jueves, 12 de julio de 2007

Mi primera muerte. (h. l.azul 31)


En mi primera juventud fui soñador...
Y ¿qué me quedó de aquello?
únicamente el cansancio...
y un confuso recuerdo lleno de amargura.
En estas vanas luchas agoté el fuego del alma
y la constancia de la voluntad,
imprescindibles para la vida activa;
entré en ésta en que ahora vegeto,
después de haberla vivido imaginariamente
y que me molesta y repugna
como la mala imitación de un libro ya conocido
Lérmontov
Ya me lo dijo la pequeña un día. "Antonio, no puede seguir así". Fue hace siete años y yo sigo igual. Sí pude seguir así. Llevo quince años con gota y un dolor en el pene que ya no me deja correr. Tengo más alcohol que sangre en las venas. Alcohol es lo único constante que he tenido desde los dieciseis. A ése es al único que no voy a dejar. He dejado a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos. ¿O ellos me dejaron a mi? Todos somos cargas tarde o temprano. Mis hijos siempre fueron una carga para mi. Pagar sus escuelas, su ropa, su comida, sus caprichos. Cuando recién nacidos escucharlos llorar sin saber qué querían. Sus pesadillas en las noches. Antonia también fue una carga. Me casé con ella porque se llamaba Antonia y me hizo gracia: Antonio y Antonia. Pero era gorda, testaruda. No tenía ni dos dedos de frente. Igual que mi hija. Las dos comprueban la teoría de las rubias. Después vino el hijo que tuve con la negra. Por dios que asco. Todavía no entiendo cómo pude follar con una negra. Era el tequila, el coñac y la falta de fabada. Un bastardo, sí señor. Seguro que tuve muchos. Algunos me buscaron. No les creí a todos. Al hijo de la negra si. Reconocí mi esperma en su inteligencia y soberbia.
Y la pequeña " Antonio no todo en la vida es la inteligencia y la cultura"
¿y a mi que coño me importa lo que no sea eso? La gente es basura.
"Antonio son las nueve de la mañana, no es hora de cobrarme la renta, además ¿está usted borracho?"
Claro que estaba borracho. ¿cuándo no? En las resacas me apetecía ir a cobrar la renta. Aunque ya no son resacas, las curo con dos copas de champagne y una de ginebra. Ya no puedo cobrar rentas. Las cobra mi hijo el bastardo por mi. Todos somos un peso.
Me gustaba ir a cobrarle a la pequeña. Siempre que iba me acribillaba a preguntas. La encontraba lavando los trastes, cantando, con un mandil asqueroso. Pobre de la pequeña. Era horrorosa. Pero cantaba bien.
La eché del piso cuando colgó la bandera repúblicana. Eso si que no. Podía soportarle que fuera de letras, pero en el que fue mi salón una bandera repúblicana, nunca. La eché. Y cuando me arrepentí colgué el retrato del generalísimo. El buen Francisco Franco. Esa sí que era una buena época. No que ahora. Hay rojos por todas partes. Con su desfachatez. Sucios, asquerosos. Una guerra es lo que necesitaríamos. Lástima que estoy tan viejo. Sino yo mismo me levantaría en armas.
Y la estúpida de mi exmujer llamando para cobrarme su pensión. ¿cómo no voy a tener gota? ya no hay nada qué hacer. Me he recorrido el mundo entero. Más de tres veces. Solo. ¿para qué voy a ir acompañado? La gente es un estorbo.
Me quedo solo. Así mis hijos se joden sin herencia. Para que aprendan a sobrevivir. Ya ni las putas me hacen gracia. El telenoticiero es una mierda y el cabrón de Zapatero me hace ir a cagar. Me quedo con el alcohol que es muy buen compañero. Aunque sea él el que me esté matando. Por eso es tan buen amigo.

3 comentarios:

Chava dijo...

zomoz zombiz moimoz zin zaber que eztamoz muertoz, loz zombiz comen gente, no hazemoz lo mizmo ....

Pach dijo...

lastima que asi muera la mentalidad de alguna gente... me gusta el desglose .... besos hada

Anónimo dijo...

Creo q este Antonio podría ser un casero de esos que son muy pesados y cuando llegas con las manos llenas de bolsas y maletas te dice por donde tienes q ir sin ni siquiera cogerte el espejo q llevas colgando con miedo a q se rompa... sirvo para brujita?