lunes, 5 de junio de 2023

Tu voz me dice (5/ de nosecuántas)

 Llegamos a la fiesta. Mi mesa era la de los amigos de la adolescencia. El bebé quería que me sentara con ustedes, pero yo quería reír y volver, aunque fuera un ratito al espacio que alguna vez se sintió casa.  La noche pintó mil veces mejor de lo que pensaba. 

El lugar era hermoso, la música perfecta, por fin rock alternativo en una boda, las sonrisas del Yaesposo. El miedo a la feminazi se evaporó, había confundido a esos amigos con sus hermanos, y no, no son lo mismo, estos, de alguna manera me respetan más, será porque no me consideran la hermana menor, había algo, en sus miradas, en su forma de hablarme, en sus preguntas, de admiración, de nostalgia, del buen sabor del pasado. Las risas, la confianza, el abrazo a la adolescente se hicieron cada vez más fuertes. 

"Siempre les gusté" pensé, y yo que toda la prepa me sentí fea. 

- ¿Ya viste la luna?  Te acercaste a decirme. 

-Nop. 

- Veela, está hermosa. 

El Yaesposo me había dicho lo mismo cuando se acercó a abrazarme, pero en ese momento sólo quería bailar. 

Caminé hacia el muelle. Venías detrás. 

¿Va a ser un momento romántico? me pregunté y un poco de nervios me entraron.

La luna se caía en rosa, acariciando el agua que nos acariciaba a nosotres.

 En el muelle había más invitades, desconocides para mi, conocides tuyes. Nos unieron a bailar en su viborita y sus puentes y cosas de bodas tradicionales.  Algo me incomodó bien, no sé el qué, pero sentí que no quería estar allí, que quería estar frente a esas miradas y voces que me hacían sentir de nuevo en casa, después de muchos años, aproveché que algunes te hablaban y escapé por debajo de los brazos, para volver al lugar seguro. 

¿Porqué no te haz maquillado? Me reclamó el Yaesposo.  Casi obligada formé fila con la noviaesposa de tu amigo el Seguncineasta.  Pasaste a mi lado, sentí en tu mirada algo así como ¿ así nomás te vas? No dijiste nada pero, te tomé del brazo y te dije:

-Escucha, sí te voy a dar, pero quiero bailar, ir de un lado al otro, cotorrear. 

Sonreíste.

- Claro, claro, es momento de fiestear.  

y seguiste camino. 

Bailaba, con todos y con nadie, a ratos solo sola, sentirme, vivirme ahí, volviendo sin volver. A ratitos me iba al lado tuyo, para que sintieras que estaba y para ir, de a poquito, tejiendo. 

Me llevaste por una bebida, creo, o no sé porqué estábamos tan cerca de la barra cuando El Bebé nos dijo 

Ya besense!

- Te voy a besar, así ya se relaja. 

Aunque en realidad la que necesitaba relajarse era yo. Dar el primer paso, tocarte, besarte, para dejar de alargar el viaje. 

Te besé y...  desde ahí no pude dejar de besarte, hasta hoy.