sábado, 15 de marzo de 2008

a mi niña (h.l.azul)


Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Jaime Sabines.
Despiertas,niña caramelo, en medio de una discoteca estás entre dos cuando la luz rosa alumbra el centro de la pista para decirte que es inútil este ir y venir, estos bailes incansables, las lunadas de alcohol, cervezas y clubes. Que todo es un mientras tanto, un mientras que tú has creado, para eludir el no estar. Entonces las luces bailan y van cambiando de color, diciéndote con poesía, brillando en tus pestañas el olor de él. Despiertas, niña gominolas azucaradas, leyendo en colores el olor de un pasado que no ha dejado de ser presente. Entonces entiendes que no hay búsqueda cuando ya se ha encontrado. La distracción ante la imposibilidad. Y, aunque por una parte emocionada al saber que sientes, la sonrisa cae boca abajo al pensar que el niño agua azul ha dejado de ser tuyo. Despiertas, niña fresas agridulces, para darte cuenta que no estas donde debieras estar. Niña tus pasos tendrían que estar en el tren detrás de él. Niña nubes dulces, tus ojos se han posado en la nuca equivocada y ya no hay solución. El niño de los chicles gomaespuma ha huido de tu belleza y de tus indecisiones. La contradicción no va con los niños. Niña rascacielos, salta un poco más y gasta las energías por las madrugadas que ya no vas a poder encontrar eso. La búsqueda ha acabado y no cogiste las llaves cuando tenías que cojerlas. Niña limones de zarzamora tus ojos van a brillar en otra cascada. Quizá no brillen como la primera vez, pero, niña bailarina, brillarán con las gotas que caigan de las enredaderas en primavera. Niña de cristales en tornasol, los atardeceres en las flores serán agradecidos por las ninfas si tú sonríes. El amor de tu vida lo seguirá siendo, aunque ya no esté en tu vida. No hay marchas atrás. Aunque el niño manzana se haya ido quedarán los restos de su sabor en tu boca. Todas las noches, antes de dormir lo pensarás, él seguro te pensará, aunque ya no estés tú, Niña de sueños emplumados, seguirás buscando.

miércoles, 12 de marzo de 2008

h.al lazul

A mi peliroja, al compañero de tardes,
a los que han andado estos dias entre mi casa y la suya
hablando de esto y aquello para no llegar a LA CASA.
Lo finito es lo infinito,
y lo infinito es lo finito:
El presente es la eternidad.
Henri brunel.
Será la época. Otra vez la traición de la luna en transición a primavera. Amanecen los calendarios y resulta que todos, o varios, nos sentimos igual. Esta necesidad de saber qué somos y porqué. Sentir que nos volvemos mayores y no nos volvemos más. Sólo mayores. Que se nos escapan las horas y los años preguntándonos qué va a pasar mañana y qué está pasando hoy. La duda sobre lo hecho, sobre lo vivido. Sobre los caminos que se van recorriendo, a veces cruzando. Sin saber si era nuestra intención hacerlo, correr caminos desandados. Las ganas de ser héroes de alguna historia. Esa sensación rancia de ser un pepinillo a media carretera. De lo que no hemos vivido, de lo que ya no vivimos. De ser mayores con veintitantos. Pararte un segundo a pensar para qué todo esto. Y son uno, dos y tres los días que si lo analizas no tienen sentido. Aunque todos los días sean diferentes y cada día aprendas algo nuevo. Que es cansado estar continuame a la espera de algo. Y pensar, aveces, que ese algo no existe. Pensar que Beckett viene a clavarnos astillas en la cabeza y en la yugular. Que hoy es hoy y tenemos que esperar a ver si mañana es de verdad mañana, que nunca son los mismos dias pero como a veces nos parecen eternamente largos. Tambien se entiende que quisieramos perdernos entre los cabellos y las piernas de alguien. Después viene la resaca del saber que después de los cabellos sigue habiendo sequedad debajo de la lengua. Ni ganas de llorar, ni ganas de reír. Levantarse porque la alarma del reloj suena y hay algo que tienes que hacer. De todas maneras lo haces por hacer, porque por alguna razón, nadie sabe cual, no debemos venirnos para abajo. Mantener la frente en alto y amarrarnos los ovarios o los organos que cada quien tenga. Es un grito desesperado, una tierra llena de intenciones impotentes. Capacidades mutadas por el dia a dia y la monotonía inesperada del despertar. Si las desiciones tienen algún sentido me gusaría estrellarlas en la pared y salpicarme del resto de los que no fueron angeles. Revolucionar el esquema preestablecido es incoherente porque siempre vendrá otro esquema que al final nos aburra. Nos burbujea el estómago con estos vacios y sinsentidos tan profuntos y aterradores que preferimos no escucharlos. Hasta levantarse otro día y escuchar las noticias, luego la musica, luego los libros y las conversaciones inútiles. Para no escuchar en el silencio nuestras dudas y la necesidad de aspirarnos.

domingo, 9 de marzo de 2008

A salvadorsillo (h.al.l.azul)


Toda la desdicha de los hombres
proviene de que no viven en el mundo,
sino en su mundo.
Heráclito.
Rudolf. Te rodeas de gris los domingos por la mañana. Después de haber fumado dos porros para quitarte la resaca y comenzar a hacer los trabajos pendientes. Te sientas frente al ordenador esperando que él tenga las respuestas. Y como pasan dos horas y no encuentras nada, decides eliminarte de la red. Hay días que sientes que las redes te atrapan desde la nuca a los tobillos. Buscas más salidas en alguna página, puede ser youtube. Al final ningún video tiene lo que encontrabas. Y vuelves a saborearte las muelas que tienen restos de los tacos de la noche de ayer.ñ Se te escapan las lagañas serpenteadas por los sueños que no has podido realizar. Por el sueño que has tenido esta noche con la chica de azul y blanco. Cuando despiertas sus piernas no estan ni abiertas ni en tu cama. Te acomodas los calzoncillos y lo que ellos contienen y vas al espejo. No hay hadas en tus videos. Te gustaría que las hubiera, a montones. Los destellos de ternura que, a veces, cuando la noche buena 24 se acabó, te hacen falta.
Los ojos se cansan de tanto ordenador. De tanto desorden incontrolable. De los pelos grasientos que se atoran en las teclas. Sobretodo en la tecla A. Rápido. Roedor de tu propia vida. Alarga el momento de tu caída. Hazla entre nubes grisáceas. Lento. ESpuma en las llemas de los dedos. Camina sin sabér porqué los girasoles duermen por las noches y no por los días. Rudolf ojos nochebuena, ojos girasol. Menguante el corazón a la espera del atardecer.