lunes, 8 de mayo de 2023

tu voz me dice (3/nosecuantas)

 Nos liamos en una noche de luna en escorpio. Dijimos te amo en la siguiente luna escorpiana. Decidimos ser novies en una mañana post eclipse Taurino. ¡Las diosas amparen lo que viene!


Llegamos a tu casa.  Elles, con les que veníamos, subieron a cambiarse, bañarse o drogarse, no sé. Sé poco de los ritmos de las sustancias que alteran. 

Te pedí una sudadera. Bajaste una negra. Que se sintió como un abrazo canceriano. Si esto me abraza, me puedo quedar un buen rato. Nos quedamos abajo, soles. El futuroesposo te llamó, te escuché decirle 

"Estoy con la mismísima" y dijiste mi nombre completo. Algo, no sé, algo al escuchar mi nombre en tu boca, me hizo sonreír. como si detrás de las tres palabras hubiera más historia de la que les dos creíamos. 

El futuroesposo pidió que me pusieras al teléfono. 

" Dátelo, dámelo de regalo de bodas."

Me reí, porque sabía que tú sabías lo que me estaba diciendo y la tensión sexual se hizo presente, sutíl, ligera, llena de dudas, pero entró, como una ligera bruma color rosa que nos envolvió. 

- ¿Qué te sirvo? preguntaste, mientras yo buscaba dónde conectar mi cargador.

-¿Quieres un Gin Tonic?

Ay la queretaneada y la servida. A veces extraño cosas, acciones, palabras, que olvido que las extrañaba, como que me sirvan una copa y no servirme yo a mi misma todo el tiempo. 

El M empezaba a hacer de las suyas y a mi se me iban desdibujando las personas a mi al rededor. 

La noviaesposa de ese que llamas Bebé me atrapó en su red de quejas, lamentos y gritos de auxilio sobre su relación, o tal vez no eran gritos de auxilio, talvez sólo quería que alguna le dijera Cómo te admiro hermana. Pero yo, sincericida desde la infancia, le dije  "Ya mejor déjalo y que se busque otra madre", a lo que ella respondió con el sinfin de cosas que él hacía por ella. 

Sentí, mientras ella con toda su piscianidad me envolvía en sus vaivenes emocionales, cómo una presencia oscura entraba detrás de mi.

 Era el ariano, del pasado. 

Claro, pensé, nunca lo había visto siendo bruja, con los canales abiertos. Así se siente cuando llega, una energía negra que te succiona la nuca.

Poco recuerdo después. Discutir con él, tener que anesteciar a mi Feminazi para escucharlo. Sentir mucha tristeza en el estómago, por él, por lo que me contaba, drenarme, deshidratarme. Me tengo que ir, antes de desvanecerme. 

Tú todavía no lo entiendes, pero la sensibilidad de la bruja... hay que cuidarla. 

Bajó el Bebé, 

-Ya no quiero estar aqui. Me estoy poniendo triste. 

Otro flash y tú, con tu sonrisa.

-¿Te llevo a tu casa?

Así, sin que yo te lo pida. Sentí, que lo decías de corazón, sin tanto esfuerzo. Yo, acostumbrada a que se vaya el último borracho que me quiera llevar, o a salir, huyendo de cualquier reunión, cuando nadie se de cuenta, para correr a mi. 

Del camino no recuerdo nada. Sólo sentirme segura. 

Por eso, a la mañana siguiente, pedí tu teléfono

y antes de salir de casa;

Sarita- ¿Te lo vas a dar?

- Usa sudaderas cancerianas, me sirvió un gin tonic, me trajo drogada y no me violó.  Yo creo que sí.