sábado, 12 de enero de 2008

until its gone

Es mi nombre en diminutivo lo que me agujera las costillas. No hay un "qué pasa si yo..." Soy como me viene a la mente en ese momento. He dejado de tomar. Consejos de mi padre. El árbol poeta ( ella) está muriendo. Dento de cinco minutos mis dedos irán en busca de las estrellas. Se caen todas de golpe. Despedidas, otra vez. Quizá debería despedirme a mi misma. Gobierno muy mal este mundo interno. " El gran mundo interno de hada". De nuevo Laura Paussini. Como a los trece, ( vivo constantemente jaloneada por mi adolescencia, tardía) Amores sínicos, dice ella. Otros dicen que Yo soy la sínica. Cuando vemos estrellas ellas es porque ya murieron. Irradio lo que hubiera querido ser. Camino, regresando, en las esponjas. Es la espuma que esta entre los dedos del pie, me hace cosquillas. Intentando ordenar palabras para no hacerme tanto daño y yo sigo temblando. Hombres G ya pasó de moda. Ahora vamos a por el Indie. Vamos, que cuando me dejan te extraño. El beso con uno se convierte en el beso de todos. Absorta en el ayer y la rareza del hoy. Lastimar duele mucho más a que te lastimen. Hermanas. La soledad no puede embonar, con nada.

jueves, 10 de enero de 2008

trio

Lechugas rosas. Su corazón dejó de latir por ella. Yo estaba allí. Aumentó el dolor de mis pupilas cuando se alejó y quise que tuviera diez patas en vez de una. Tengo mucho q decir. Escucho una voz.Es enero y no se puede depilar, esta esperando que llegue su cumpleaños... Esperamos que el librito no se vuele.No voy a hablar. Estais borrachos. Sois unos escritores borrachos. Me dan miedo. Hay tiempos en que la sescrituras alcoholicas se desarrollan de párrafos desconocidos. El mundo conspira, y lo he dicho tantas veces que hay instantes en los que me defiendo detras de cualquier palabra. No hay m{as rastrillos. Ellos insisten en besarse y yo tengo ganas de ¡volar! La cama de una es ahora de tres y me dan ganas de regresar a los 14 y escucharlo decir que no le intereso. No. No quiero. ¡Hada! no puedo, no sé. No pienso,ya sabes. Dame mi cerveza. Esta detrás. ¿Qué son los panqués? Bollos. Tienes una cosa. Canas tienes pero no es una cana. ¿Tienes una cana? Ella dijo que las canas nacen cuando sos viejo. Hay veces que yo no entiendo el español y me gustaría sentarme en una banca para empezar a pensar en todo. ¿'Te has dado cuenta de cuántas veces la gente dice todo? Yo no entiendo que no quiera mojar. Aunque lleve mas de tres cervesas. Todavía hay tesituras de labios acolchonados y me duelen las muelas de haberlo mordido. Recorro el hueso que lleva a tu pelvis y siento como las caricias regresan a arriba. ( sonrojada). Lo acabo de ver. ¿Te da miedo? Que no quiero. ¡No quiero ya! ¡Otra vez no!
¿Para qué te mueves? Quita. Encima estaba llena. Sujeta esto. Espera. Mirálo. Muévete. Cógelo.
A mi lo que me gusta es que me digan qué hacer. Hay momentos en la vida que se definen en posiciones anatómicas. No, posiciones colocadas anatómicamente, me encantaría decir la cintura de mis manos despreciadas. ¿viste? Yo veo cinturas sueltas. Manos rasposas que no pueden penetrar en los cuerpos de las mujeres. Mujeres aún astutas que buscan la suavidad. yo buscaba otro color. Ahora sólo veo azul y los ojos negros de otro día. Un día caracol. ¡Pamplinas!
Una y ya. No quiero ver azul. Me gustaría ver rosa, no rosa no, naranja. Dile que se vaya. No era por él. No sé que decir cuando esperan que diga algo. Yo creo que no deberías hablarle. Que se de cuenta que hizo mal. El mal es relativo a la persona que espera. Mal, mal, mal... Hay veces que el mundo se podría definir en dos palabras el problema es que hemos escapado de ellas. Igual a ti te gusta escribir.

miércoles, 9 de enero de 2008

lunes, 7 de enero de 2008

Me quito el sombrero. Con el corazón en la mano, casi en la uña, digo que los adioses que no quisieran serlo pero lo son duelen hasta las rodillas. En un locutorio ageno. Con lágrimas por áquel que años atrás me hizo llorar. Miento, yo lloré por él. No soy buena podadora. Nunca lo seré. Constantemente encuentro raíces que creía exterminadas. Las flores se me marchitan en las manos y las estrellas aún no cumplen deseos. No he pedido mis deseos a las brujas, ni a mis hadas, menos a Mikado. Intento guardar los sueños para cuando hagan falta. Odio las respuestas tardías. Exesivamente pensadas y frívolas. Pero odio más que no las haya. Por primera vez sé que nada es mi culpa. Las hojas me han arrastrado a sus días y he seguido el rumbo del polvo de la muerte. No hay nada que hacer. Guerras vacías. Soltar la mano que me guiaba. No volver a decir la palabra "Siempre" duele en los labios y en los abrazos que no volverán a ser dados. Agacho la cabeza y pasa un cohete. No era cometa