Hoy me desperté sin ganas de nada. Hace frío y estoy muy confundida. No entiendo bien este punto de mi vida y comienza, de nuevo, la crisis de fe. el no saber a dónde ni de dónde, ni porqué. ¿En cuántas cosas voy a creer? En todo, me dice una vocesita.
-Hay que creer en todo porque todo es posible.
-pero estoy cansada.
- El cansancio es, tambien, una ilusion.
-No sé hacia dónde ir.
-Sigues sobreprotegiendo a tu ego.
- Y al corazón
- Sabes perfectamente que eso ya no es el corazón. El corazón lo sanamos hace meses.
-¿Cómo pude sanar al corazón antes que al ego?
- Los caprichos de Dios son misteriosos.
- ¿Dios? ¿Vamos a ir con esa?
- ¿Porqué no? Hay que volver al principio, para llegar al final.