miércoles, 2 de noviembre de 2016

ella se va

Ese día ella despertó con la certeza de que  nada podía ser igual.
Sabía lo que iba a pasar y sabía que pasaría porque ella lo deseaba, porque algo en ella, sabe, la loba que estaba arañando para despertar, estaba urgida de salir a los campos, de abandonar lo viejo, lo ya hecho, lo acostumbrado.
Se duchó, se miró al espejo y  con mucho cuidado y lentamente se peino, con todo el amor que le podía dar a su cabellera.
Tocaba su pelo con una mezcla de ilusión y nostalgia, porque sabía que esa iba a ser la última vez que lo tocara, la última vez en mucho tiempo que se peinara, que viera ese reflejo frente al espejo.
Un pequeño homenaje para la compañía que habitaba en su cabeza desde hacía tanto tiempo, y que aunque varias veces le hubiera dado formas y colores distintos, seguía siendo el mismo.

"Cortar de raíz" escuchaba en su cabeza, y al tiempo se iba despidiendo del olor de las canastas de ese baño.

Se puso un vestido largo, negro, strapless. Se preguntó si quizá era demasiado, pero la respuesta fue un intenso

"No, hoy es noche de muertos y una gran parte de ti va a morir, ríndele homenaje a tu muerte"

Tras este pensamiento, o esa voz que le susurraba fuerza al oído, su tesitura muscular cambió,  transformó la nostalgia en coraje y  se maquilló con el debido respeto, como una buena bruja contemporánea, porque ya a esta altura, nada era demasiado. Se puso unos tacones altos, se sirvió un mezcal y esperó pacientemente en el balcón. Cuando el Lord Inglés pasó por ella le preguntó:

¿Tanto?
 Y más.

El Lord la llevó a un supermercado, la gente la miraba al pasar por los pasillos, pero en tiempos de muertos cualquier duda se justifica tras unos segundos. Compró 70 cervezas de distintas marcas, 2 botellas de Gin, 2 de Tequila y una de mezcal y lo subieron al coche.
Llegaron a un departamento prestado , con algunos asientos de terciopelo, el espejo de casi 3 metros con el marco dorado y supo que ese era el lugar.
Sus allegados y allegadas fueron llegando de apoquito, algunos con disfraces, otros no, Todos con la misma duda:
¿Lo vas a hacer?
A lo que ella contestaba con un trago de mezcal, para el preguntón y  otro para ella. Llegaron su amigo y su amiga cineastas, acomodaron el espacio, porque esto tenía que ser grabado.
Antes del momento ella se dejó cargar de brazos en brazos hasta que llegó a la silla.
Carlitos ya había preparado los utensilios, la máquina, la espuma, el agua.
Ella pegó un fuerte grito.
¡Vamos a empezar, estén de acuerdo o no con lo que voy a hacer los necesito aquí y necesito que lo hagan conmigo así que vengan!
 Aproximadamente 60 personas la rodearon.

Con los nervios, la fuerza y el intento de glamour que la sacudían se sentó. Miró a la cámara y dijo.
Venga.
Su pupila más allegada gritó a lo lejos
¡No lo hagas, no te vayas, soñé que no volvías!
Ella pensó que la pupila era una dramática, no sabía que no se equivocaba.
Uno a uno fueron pasando los y las invitadas y con la maquinita le fueron arancando un trozo de pelo, ella sonreía, temblaba, reía a carcajadas. La consigna era darle un deseo y luego llevarse un trozo de su cabello, podado por ellos mismos. La ayudaron su hermana, su hermano, sus primas, amigos y amigas de otras ciudades, alumnos  y alumnas de diferentes talleres, cuando el último de sus amantes se acercó la miró tembloroso
Llévate lo tuyo.
Así se lo soltó, sin registrar cómo y porqué se lo decía. A medio camino alguno le dijo
¡Para ahí, estás a tiempo!
Pero ella no sabía parar. Nunca había sabido.
Hubo doble o triple vuelta hasta que terminaron. Después Carlitos se acercó y con todo el amor hacia ella que lo caracterizaba le llenó la cabeza de crema, le dio un beso en la mejilla y soltó
Ahora vamos a dejarlo bonito.
¡No, ya no, déjalo así!
Ella miró a Carlitos y asintió. Carlitos tomó la cuchilla y fue rasurando delicadamente zona por zona, hasta que quedara sólo un huevito blanco.

Cuando Carlitos terminó, Ella se levantó, cruzó la sala, llena de gente, sin escuchar sus voces se acercó al espejo, al grande y comenzó a conocerse.

Alguien desde atrás, mientras le tomaba una foto le susurró,

No era necesario, con irte bastaba.
Para tí no , para mi si.

Y ahí arrancó el viaje.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Si estuvieras

Si estuvieras

Hoy me hubiera despertado y te hubiera dado un par de besos en los párpados. Me hubiera quitado la parte de arriba de la pijama y me hubiera abrazado a tu espalda, así, sintiendo el subir y bajar de tus costillas. Si estuvieras,  después de acariciarte la nuca y succionarte la parte de atrás de las orejas te hubiera dicho al oído que te ducharas conmigo. Te habría invitado a desayunar y hubiéramos tomado un café con leche juntos. Si estuvieras sabrías que hoy me va a bajar la regla y que estoy más sensible que otros días, sabrías que si me siento frente a la ventana a tomarme el café escuchando Amiina es porque quiero llorar, así sin saber porqué. Si estuvieras no te asustaría que hubiera días así. No tendría que fingir que no me pasa nada, o que se me va a pasar rápido, sabrías que es luna llena y que esa es mi luna que  se acerca y que siempre hay una pequeña guerra entre ella y yo, una guerra de amigas, hasta que yo dejo salir todo lo que me habita y ella se lo lleva. Si estuvieras te sentarías a mi lado a mirar la ventana mientras lloro mis lágrimas caen forzadas por la gravedad. Yo te daría la mano cuando empezara el tema de Hilli y tú sacarías tu libro de cuentos infantiles. Si estuvieras te daría un abrazo fuerte antes de irme a teatro comunitario. Me dirías

¿Hoy también vas a poner el cuerpo?

Hoy más que nunca

Te contestaría

Si estuvieras me darías un libro nuevo para el camino a Bajo Flores

No se si hoy lo pueda leer

Tal vez no, pero lo vas a abrir y eso te hará feliz

¿Feliz?

Bueno, contenta

Yo sonreriría, cerraría la puerta y tomaría un autobus con las manos en el vientre bajo para proteger a mi útero del caos del día.

Si estuvieras yo no estaría escribiendo esto.

jueves, 8 de septiembre de 2016

8 de septiembre de 2016

Hoy lloré de rabia y frustración 

A los niños y grandes  del presente y del futuro

Hoy lloré de rabia y frustración. A mi me molestan los días "de", día de la madre, día del padre, día del niño, día de la mujer, día del abuelo, día del abogado, día de... me hace pensar que nuestra vida es tan vacía que tenemos que buscarle un título a cada día para tener algo que festejar. Cuando es el día del orgullo gay la gente cambia sus fotos de perfil de facebook y las pone de colores, a mi me suele parecer ridículo, este año pensaba "ay por favor, ya no es necesario, homosexuales, heterosexuales, bisexuales, transgénero, pansexuales  y demás ya convivimos todos los días, esa lucha ya acabó y ya fue ganada, he estado en más de una marcha del día del orgullo y ya todo está bastante integrado..." qué ignorante e ilusa fui. 

Días atrás leí que en México (de momento no vivo allí) se hacía una marcha en contra de legalizar el matrimonio gay y la adopción de niños por parte de las parejas homosexuales. Yo no lo pude creer, 2016 la gente saliendo a las calles a gritar que los demás no deben de tener los mismos derechos y libertades que ellos mismos.  Yo no creo en el matrimonio y no quiero tener hijos, me resulta incluso raro que la gente se siga casando, o que luche por poder casarse, pero me resultaba indignante que alguien saliera a la calle a gritar que otro no podía hacer lo mismo que él. Así que postié que me parecía arcaico y que no podía creer siquiera que se planteara el tema.Supuse (no se por qué) que mis amigos pensaban igual que yo. Me llevé una enorme sorpresa al darme cuenta de que había gente defendiendo esa manifestación, gente, a la que quiero y estimo, gente con la que tengo una hermosa relación desde los 13 años. Surgieron las discusiones en las redes, en mi facebook y en los grupos de whatsapp. Hubo argumentos como "están enfermos" ,"tienen fallas genéticas", "son anormales", "sus hijos van a crecer con ese mismo problema" , "el día de mañana van a querer coger con animales públicamente", "tú no puedes opinar porque no tienes hijos",etc, etc, etc.  A mi a veces se me bloquea la palabra, cuando me encuentro con conflictos así, conflictos que yo creía arcaicos y de otras generaciones me encuentro sin manera alguna de articular mis argumentos, mis puntos de vista. Hablamos del concepto familia, de cuándo fue inventado y a favor de qué o quien, de las instituciones, de la iglesia, del gobierno. Era inútil, días antes alguno de mis conocidos había dicho que él respetaba a la figura presidencial sólamente por su embestidura y por ser una institución, esa respuesta me había dejado sin habla, trabada de rabia. 
La gente a mi alrededor me decía "no discutas con ellos, no tiene sentido" "¿cómo es que te relacionas con gente así" "bloquealos" "sacalos de tu vida".  Y no, no puedo.  
Soy artista, me dedico al teatro, creo en el diálogo, creo en la discusión, creo en la construcción a partir de las diferencias de los unos con los otros. Creo, mínimo hasta ahora, que el conflicto no se resuelve evadiéndolo o sacándolo de tu vida. El conflicto se resuelve enfrentándolo desmenusándolo, escuchándolo.  Creo que uno de los prinicpales problemas de muchos países como México, es el silencio, el miedo a la discusión, el miedo al enfrentamiento, el miedo a pelear por nuestras propias batallas. Preferimos no discutir entre amigos, no decir nuestras opiniones ni puntos de vista, no debatir "mejor vámonos a chupar y todos tan contentos, todos amigos de todos". Amo a estas personas y por eso quiero que escucharlos y que me escuchen. No siempre lo hago de la mejor manera, no. A veces me encabrono, lloro, me río, soy aguda, ácida, oscura. Hago bromas de mal gusto que  hacen sentir mal porque no supe defender mi idea como yo quise, o porque no entendieron lo que yo quería que entendieran, pero nunca, nunca, nunca voy a callar lo que creo ni lo que pienso, (tal vez lo que siento sí)

Si tuviera que definirme, diría que soy pansexual, me gustan los hombres desde que tengo memoria,  y me he enamorado miles de veces de ellos, pero hace unos años me enamoré de una mujer  y estuve con ella bastante tiempo. La experiencia fue hermosa y horrible. No entendía lo que me pasaba, tenía mucho miedo, me sentía culpable, sentía que traicionaba a mi familia, a mis amigos, a mis exnovios, a mis tradiciones y a mi cultura. Algunos de mis familiares se sintieron profundamente dolidos, algún exnovio sintió que era una traición, un engaño. Para mi era un universo diferente y estaba tan contenta de amar y de descubrir tantas cosas, de darme cuenta de todos los prejuicios que tenía, de las miles de posibilidades que había en el mundo, pero sufrí mucho, sufrí mucho al ver cómo la gente a la que yo más quería estaba sufriendo tanto por lo que me estaba pasando a mi. Me despertaba al lado de ella y pensaba "¿qué hago aqui?", "yo no soy así", " a mi no me gustan las mujeres" y un sin fin de preguntas que, imagino, cualquiera que haya pasado por mi situación se ha preguntado.  Cuando mi papá se enteró me preguntó 
 ¿y ya no quieres tener hijos?
¿y ahora vas a luchar por los derechos de las lesbianas?

Le contesté, desde mi ignorancia, que no tenía que luchar por ningunos derechos, que los derechos de las lesbianas eran los mismos que los de las mujeres, y los de las mujeres los mismos que los de los hombres, así que no había nada por qué luchar, ya tenía todos los derechos y libertades porque antes que nada era ser humano y no entendía qué tenía que ver una cosa con la otra. ¿Hijos? en ese entonces no me lo preguntaba, no me preguntaba si quería tener hijos con ninguna de mis parejas. Ahora se que no quiero tener hijos.  Lo se porque veo este mundo y me da pánico. Yo no quiero traer un ser humano a un lugar donde los seres humanos seguimos peleando por un muro, un muro entre los unos y los otros, un muro en el que yo no pueda ni quiera ver al de al lado, al que es diferente a mi, al que considero inferior (o superior) al que me da miedo, al desconocido. No quiero traer niños a un lugar en el que se considera que lo que es diferente a uno es un error de la naturaleza, una patología, una enfermedad de cualquier tipo. 

¿Las instituciones no pueden ser cuestionadas? ¿El presidente merece respeto absoluto por llegar a la presidencia? ¿La iglesia no es cuestionable?  Nada se cuestiona porque es como nos lo enseñaron, porque es lo "natural y la naturaleza es sabia"  y así miles de frases que hemos ido escuchando desde niños. 

Me dicen que mi opinión es subjetiva porque no soy madre. Yo he decidido no ser madre, porque me dedico todos los días a estudiar cómo y desde dónde puedo hacer que este mundo sea un lugar mejor, trabajo todos los días para hacer la revolución, desde el teatro que es mi lugar, estudiando cómo acabar con la opresión, con la desigualdad, con la injusticia y eso, eso lleva mucho tiempo. No tengo tiempo para criar a un hijo y menos para  aislarlo  de la realidad social. Si un día lo logramos, si un día logramos que este mundo sea un lugar habitable para una nueva generación, entonces seguramente me decida a tener a uno, mientras tanto sigo luchando, todos los días. La gente que vive conmigo el día a día lo sabe. Espero no cansarme, espero poder hacer todo lo que esté en mis manos para que los niños de otros vivan mejor que lo que nosotros hemos vivido, para que los niños de los otros no se queden sin voz ante las injusticias, no se enfermen de rabia ante la ignorancia, no se mueran de miedo ante el abuso. 

Hoy lloré de rabia sí, y de frustración sí, porque me acordé que el mundo todavía no está preparado para ustedes.  Pero cierro los ojos y los aprieto con todas mis fuerzas para que dejen de suceder días como los de hoy.

domingo, 8 de mayo de 2016

Pase usted un fin de semana en Montevideo

Despiertese a las 5 de la mañana medio borracha, media cruda, media sabedònde. Recuerde usted que está a unas horas de volver a ser ilegal. Dese cuenta que mientras dormía su piedra de la luna en forma de lágrima ha escapado durante la oscuridad. 
Coja una mochila, meta ropa al pedo. Dude usted si llevará un libro sobre teatro argentino o uno sobre futbol argentino regalado por un no amante. Cuestiónese en què campo anda màs coja. Opte por el libro de futbol. No se quite la pijama, póngase un abrigo encima, tome la mochila y baje las escaleras. 
Salga de casa pensando en lo bello que es tener a un poeta en su cama y abandonarlo con un beso en la frente. 
Tome usted el taxi que la llevará al barco. Haga charla de madrugada con un taxista homofòbico, misogino, ignorante y santero. Escuche cómo le explica que hay que abrir los òrganos de los gallos, gallinas, conejos y còmo se le rinde culto a cada uno de esos òrganos. Vea còmo el taxista la lleva a la profundidad de la Boca. Sude cada que el nùmero del taxìmetro avanza. Goglee la dirección exacta a la que va y demuestrele al taxista que está en el rumbo equivocado. Haga que el taxista santero detenga el taximetro. Llegue a Puerto Madero, despidase del personaje de madrugada y baje del taxi. 
Pase por migraciones temblando, esperando que no le prohiban la entrada/salida del país. Salga con éxito de tal situación. 
Espere en la sala mientras escucha los mensajes de audio de un amigo borracho saliendo de lo que él llama La maricoteca. Enterese, también, del inesperado  casamiento de otra de sus amigas. 
Subase al barco que la llevará a su destino. Sientese al lado de una coja, frente a la ventana principal y observe còmo el barco penetra las aguas. Pase frío, cùbrase y reponga un tiempo del sueño que le faltó. 
Abra los ojos en Colonia, baje del barco, y camine al autobus que la va a llevar a Montevideo. Sientese en el asiento d hasta atras, del lado de la ventana, siempre. Haga el amago de leer, luego dedíquese a mirar el paisaje y recordar la noche anterior. 
Llegue usted a Montevideo, baje en tres cruces, cambie sus pesos argentinos por pesos uruguayos. Pregunte por hostales cercanos, escuche la ironía del informante. Camine con su mochila por avenida 18 de julio, gire a la izquierda en la calle Paraguay y a la derecha en Canelones. Descubra un pequeño cartel  "tà estressado? vai viajar". Encuentrese con una chica de cadiz, mitad rapada mitad peliroja. Charle con ella sobre Cadiz, sobre los pueblos blancos, sobre sus amigos de Cadiz. Suba las escaleras y entre en una habitación que compartirá con 4 desconocidos. Deje sus cosas, no se quite el abrigo, escuche su estomago rugir y salga hacia la Ciudad vieja. 
Detengase frente a un anuncio de Chivito Porteño+ gaseosa, sièntese en el restaurante. Escuche cómo las camareras de mediana edad se quejan sobre su vida. Salga en cuanto pueda, antes de que sea demasiado tarde. 
Recorra la feria de artesanías. Pongase a soñar frente a los puestos de piedras preciosas y cuarzos. Lamèntese profúndamente por la pèrdida de su piedra lunar.  Metasé a una libreria de libro objeto, deleitese con los descubrimientos y ocurrencias del autor.  Avance por las calles. Vea a una viejita quejándose en voz alta de cargar 3 bolsones y una maleta, ofrezcale ayuda, escuche su rechazo, supliquele por ayudarle, escuche su negativa rotunda y vayase. 
Entre al bar de Los Beatles. Observe una antigua cantina, rellena de viejos y deslavados posters beatlerianos, resista usted la mirada de  los parroquianos, todos hombres, mayores de 50 años, jugadores de dominó. Aguante sus miradas de desaprobaciòn ante su interrupción, aguante, avance a una mesa, sientese y pida un café, aguante las miradas, aguante, aguante. Saque su libro, saque su diario y pida un agua con gas para terminar de aligerar la resaca. Recuerde a ese exnovio fanático de Los Beatles. Escriba, escriba usted todo lo que pueda y de tanto en tanto observe las miradas de los que pasan por fuera y la ven atravez del cristal.
Escuche unos tambores pasar. Mire cómo los viejos del bar se levatan a la puerta. Salga, Encuentrese con un grupo de brasileiros uruguayos tocando candombe, tambores, saxofón y uno al frente oleando la bandera Uruguaya. Tome una foto, observe un rato y regrese a su mesa. 
Salga usted del bar dos horas después. Diríjase al malecón, recorralo y recarguese en una piedra y reciba los últimos rayos del sol. 
                                                                   
                                                                     escuche
                          escuche
                                                                                                                  escuche


Regrese usted hacia la ciudad. Vaya al gran Teatro Solís. Compre una entrada para el festival internacional de danza contemporánea. Pague usted 150 pesos y sea usted avisada de que va a ver un experimento performático. Asienta usted, pensando que ya lo ha visto casi todo.
Entre a una sala donde hay un escenario cubierto de piedras, un escenario, controlado por una tecnología que lo hace temblar intermitentemente en diferentes lugares.  Sobre el escenario un bailarin de pie, inmòvil, mirándo fijamente al frente. Un minuto, dos minutos, 20 minutos el bailarin y el escenario siguen igual que cuando usted entró. Vea cómo la chica que estaba a su lado se quita los zapatos y sube a escena, el actor baja y ella hace exactamente lo mismo, una "espectadora" y otro y otro, subiendo a hacer exactamente lo mismo "permanecer". Aguante usted todo lo que pueda "permaneciendo",  a las dos horas mándelos a la mierda y sálgase.
Recorra la avenida 18 de julio y sorprendase con una plaza en donde hay unas cuantas parejas de viejitos bailando tango. Detengase,
                                                                                    escuche

Reemprenda su camino, entre a una cafetería, comase una muzzarela de aceitunas y arranque el libro sobre futbol. Intente usted entender la psique del hincha argentino. A la hora, salga del café, cruce la avenida y entre al famoso teatro El galpón. Compre una entrada para ver "Los pequeños burgueses" de Gorki. Entre a una gran sala, cómoda, amplia, elegante, dese cuenta que todo el público lleva el nombre de la obra tatuado en la frente, incluyéndola a usted. Chùtese una obra de teatro de más de una hora y media, donde lo más interesante es que la viejita que esta a su lado no ha parado de tararear La marsellesa, desde antes de que abriera telón. Miente madres sobre el proyecto escénico que está viendo y recuerde porqué está descansando de las tablas. 

Vuelva por la noche a su hostel. Conozca a una colombiana con la que va a partirse de risa hablando sobre sus historias fallidas de amores argentinos. Tomese una birra con ella, con una pareja brasileira mientras acompañan a una francesa que pinta un mural en el salón del hostel. Escuche usted hablar sobre mercados colombianos, escuche usted hablar sobre medicina brasileira y cubana, escuche usted hablar  machismo mexicano, escuche usted hablar sobre  la complejidad del lenguaje,  escuche usted hablar sobre el candombe,  escuche usted hablar sobre los gauchos
escuche usted
escuche usted 
escuche

Retírese en la madrugada, entre a la habitación con los 4 desconocidos, quìtese el abrigo reconozca un olor que no es el suyo y dese cuenta de que en todo el día, no se quitó la pijama. 

Duerma placenteramente durante 8 horas.

Levántese antes de que se acabe el desayuno. Salude a la andaluza, prepárese un café con leche, un par de tostadas con manteca y mermelada y un mate cocido. Charle un poco con la muralista francesa. Guarde silencio frente a su compañero de habitación y retirase a duchar. 
Disfrute del agua hirviendo. Realice que no trajo toalla, séquese con la sudadera que usó ayer durante todo el día. Vistase, conteste los whatsapps acumulados de todo el día anterior.

Salga a caminar y vuelva al puerto. Vea a las palomas despedirse de los barcos y tómele fotos. 
                                                   
                                                         escuche

escuche 
                                                                                                                  escuche

Diríjase a la feria de los domingos. En su camino dese cuenta que los uruguayos van por las calles cargando su mate y su termo de agua. Piense usted "Maldita sea, porqué no llevo un chongo a mi lado que me prepare unos mates", luego recuerde "si tuviera un chongo, probablemente no estaría viviendo todo esto"
Llegue usted a la feria, observe cada uno de los puestos con detenimiento, como si ésa no vuera la feria número 798 que ha visto. Detengase ante la jacaranda blanca, recuerde su infancia. Mire cómo una señora carga una enredadera de flores amarillas y recuerde a su madre llenando su casa de flores.
Párese frente a las peceras, observe los peces naranjas, amarillos, blancos, Recuerde a ese pez beta que apareció muerto en su salón. Mientras observa a un pez gris, largo, con una especie de 4 patas, acuérdese de los axolotls de Xochimilco.  
Piense en esa eterna necesidad del ser humano de poseer a la naturaleza, sus plantas, sus animales, sus. 
Mire a las viejas comprarse joyas de fantasía y recuerde a aquella viejita, que una tarde madrileña, le regaló una bolsa llena de ellas con lágrimas en los ojos. 
Gatos en jaulas, perros en jaulas, conejos en jaulas.  Un chico grita "tortas fritas" y recuerde usted los buñuelos navideños queretanos. 
Adéntrese de lleno en la feria y escuche en su mente  a Sabina e cantar esa canciòn sobre la argentina y el rastro. Tópese con los mates uruguayos y dese cuenta que ya no le alcanza para llevar el regalo al  torero. Escuche a un papá decirle a su hijo
"me pediste tortugas, te las compré, me pediste un conejo, te lo compré. Todo lo que te compro se te muere"
Sienta cómo se le aprieta el corazón

Dejese llevar por el sonido de la música folklorica, llegue frente a un puesto de choripanes, cómprese uno y baile con el grupo de cubanos folkloricos, mientra mastica su almuerzo. Termine su comida y baje al puestito de Leo, un poeta que hace pequeños cuadernos con conversaciones telefónicas impresas, ríase bastante, felicítelo y vuelva avenida arriba.  

Emprenda el regreso al hostel, pase por la Intendencia de Montevideo, cruce una manifestación, escuche una canción que le gusta, pregúntele a uno de los manifestantes quién canta, enterese de la existencia de Carlos Alberto Rodriguez y tome un mate con los manifestantes. 
Continúe su vuelta al hostel. Sienta un ardor en la comisura del labio derecho,  pase por un puesto de cremas artesanales, investigue por un bálsamo para los labios, rìase ante las bromas del vendedor y vaáyase con las manos vacías. 

Regrese al Hostel y escriba, escriba antes de partir, de tomar en barco de regreso,  y dejar de ir a este ritmo,

                                escuche usted
                                                         escuche usted




viernes, 15 de abril de 2016

Que no se te olvide que yo soy una Maleta


Así como hay chicos que siempre han querido ser altos, y hacen lo posible porque sus amigos lo sean.
Así como hay chicas que siempre han querido ser rubias y gacen lo posible porque sus amigas lo sean,
Así como hay señoras que siempre han querido ser flacas  y hacen lo posible para que sus hijas lo sean.
Así como hay señores que siempre han querido tener bigote y hacen lo posible para q sus hijos lo tengan.
Así era esta mochila que siempre quiso ser maleta.
Mochila hacía que la llamaran Maleta en el barrio.
Como cuando a las señoras les dicen "buen día señora" contestan "llameme Señorita"
Como cuando a un hombre le dices "disculpe señor" y te contesta "llameme Licenciado"
Mochila, cuando le decían "¿Qué hay Mochi?" "Maleta para usted"

Mochila se levantaba todas las mañanas a hacer ejercicios de estiramiento, estiraba sus bolsillos laterales, los internos, frontales y hacía varios ejercicios de respiración para ahondar su cavidad principal.
Minimochila la veía desde la cama
 "Mamá, ven a acostarte otro ratito que hace frío"
  "No hija. Al que madruga Dios lo ayuda. Así que a levantarse y a trabajar para ser lo que uno quiere ser"

Minimochi cerraba sus ojitos (que eran 2 mini bolsos internos) y seguía durmiendo.

Mochila, después de sus ejercicios y respiraciones,  comenzaba la faena de rellenarse: una enciclopedia, una biblia, un diccionario, 2 sweteres, unos pantalones.

Por la calle:

-Mochi! ¿Cómo es que llevas tantas cosas? te vas a romper
- Mochi, me urge que me des unos consejos para que me quepa la mitad de lo que a ti.
-Ya ven chicas, es lo que tiene ser una Maleta

Entonces minimochi estiraba los plieguesitos de sus tirantes, orgullosa de su Mamá.

Mochila iba incrementando su espacio cada día, un día una falda de más, otro día unas zapatillas, otro día un desodorante. A veces probaba rellenando las esquinas con caramelos, cambiaba el orden de las cosas una y otra vez, se reacomodaba logrando que cada día entrara una cosa más, entonces miraba a su hija y le decía

"Porque tú y yo , mi amor, somos Maletas, que no se te olvide"

Minimochi no le daba mucha bola, a veces se enorgullecía de la capacidad  de su mamá, otras se avergonzaba cuando veía a las vecinas burlarse.

Una tarde, al cruzar la calle juntas, Mochila llevaba demasiadas cosas, avanzar era complicado y se arrastraba por el asfalto. Minimochi le dijo:

"Mamá ¿no crees que estás cargando mucho?"
"Hija, que no se te olvide que tú y yo somos Maletas"

Todavía noa cababa de decir esto cuando un perro feroz se avalanzó sobre ella, y de tres mordidas la destrozó. Minimochi quedo llorando en la banqueta. Comenzó a recoger una por una las cosas que su Mamá llevaba dentro. Las vecinas se acercaron a darle el pésame, a ofrecerle su asyuda. Minimochi, en silencio,  se metió todo lo que quedaba en el piso, y luego, cacho a chacho, los restos de su Mamá.

-Minimochi, no vas a poder con eso
-Mini mochi, para
-Minimochi , déjame ayudarte

Minimochi alzó sus tirantes y, mirando hacia su casa, les dijo

"Que no se les olvide que yo soy una Maleta".

sábado, 9 de abril de 2016

apareció un coatí muerto

Cuando ella vió cómo su padre sacó la escopeta y mató a sus 5 gatitos, la abuela dijo:
- Tendrían que llevar a esta niña al psicólogo

Cuando su hermana pequeña nacii y la mandaron al cuarto de arriba sola, mientras sus 3 hermanas dormían abajo

               se escuchó el mugido de una vaca

su abuelo dijo
-Tendrían que llevar a esta niña al psicólogo

Cuando su madre las abandonö para irse con su exnovio a Europa, la sirvienta dijo

-Tendrían que llevar a esta niña al psicólogo

Cuando su hermana se clavó  3 navajas en el pecho, el vecino dijo
-Tendrían que llevar a esta niña al psicólogo

Cuando su novio la hizo meterse una lagartija en la vagina, su suegra dijo
-Tendrían que llevar a esta niña al psocólogo

      se escuchó el mugido de una vaca

-Eso ya lo sabía

Y el novio la llevó.

Cuando la psicóloga escuchó todas y cada una de sus historias (no me da tiempo ade contarlas todas porque esto es un ejercicio cronometrado) se escuchó el mugido de una vaca
la psicóloga le dijo

-Alguien tendría que haberte llevado al psicólogo

-Eso ya lo sabía

 La primera sesión de terapia comenzó así:

-Bien Martina, lo primero que te voy a pedir es que apagues ese aparato y me lo des
-¿Qué quisiste decir?
-Que apagues ese celular que traes en la mano y me lo des.
-Ah hablas de el celular
-¿De qué pensabas que hablaba?
- De mi cabeza
¿Cómo?
-Tú me dices, apaga ese aparato y dámelo. Eres psicóloga, pensé que querías mi cabeza.

La psicóloga ríe
Ella le da el celular. La psicóloga lo mete a una cajita
-¿Qué más hay en esa caja?
Se escucha el mugido de una vaca
-y, guardo los aparatos de mis pacintes
-¿tienes dildos?

La psicóloga ríe
-¿tienes?
-Tengo uno, sí
-¿Puedo verlo?

La psicóloga duda, lo saca y se lo da. Ella lo huele.
-¿de quién es?
-Hay cosas que no se pueden decir
se escucha el mugido de una vaca
- pensé que sólo tenías cosas de tus pacientes
-es de una paciente
-pensaba que una no podía autoanalizarse a si misma
-No te sigo
-El dildo es tuyo
-¿Porqué piensas eso?
-huele a tu vagina
-¿huele a mi...?
- sí, la olí desde que llegué. Tengo eso ¿viste? Te voy a contar la verdad sobre mí.  Tengo el súper poder de oler los genitales de todas las personas. Llego a un lugar y reconozco el olor de cada sexo, se si se duchó, si cogió, si está húmedo, si tiene cándida, si come mucha carne y gotea
-¿si come mucha carne y gotea?
-este dildo huele a tu vagina
-¿desde cuando te pasa eso?
-Te voy a leer lo que dijo Michael Stevenson
-No evadas mi pregunta
-No la evado. Michael Stevenson dijo: Todos querrán que el otro vaya a terapia, porque todos soñamos con la idea de que alguien, en lugar de abrazarnos, pueda pasturbarse con nuestras microtragedias, y mientras ese otro se masturba con tu tragedia tú te masturbarás con la idea de que alguien se masturbe gracias a ti.
-Michael ¿qué?
-¿es tu dildo?
-No estás siendo justa conmigo
-Creí que tenía que ser honesta, no justa
-¿veniste a jugar?
-Vine porque, ahora que las lagartijas dejaron de rasguñarme el útero puedo sentarme y hablar sobre mi. Nunca me imaginé que mi terapeuta guardara su dildo junto a mi celular.
-No es mi dildo
-Huele a tu vagina
-¿Desde cuando dices que hueles los sexos?
- llevas calzones de encaje, hoy estas ovulando
se escucha el mugido de una vaca

Ella mira a la ventana.

-Apareció un coatí muerto
- ¿Ahora quieres hablar de los coatís?
-No, sólo lo escuché. También me pasa eso, escucho, huelo. Quise contártelo porque te vi muy tensa con el tema de tu ovulación.
-¿Qué otras cosas te pasan?
- Usas talco Menen. No te lo pones directamente como las abuelas centroamericanas
-No voy a negociar
-¿Negociar qué? Yo no quiero que me digas nada. Te estoy diciendo, porque lo sé, no tengo duda que este es tu dildo
-Te equivocas
-¿Tu título a juego?
- no es mio
-ok. No es tuyo, pero lo usaste. Lo usaste hoy porque huele a ti cundo ovulas y el olor es muy fuerte. Estabas enojada.
-¿quién te mandó?
-¿ A dónde?
- Aquí
-Todos
- Fue él verdad? Me espía, sabía, tenía clarisimo que nada de lo que veo y escucho era normal, es él. Dale su puto dildo.
Le avienta el dildo a la cabeza.
Dile que nunca más, que me deje en paz, que no vuelva.

Cuando ella salió de terapia su amiga le dijo

-Tendrías que ir con otra psicóloga.

se escucha el mugido de una vaca. 


miércoles, 30 de marzo de 2016

¿y el teatro?


- che, ¿y el teatro?
- el teatro ....lo veo como un exnovio ves? como si fuera ese típico exnovio que es el amor de tu vida, y que hay algo de él que te hace ser la mejor y la peor persona al mismo tiempo, que no te puedes desenganchar del todo, y que amas infinitamente pero al mismo tiempo te lastima.  No sé cómo me lastima el teatro pero me lastima, me lastima en lo que yo creo que puede lograr y no logra, en lo que creo que puede cambiar y no cambia, en lo que creo que puede romper y no rompe, en lo que ha sanado en mi y no se cómo hacer para que sane en los demás, en los no teatreros, en los que la palabra teatro les suena a comedia absurda innecesaria para la existencia y es tan necesario, tan necesario que me alejo de él a toda velocidad, antes de que me consuma, así, como del exnovio ves? No hablo de un exnovio particular, hablo del concepto exnovio como tal, como ese objeto luminoso que te atrae de una manera excesivamente jodida y cuando vas a tocarlo te quema. El teatro es mi exnovio, es mi casa de la infancia con la que sueño todos los días porque ya no la tengo pero la tengo en el imaginario cada segundo que pasa, como mi familia a la que amo, tanto la amo que no puedo abrazarla completa y ante esa imposibilidad me alejo, para protegerme del dolor que me causa no poder abrazar y sanar el dolor de cada uno, el teatro, que me transforma, que me crece, que me deshace y me vuelve a hacer cada vez que rozo sus tablas, con la mente o con los pies, el teatro que dejé atrás, allá donde dejé mi pelo, donde dejé mi cajonera de flores y la lámpara blanca en forma de jaula con el pajarito afuera de ella.  volveré, lo sé, no sé cómo, ni cuándo, ni en qué nueva forma lo encuentre, pero nos vamos a reencontrar. ¡ah, qué derroche de nostalgia me acaba de ocurrir!