pero separades. Mis amigos, " la freshada" como les dicen ustedes, estaban en la entrada. A penas llegué, me tenían ya la bebida esperando.

- ¿Con quién vienes? me dijo Eldetodalavida

- Con todos

- Ya, mensa, ¿ a cuál te echaste?

Le conté de ti. 

-¿En serio?

- Sí ¿por?

- No sé, no se me imaginan.  ¿Ya te lo habías echado?

-Nop. Fue la primera. Recién estrenades.

-¿Y? ¿jala?

- De lujo. Diez puntos. 

- ¿Neta?  Bueno, igual siempre te gustaron medio nerds, medio drogadictos. 

- Te pedí una cerveza!

Me gritaste a unos metros de distancia.

Morí de amor. 

- Gracias, voy en un ratito.

Pasa que ya me habían pedido el Carajillo ¿o el Gin? No sé una de esas cosas que tomo con "la freshada" y que aprovecho su "caballerosidad".

-¿Entonces te veniste con los hipsters?

Preguntó otro. 

- ¿ Los hipsters?

Te señalaron a ti y a tus amigos. 

- Chicos, ellos no son hipsters.

- ¿Qué son?

- Drogadictos nomás. 

Soltamos la carcajada. 

Iba y venía entre ustedes y ellos.  Me sentaba unos minutos con unos, si me entretenía la plática me quedaba, si no, me iba. Me aburro rápido, te dije, al ir entrando a esa fiesta. Una frase que no te has podido sacar de la cabeza.  

Si las pláticas me aburren, conecto con la música, esté donde esté y comienzo a bailar. 

- Se me olvidaba que eras así. Dame las manos, necesito un poquito de tu energía, me dijo Eldetodalavida. 

Abrí mis dos manos, cogí sus dedos y le fui pasando descargas eléctricas. 

Es papá, pensaba, y vive en Querétaro. Debe estar casi muerto por dentro. 

Tú estabas dentro de la laguna. Yo había olvidado mi bikiny en casa de Sarita. Me senté a la orilla del muelle, cerquita de ti. Te di la mano, así como si fuéramos novies. Te hice cariños por el brazo, y el hombro, y el omoplato, hasta llegar a tu espalda. 

- Cariñitos y toda la cosa. 

Escuché una voz detrás.

- Se me hace que eres ascendende escorpio,

 le dije a Eldetodalavida. 

- Sientate con los hipsters, según tú, no muerden. 

Se sentó a mi lado. 

- No sé de qué hablar con ellos. 

me dijo en susurro

Te contamos de cuando trabajabamos juntes, o bueno, de cuando yo le ayudaba a trabajar. Yo seguía acariciándote y se sentía bien. Estar así, contigo. 

Algo pasó después que me fui al final del muelle con los otros y de lejos, te vi mirarme, vi, cómo me hacías el amor con la mirada, y me acordé que había prometido hacertelo yo a ti. 

Un par de veces te crucé yendo al baño, tú saliendo de él, te besé en los labios, así al pasar, para que no se te olvidara, que te seguía deseando. 

La fiesta se iba acabando y antes de que fuera a buscar cómo irme, vino tu amigo Eldesamorado.

- Ya conseguimos quién te lleve. Te vas con nosotros al after y escorpio te lleva después. Él va a donde tú vas. 

Me dolió el estómago, porque ese chico era el único que me había caído mal y sólo de pensar que iba a tener que viajar y hacerle la plática durante un rato  sentí el amargor. Pero mis ganas de volver a coger contigo eran más grandes que mis desencuentros intelectuales con el disque hippie. 

- ¿Lo manipulaste todo verdad?

Te dije sonriendo. 

- No, no no. Yo no hice nada. 

Fui a preguntarle al Disquehippie, si era real, si me podía ir con él. Dijo que sí, pero que no lo presionara con la hora. 

- ¿Estás seguro?

- Sí, sí. 

Dijo con su mirada de autista, mirando hacia el horizonte, como si los dioses le hablaran. 

Tragué amargo. 

Intentaba ir al baño cuando me detuvo tu otro amigo. Al que no se cómo llamar todavia. Me llamó por mi nombre, creo, honestamente que nunca había cruzado palabra con él. 

Me pidió perdón, por lo del chat, por hablar de mi en espacios en los que yo no estoy para defenderme. Algo así dijo. Admiré su valor de hablarme sin conocerme de nada para pedirme disculpas. Aunque después lo pensé y  dije, más valor tuvo que tener para defenestrar a alguien desconocido en un chat de machirulos. Pero claro, esa es otra historia, historia de la que hoy no vamos a hablar. 

Salí del baño, me diste la mano y me regresaste a las cabañas. 

Sólo habíamos llegado tú, Eldemitribu y yo. Fuimos a ver la nueva cabaña, y mientras la explorábamos me abrazaste por detrás (unodemismomentosfavoritos), no lo pensamos y corrimos a tu cabaña. Nos quedaban horas juntes y había que aprovecharlas. No sé si alguna vez tuve tantas ganas y fui tan transparente a la hora de querer cogerme a un semidesconocido. 

Llenaste de semen el vestido que traía. Y después, cogimos, una y otra vez.  Yo estaba sin M, sin drogas, pero volví a sentir lo mismo que el día anterior, con más intensidad.  Escuchaba el tictac del reloj, el sonido del avión despegando. Faltaban horas para irme y no sabía si te iba a volver a ver, pero lo que más me preocupaba era no saber cuándo iba a volver a sentirme así con alguien. 

- ¿Te puedo pedir un favor?

- Claro.

- ¿Me chupas  las tetas? Mucho

Quería llevarme esa imagen tuya.  y tu adn en mis pezones. 

Lo hiciste. Después me abrazaste. 

Sentí que entre tu pecho y el mio había, algo así como una esfera, de luz que se encendìa fuerte. Te abracé, mucho. 

- ¿Cómo vamos a hacer para salir de aqui?

Le pregunté al viento en voz alta. 

Pero tú, imaginando que mi mente era más queretana de lo que es, contestaste;

- Si quieres sal tú primero y yo después, o al reves. 

Me reí, como si a mi edad  me fuera a importar salir de la habitación con alguien con quien tuve sexo. 

- No, decía... por esto... esto que está pasando. ¿Lo sientes?

- Sí, dijiste.

Y por primera vez vi tu cara de melancolía. 

La fiesta seguía afuera y no podíamos seguir evitandola. Nunca tuve menos ganas de salir de un cuarto.  Me ayudaste a vestirme. 

- Podemos ser novios por esta noche. ¿Quieres ser mi novia por una noche?

- Sí. ¿Quieres ser mi novio por una noche?

- Sí. 

Esa fue la primera vez que fuimos novies. 


miércoles, 5 de julio de 2023

Tu voz me dice (7/denosecuántas)

 Hoy es la 7, la 7 de nosecuántas. Voy lento, voy de cachito en cachito, porque esto, como la buena comida, me gusta saborearlo. Vivimos más de los recuerdos, que del presente, tú y yo, tú y yo que sólo nos hemos visto  9 veces. Nueve es un número mágico, te iba a decir, pero luego siempre estoy con mi pensamiento causal. 

La luna llena en capricornio está haciendo de las suyas. Te cae en tu venus, te dije. El final de una forma de vincularte, de relacionarte, algo, también (porque es tu luna) con tu refugio emocional inconsciente. Cambios, cambios, cambios- repetías hace un par de meses. Pero no todos han sido fáciles, no para los dos. Venus en sombra y ahora retrogradándo en conjunción a Lilith, pegaditas a Marte, sobre nuestro ascendente, vienen recordándonos a ambos, la sensación de exilio,  tener que recordar para repensar nuestros vínculos sexoafectivos, cómo me relaciono, cómo me vinculé, qué me sigue doliendo. Los fantasmas se han hecho presentes, casi materializàndose, interponiendose entre tu celular y el mio, entre tu voz y la mia. 

- No quiero preguntar, pero ¿siguen juntos?

Me escribio el Yaesposo hace unos días. 

- Porque ya ninguno me habla del otro. 

- Sí, seguimos. Pero ya no es como al principio. Se pasó el rush y pues la ideología y la distancia están perras. 

"Son Lilith y venus recordando, cuándo no te sentiste querida, trayendo los miedos a la mesa, jugando con  tu chackra corazón para que se libere la espina".  La espina, esa espina que lleva tanto tiempo dentro que seguro está podrida, que ha estado  anhidada durante tantos años, que ya mi corazón había pensado que era parte de él. Es colectivo, y es familiar, es de linaje, son las mujeres de nuestros linajes. 

Eso, todo eso es lo que tiene enamorarse bajo una luna en escorpio. Los traumas del pasado van a volverse visibles. Una sabe, una intuye y una elije. 

Son sus almas, me dijo la terapeuta hace unos días, el alma de él y la tuya, que se están eligiendo caminar un tiempo, este tiempo, juntas. Ni siquiera tiene que ver con ustedes, ni con sus egos, ni con su pasado. 

Vuelvo, que me pierdo. 

Esa noche, bueno, madrugada, no sé cuántas veces cogimos. Yo sentía que no quería dejar de tocarnos. Quería acariciarte y que me abrazaras todo el tiempo. Sentirte dentro, extender las horas.  Cogimos  y me giré para dormir, entonces tú me abrazaste por detrás y me besaste el trapecio y el cuello. Aquí me quedo. No me quiero ir, pensé, y yo siempre me quiero ir. 

-Mañana, cuando estemos en la fiesta, te voy a hacer el amor con la mirada, todo el tiempo. 

Te dije.

Repito, no sé cuántas veces cogimos, lo que si sé es que me sorprendí, porque con todas las drogas que te metes, juré que no se te iba a parar. 

Dormimos poco, yo menos.  Abrí los ojos, ávida de ver cómo iba a seguir el día. Me puse el vestido, salí a buscar mi celular. El baño, un poco de agua en la cara, pasta de dientes, y a recorrer las cabañas. 

Me sentía bien. Era yo, yo reloaded.  Estoy en el Caribe, pensaba, libre, sola, bien cogida, sin culpa, habiéndome regalado a mi 4 días de viaje, porque puedo, porque quiero. Volviendo a conectar con gente del pasado, con gente con la que fui feliz. Sin juicio. Siendo la morra que siempre quise ser. Volví. Hasta ahora estaba volviendo. 

Nadie se despertaba y yo comenzaba a desesperarme. Quería irme a la tornaboda, pero sobretodo quería que pasara ya el momento incómodo de que te despertaras y no supiéramos cómo ser.  Por fin, saliste. Sonreías, estabas de buenas, también nervioso, también sin saber qué procedía. Fuimos a molestar gente, a despertar, a soltar nuestra ansiedad con les demás. 

- Vergaaa, cómo se nota que les fue bien. 

Dijo El bebé sin quererse despertar. 

- Necesito que me des efectivo, de ayer. Para regresarme en la combi. 

Les dije a la noviamadre y a al mismo. 

-¿Qué necesitas? 

dijiste acercándote a la cabaña. 

- Efectivo, para la combi de regreso, ayer les di todo. 

- ¿Ya te vas?

- No , para después. Pero para que no se les olvide sacar. 

Tu coche no arrancaba y me sorprendió la calma con la que lo tomaste. No te enojaste, no te pusiste a putear en voz alta, nada. Resolviste al toque. 

- Nosotros nos vamos en ese coche

dijiste

- Ah ¿como si fuéramos esposos?

te dije

- Bueno, si no quieres no. Vete con ellos

Hombre de fuego. Se arde rápido, pensé. Todavía no había visto tu carta, pero tu ascendente Leo, ya empezaba a manifestarse. 

- Es broma, sí voy contigo. 

Chale, voy a ser yo la que baje un cambio acá. 

Fuimos a desayunar, con tu otro amigo, Eldemitribu. Les pregunté por sus corazones rotos. El porqué, el cuándo, el cómo. Preguntaron sobre el mio, y no entendieron, no entendieron porqué me dolía lo que me dolía. 

- ¿pero si tú lo cortaste? pinches viejas...

Algo así dijeron, "pinches viejas"  y pensé; he vuelto a Querétaro. 

Yo casi no tenía hambre, porque cuando me enamoro se me cierra el estómago. Como para no quedar mal, pero por mi  viviría de aire. Igual ahí no sabía que estaba enamorada. 

Subimos al coche, yendo a la tornaboda. Estaba nerviosa, quería llegar, volver a ver a mis amigos y sentirme en mi territorio. En el camino, ibas delante mío, estiraste la mano buscando la mía, así, para estar de la mano rumbo a la fiesta, y eso, me hizo sentir... ¿segura?

Bajamos del coche.  Nos adelantamos. 

- ¿Entonces, qué, ya te quieres ir?

De nuevo tu ascendente Leo.

- Uy,  ni cinco minutos juntes y ya me vas a reclamar. 

-No es un reclamo

- Sí lo es. 

Te detuviste, me miraste, fijamente. Sentí cómo de tu pupila algo entraba a mi intestino, duro, fuerte, claro. Nos besamos. 

- No era un reclamo

- Es más fácil decir. Quiero que te quedes. 

-Bueno, quiero que te quedes. 

- Aquí estoy.