viernes, 18 de mayo de 2007

solita en la banqueta

me dejaron solita.
solita en la banqueta. Con los caireles sobre las mejillas.
solita, sentada, las manos en los bolsillos del abriguito negro.
yo, mirándolos partir con sus bailes y sus sillas.
un par de lagrimones devolviéndole la sal a mi carita.
tritones que fulminaron mi corazón. Tan pequeño, tan iluso.
y yo que los admiraba tanto. yo, que hubiera sacrificado elefantes por ellos.
yo, que corría detrás para poder alcanzarlos.
me dejaron solita, sentada en la banqueta.
ni siquiera mis pies alcanzaban el suelo.
yo, que reía y sonreía para que no percibieran la tristeza del día con día.
un error; y centellas juzgadoras quemando los caireles, las sonrisas.
se llevaron mi frapuccino.
los perros de las fuentes.
las tardes de cantera y de cielo rosa.
me dejaron solita, sentada en la banqueta.
intentando alcanzar el suelo.
partieron con sus nombres y sus noches de bailes hasta el amanecer.
rayas negras en los ojos y labios de geisha cuando duerme.
me dejaron solita, sentada en la banqueta.
intentando alcanzar el suelo. Sin poder impedir que los ojos se volvieran cascadas.
un hueso de durazno donde iba el corazón.
solita, sentada en la banqueta.
esperándo que volvieran, que me curaran. Esperándo el perdón en los juzgados.
las zapatillas rotas, que no llegan a tocar el suelo.
olvidando que existen tacones y que puede ser más fácil.
me dejaron solita, sentada en la banqueta.
marcharon con carcajadas y luces de colores. Sin girarse al oír mi llanto.
hice un charco con mis lágrimas.
y solita, tratando de alcanzar el suelo, se ahogaron mis rodillas.

jueves, 17 de mayo de 2007

¡mi bolita de cristaaal!

¿Alguien ha visto mi bolita de cristal?
Creo que ayer la perdí.
Primero explotó y salieron sus colores.
Mis duendes rieron y las hadas a llorar como siempre.
Después las flores, y mientras se deslizaba la serpiente por la lámpara de caracol las burbujas se solidificaron.
Los pequeños tréboles estaban sudando y los dragones, tan bajitos como en el cuento, cantaban más entonados que nunca.
Si tan sólo María Isabel los hubiera visto. Seguro hubiera hechado Royal en su panza para inflarlos y rogarles que siguieran bailando. Esos dragones bailarines una vez que empieza la zarzuela no hay quien los pare.
Mi bolita de cristal.
Siempre tan traviesa, sale cuando no debiera salir. Y lo peor no es que salga. Lo peor es cuando explota. Lo tiene prohibido, pero me hace poco caso.
Es rebelde, algo así como el flequillo de Torombolo los sábados al amanecer.
shh creo que ahora viene.
Rodará ahora dibujando una espina. Y una maceta para poder clavarla.
auuuu. creo que esta echando raíces.