lunes, 15 de octubre de 2007

lo siento

Otra vez. Se hizo de noche. O tal vez es la primera vez que de verdad es de noche.
Lo extrañas ¿ a que si? Estas haciendo un esfuerzo por no llamarle. Porque no importa que hayas borrado sus, mensajes, sus mails, su número. Tirado su rosa. Es una noche, como hoy en la que maldices a tu memoria. Sin más su número salta a tu cabeza, y a tus dedos que enganchas al ordenador para no caer. La sensorial. Sin abrazos. Desapareció su cuerpo de tu cama, aunque sólo fuera una vez. O muchas. Todas pudieron haber sido una. Como uno pueden ser todos. Y no sabes qué es lo que más extrañas. Su voz, sus mordidas, el abrazo. La sensación incomparable de querer comprar un chocolate, que se te vaya la vida en ese puto chocolate porque " no siempre la vas a tener". Ahora quisieras aventarle todos los chocolates a la cara. O mejor no. Tal vez otro beso. Otra palabra en diminutivo que te haga sentir única. La seguridad, eternamente imposible, de que no hay nadie más. Siempre hay más. Una, dos.

Entonces entra él a cargarte la noche con una llamada perdida. Te sudan las manos y quieres llorar. A punto de contestarle pero... "date a desear". Hay mañanas mejores que otras. Tal vez hoy si quieras despertar. Será en la noche cuando lo recuerdes. Suele pasar. Una y otra vez. Quisiera que no te pasara. Sé cómo duele no sentirse especial. La amargura en los labios cuando recuerdas su sabor. Esa rabia de haber sido engañada. Aunque quizá no tanto. Después de todo es humano.

Yo te digo que llores, que lo maldigas. Que desear su muerte tanto como su abrazo es normal. Que esto pasa. Hasta que de verdad lo odies se te va a pasar. Duele, ya se. Mucho, a veces pasan cinco años y sigues compadeciéndote por haber llorado tanto. Por él. Después habrá otros, porque hay muchos. Pero nunca vuelve a ser igual. Serás una cabrona, pero ahora si de verdad. No es tu culpa. Así te forjas. Te quedo yo y la aventura futura de una buena noche ahogadas de risa por haber destrozado un corazon. Hadas asesinas, para dejar de ser quinceañeras. Ya te tocará ser la mala. Lo vas entender.

Uno no es ninguno. Ya vendrá el día en que hasta lástima le tengas. Tendrás claro que los dos sufrieron. Si él era de verdad. Yo tampoco lo entiendo. Son las injusticias esas de las que se habla todo el tiempo, por las que se hacen las novelas, y los blogs y los suicidios. Pero tu eres mejor. Sabes lo que digo. Esto apesta. Es así. Menos mal que me tienes a mi ja ja. Menos mal que existe el chocolate, los gofres, el helado y unas buenas amigas para engordar juntas.

Siempre queda SAla Sol y alguno que otro extranjero. Pero que no sea matemático