viernes, 13 de julio de 2007

a cuento de ( h. al l.azul 32)


Y a veces se entristecía
de un modo inconsciente
porque el cuento no era la vida
ni la vida el cuento.
Goncharov.
Entonces viene un día como este. Dónde somos borregos, borregos, zombies, zombies zombies no zombies zombie! Uno de los reales, de los del vídeo del Sr anónimo. En que todo da igual. Sientes que se derriten los deseos. No hay un sueño motor. Aunque este viviendo el sueño q ya no es sueño, el sueño que es realidad y no parece sueño muchas veces. A exepción de cuando camino por la Castellana a las once de la noche con música en los oídos y en los dedos de los pies.
No vale la plancha nueva, ni el corte nuevo, ni la ropa nueva. ¿para qué tantas cosas? Aunque haya tirado toda mi ropa vieja a la basura. Porque olía a mi. Ya sé que me veo bien con el nuevo look, ya sé que me estoy convirtiendo en mujer, con vestidos, faldas y tacones.
Pero que agobiante resulta estar algunos días. Y lo mejor que podría pasar es ir en el autobús de regreso a casa. Dormida, somnolienta, viendo la primer estrella. ja, eso es lo mejor que podría pasar. Cuando pesa la razón, al corazón lo desconecté hace tiempo. Ahora los instintos. Debería hacerle caso al Uruguayo.
- ¿te ha llamado?
- sí, lo hace a veces.
- sabes que no es normal que él llame ¿verdad?
- lo sé.
- ¿qué te dice?
- me pregunta cómo veo el mundo
- ¿qué contestas?
- que es una mierda y él me dice que me vaya al sex shop de Atocha y compre el nuevo dildo tamaño triple xxx con diez velocidades. Le digo que me llame el próximo jueves, él dice que porqué no mañana o el sábado, yo le digo que voy a ir a un festival sola.
¡Ya quiero que regrese Eva! o quiero irme al paraíso que sin mi es un infierno. Luego te cansas. De tanta tontería posmoderna y los espacios cibernéticos. Con fotos y dibujos y canciones. A ver quién es más alternativo. Después las que quieren con mis amigos y me creen la todo poderosa. Por encima del bien y del mal. ¡Es sólo el personaje de mi blog! Yo en realidad soy una chica muy simple, me gusta lo que escucho y lo que veo y pongo pocos peros a las cosas cuando estoy de buenas.
Sí, es verdad, leo mucho, pero eso no me hace especial, me hace...ávida. Comer-leer.
Y luego, nadamás por eso, por todo eso. O porqué era día doce. Estoy en el ordenador y me mareo y creo que me desmayo. El mejor amigo se preocupa y yo me pongo transparente creo que me voy a caer, vomito en el baño. Sólo necesitaba un abrazo. Así es de patético el ser humano. Unas veces. Otras, cuando estan en los columpios, qué agradabes parecen ser. Vienen las cotizaciones. ¿qué pasó con el Tibet y África? Se me atravesó el consumismo, o el autoestima bajo, o el alto. Hay una línea muy delgada entre la vanidad y el bajo autoestima. Líneas, tantas líneas. Habría que borrarlas todas. Así; zombies-borregos.
Ah si que ganaron los argentinos, y me llaman para molestarme. "ups" no tengo televisión, ni siquiera sabía que jugaba México, pero en hora buena por el ganador. A mi me importa un carajo. Gray goblin no te enfades por esto. Es la verdad, preferiría ver tu videoblog o esa cosa que haces para sentir que trasciendes. Como yo este blog. ¿Sabes que no trascenderemos no? Asegúrate de saberlo, no vaya a ser que se nos olvide y creamos que realmente somos importantes y que Mijares tiene razón.
Me voy, a pintarme las uñas maquillar las pestañas. A ver qué pasa.

jueves, 12 de julio de 2007

Mi primera muerte. (h. l.azul 31)


En mi primera juventud fui soñador...
Y ¿qué me quedó de aquello?
únicamente el cansancio...
y un confuso recuerdo lleno de amargura.
En estas vanas luchas agoté el fuego del alma
y la constancia de la voluntad,
imprescindibles para la vida activa;
entré en ésta en que ahora vegeto,
después de haberla vivido imaginariamente
y que me molesta y repugna
como la mala imitación de un libro ya conocido
Lérmontov
Ya me lo dijo la pequeña un día. "Antonio, no puede seguir así". Fue hace siete años y yo sigo igual. Sí pude seguir así. Llevo quince años con gota y un dolor en el pene que ya no me deja correr. Tengo más alcohol que sangre en las venas. Alcohol es lo único constante que he tenido desde los dieciseis. A ése es al único que no voy a dejar. He dejado a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos. ¿O ellos me dejaron a mi? Todos somos cargas tarde o temprano. Mis hijos siempre fueron una carga para mi. Pagar sus escuelas, su ropa, su comida, sus caprichos. Cuando recién nacidos escucharlos llorar sin saber qué querían. Sus pesadillas en las noches. Antonia también fue una carga. Me casé con ella porque se llamaba Antonia y me hizo gracia: Antonio y Antonia. Pero era gorda, testaruda. No tenía ni dos dedos de frente. Igual que mi hija. Las dos comprueban la teoría de las rubias. Después vino el hijo que tuve con la negra. Por dios que asco. Todavía no entiendo cómo pude follar con una negra. Era el tequila, el coñac y la falta de fabada. Un bastardo, sí señor. Seguro que tuve muchos. Algunos me buscaron. No les creí a todos. Al hijo de la negra si. Reconocí mi esperma en su inteligencia y soberbia.
Y la pequeña " Antonio no todo en la vida es la inteligencia y la cultura"
¿y a mi que coño me importa lo que no sea eso? La gente es basura.
"Antonio son las nueve de la mañana, no es hora de cobrarme la renta, además ¿está usted borracho?"
Claro que estaba borracho. ¿cuándo no? En las resacas me apetecía ir a cobrar la renta. Aunque ya no son resacas, las curo con dos copas de champagne y una de ginebra. Ya no puedo cobrar rentas. Las cobra mi hijo el bastardo por mi. Todos somos un peso.
Me gustaba ir a cobrarle a la pequeña. Siempre que iba me acribillaba a preguntas. La encontraba lavando los trastes, cantando, con un mandil asqueroso. Pobre de la pequeña. Era horrorosa. Pero cantaba bien.
La eché del piso cuando colgó la bandera repúblicana. Eso si que no. Podía soportarle que fuera de letras, pero en el que fue mi salón una bandera repúblicana, nunca. La eché. Y cuando me arrepentí colgué el retrato del generalísimo. El buen Francisco Franco. Esa sí que era una buena época. No que ahora. Hay rojos por todas partes. Con su desfachatez. Sucios, asquerosos. Una guerra es lo que necesitaríamos. Lástima que estoy tan viejo. Sino yo mismo me levantaría en armas.
Y la estúpida de mi exmujer llamando para cobrarme su pensión. ¿cómo no voy a tener gota? ya no hay nada qué hacer. Me he recorrido el mundo entero. Más de tres veces. Solo. ¿para qué voy a ir acompañado? La gente es un estorbo.
Me quedo solo. Así mis hijos se joden sin herencia. Para que aprendan a sobrevivir. Ya ni las putas me hacen gracia. El telenoticiero es una mierda y el cabrón de Zapatero me hace ir a cagar. Me quedo con el alcohol que es muy buen compañero. Aunque sea él el que me esté matando. Por eso es tan buen amigo.

miércoles, 11 de julio de 2007

Ni Nápoles ni Francia ( h.al l.azul 31)


No es buen guerrero el que
se limíta a no perder el ánimo en el combate,
sino el que además no se aburre en la ociosidad
y soporta todo con paciencia
hasta lograr lo que ha resuelto.
Gógol
El chico de la chaqueta verde- Chica.. ¿dónde has estado?
Ella- mm.. No sé
El chico de la chaqueta verde- ¿Quieres venir?
Ella- Las mujeres lobas no deben adentrarse así de rápido. Hay que rodearse de niñas mudas.
El chico de la chaqueta verde- ¿lees?
Ella- A mi viajera
El chico de la chaqueta verde- ah.. Cerezales. Entonces ¿Matilde?
Ella- tilde, tilde. Cerezales es mi mejor amigo ahora.
El chico de la chaqueta verde- También descatalogado. ¿sabes lo que le hizo a Lafouret?
Ella- ¿Eres una biblioteca o un robot?
El chico de la chaqueta verde- Yo estoy programado para los autores, tú los personajes.
Ella- El gran emperador ¿no?
El chico de la chaqueta verde- En nuestro caso es emperatriz
El chico de la chaqueta verde, callado, recuerda a la emperatriz. Tiene que guardar silencio. Pero no ha olvidado la ropa interior de encaje.
Yo, narradora, tengo que controlarme un poco para olvidarlo.
El chico de la chaqueta verde- El gato te extraña
Ella- ( ya sin cenizas, ni grumos ni nada, no hay rastro de fuego) tu corazón roto volverá a rechazarme
El chico de la chaqueta verde- El gran muro es mutuo. Aún no destrozo el mio.
Ella- Yo estoy con las niñas mudas. Intentando occidentalizarlas. Estoy lejos, chico. Me arrojaste a Matilde.
El chico de la chaqueta verde escucha el tono del teléfono. Chica ha colgado. Acaricia al gato y piensa cuando el dedo pequeño de Chica en el bolsillo de su chaqueta. Tendrá que esperar al próximo personaje

martes, 10 de julio de 2007

Going forward
Tiemblo ante los acontecimientos futuros
y no tanto en si mismos como en sus resultados.
E.A. Poe
Llegué allí a las siete menos diez. Tendrás razón. Sabía que el resto llegaría a las nueve. Me adelanté para coquetear con el camarero. También porque no me gusta llegar en grupo. Nunca he aceptado las generalizaciones. Mucho menos cuando voy con el clan sudaca y las mexicanas. Casi no salgo con mexicanas, demasiadas exnovias sueltas por Madrid. Utilizo al clan sudaca en esos casos para neutralizar el desamparo. En especial los argentinos.
Mi camarero no estaba. Tendrás razón. Aproveché estar sola para pedir un rosado espumoso y sentirme una francesa intelectual. . Dicen que lo parezco cuando estoy triste. El vodka lo dejo para las tres de la mañana, aunque sea con arándano.En la barra Guillermo. En tercera persona para desligarlo del narrador. Vi cuando la botella de Jack Daniels. Dos copas. " Otro aficionado" pensé, aunque tu whisky fuera güisqui.
No me sentía triste. Ya se que el texto de la mañana lo parecía. Nadie me soporta mis tendencias suicidas. Será porque no las tengo. Pero estoy llena de tendencias.
Guillermo con sus juanitos, que no eran juanitos, olía a aeropuerto. Talvez por la mochila y el peinado sin cepillo. Entró al baño con las dos copas, lo observé. Salío con las copas vacías y yo me reí.
- Ven. Te invito una. Si quieres.
A falta del camarero no me quedó de otra.
Guillermo, un poco triste, un poco fingiendo la tristeza. Se quitó la mochila y se presentó. También fingió el acento argentino. Me dio risa saber que yo todavía tenía el sabor a mate de menta.
Se le escaparon dos palabras y supe que también era mexicano. Angustiado me contó la historia. Buscaba a su exnovia, desesperado, después de una llamada. Recordé una historia similar. Me dio ternura y me acabé el rosado, como cuando acabé mi historia.
El uruguayo dice que los mexicanos van por las calles con el anillo en la mano, buscando un dedo, quien sabe si a la mujer. La necesidad de tener algo. Habló de su literatura mientras bebió tres copas de güisqui. Sin parar. Me contó de la otra exnovia y de la exnovia buscada.
En mi cabeza: He´s kind of like you, wears blue jeans and hair just like he don´t care. He also threw away his love and left it for the others.
Nunca iré a un concierto de The Tiny. A menos que me vaya con un sueco.
Apareció mi camarero. Fingí ponerle más atención a Guillermo, realmente sólo me interesaba que mi camarero se acercara al ver mi falda. No es nada. Sólo que ese día Guillermo no me pareció tan interesante. Algo de sus ojos, pero ese día no lo encontré.
Sonó mi móvil. Cambio de planes. " en ese lugar hay mucho freakie".
Mi camarero sabe que me voy. Por eso me da un chupito de arándano.
Dejé a Guillermo con el número de mi móvil en la servilleta y la cuenta pagada.

lunes, 9 de julio de 2007

En ese momento vi claro qué solo había
estado realmente. Coger mi existencia y
tirarla por la ventana o a los pies de
mis parientes hubiera tenido en cualquier
caso el mismo efecto.
Thomas Benhard
Son las tres de la tarde. Sigo en la cama. Mis sábanas apestan a los restos de alcohol y cigarrillo. Las manos, el cabello, la nuca. Mi cuerpo hediondo. Destilo ron. La boca todavía sabe a bilis. Tanto vomité ayer.
Imposible levantarme. Intento poner un pie en el suelo pero todo da vueltas. ¡Cómo pesa la cabeza! Hoy hay comida familiar. Escucho a la abuela dar órdenes. Que raro que no haya venido aún El Gori a darme el coñazo. Quiero ducharme. Estoy pegostioso. Sudé mucho. Tantas pesadillas. No puedo nisiquiera sentarme. Es la tercera vez que papá grita que me levante y le ayude con la parrilla. Sé que me grita a mi, pero de verdad no puedo. Miro la puerta intentando responderle. Me pierdo en el póster de Nirvana. Necesito unas gafas como las de Kurt. . Seguro él no iba a comidas familiares. Por eso All apologies. Igual algún día yo también. Ya sé que en una hora estaré de pie ayudando con la parrilla y cargando las cervezas. El olor a cerveza es lo único que podría levantarme. Como a Homero. Es una lástima que en mi vida no haya una March. Después de ayer, ahora sé, que nunca la habrá.
Sigo con la sensación de haber dormido con ella sin dormir.
Ella nunca duerme, con sus crisis y pataleos. Tampoco duermo yo cuando estoy a su lado. Cuando estaba. Se me olvida que ya no estaré. Menos mal que se me olvida por segundos. Tengo que mear. Hay ocho avenidas entre el báter y yo. Hay tres metros, tres metros que son ocho avenidas y un atropello de tren. Encima se reía de mi. La muy cabrona.
Ya sé que ella es así. Que era así. Empezaré a hablar de ella en pasado, como si ya no estuviera, como si se hubiera muerto. Si se muere me muero con ella. Pero ya no está. La elimino por su estúpida risa y su beso de compasión. Como si fuera un puto drogata. Ella también lo es. Ella más que yo. Por eso pensé que me entendía. El muy gilipollas creyendo que no era yo el único condenado, que alguien entendía mi tormento cada amanecer. Maldita sea mi resaca. Ojalá ella este igual. Que este peor. Lamentando no haberme entendido. Que la torture su conciencia.
Ella no tiene conciencia. Ni corazón. Ya lo dijo cuando la conocí.
Ahora otra vez. A follarme putillas de fines de semana. Volveré a Camila. Aunque esté loca. Yo también. Pero a ella, a ella la dejo con su puta nicotina y sus patadas en la madrugada. Hiedo a su abrazo cuando se le olvida que esta dormida. Cuando piensa, pensaba, que estaba dormido y no me daba cuenta de que por las noches se desnuda, desnudaba, bajo las sábanas.
Se escachaba la muy cabrona. En mi cara. Ya le dolerá. Dice, decía, que ya no le duele nada. Nisiquiera yo. ¡Qué asco da en las mañanas después de ron barato! Otra vez grita mi padre. No ha venido El Gori, estará de resaca él también. Encima me dolió. Me duele. ¡Joder con la cabeza!
Creo que también tengo agruras. Será el reflujo después de tanto vómito. No más chupitos de tequila para mi. Eso dije cuando la conocí. Ya viene la abuela. Tengo que dejar de pensarla. Ya veo venir a la familia arrollándome a preguntas. No la veré más. Bueno... quizá esta tarde... una última película a su lado... o para gritarle ¡Cabrona me dueles en las resacas!