miércoles, 5 de julio de 2023

Tu voz me dice (7/denosecuántas)

 Hoy es la 7, la 7 de nosecuántas. Voy lento, voy de cachito en cachito, porque esto, como la buena comida, me gusta saborearlo. Vivimos más de los recuerdos, que del presente, tú y yo, tú y yo que sólo nos hemos visto  9 veces. Nueve es un número mágico, te iba a decir, pero luego siempre estoy con mi pensamiento causal. 

La luna llena en capricornio está haciendo de las suyas. Te cae en tu venus, te dije. El final de una forma de vincularte, de relacionarte, algo, también (porque es tu luna) con tu refugio emocional inconsciente. Cambios, cambios, cambios- repetías hace un par de meses. Pero no todos han sido fáciles, no para los dos. Venus en sombra y ahora retrogradándo en conjunción a Lilith, pegaditas a Marte, sobre nuestro ascendente, vienen recordándonos a ambos, la sensación de exilio,  tener que recordar para repensar nuestros vínculos sexoafectivos, cómo me relaciono, cómo me vinculé, qué me sigue doliendo. Los fantasmas se han hecho presentes, casi materializàndose, interponiendose entre tu celular y el mio, entre tu voz y la mia. 

- No quiero preguntar, pero ¿siguen juntos?

Me escribio el Yaesposo hace unos días. 

- Porque ya ninguno me habla del otro. 

- Sí, seguimos. Pero ya no es como al principio. Se pasó el rush y pues la ideología y la distancia están perras. 

"Son Lilith y venus recordando, cuándo no te sentiste querida, trayendo los miedos a la mesa, jugando con  tu chackra corazón para que se libere la espina".  La espina, esa espina que lleva tanto tiempo dentro que seguro está podrida, que ha estado  anhidada durante tantos años, que ya mi corazón había pensado que era parte de él. Es colectivo, y es familiar, es de linaje, son las mujeres de nuestros linajes. 

Eso, todo eso es lo que tiene enamorarse bajo una luna en escorpio. Los traumas del pasado van a volverse visibles. Una sabe, una intuye y una elije. 

Son sus almas, me dijo la terapeuta hace unos días, el alma de él y la tuya, que se están eligiendo caminar un tiempo, este tiempo, juntas. Ni siquiera tiene que ver con ustedes, ni con sus egos, ni con su pasado. 

Vuelvo, que me pierdo. 

Esa noche, bueno, madrugada, no sé cuántas veces cogimos. Yo sentía que no quería dejar de tocarnos. Quería acariciarte y que me abrazaras todo el tiempo. Sentirte dentro, extender las horas.  Cogimos  y me giré para dormir, entonces tú me abrazaste por detrás y me besaste el trapecio y el cuello. Aquí me quedo. No me quiero ir, pensé, y yo siempre me quiero ir. 

-Mañana, cuando estemos en la fiesta, te voy a hacer el amor con la mirada, todo el tiempo. 

Te dije.

Repito, no sé cuántas veces cogimos, lo que si sé es que me sorprendí, porque con todas las drogas que te metes, juré que no se te iba a parar. 

Dormimos poco, yo menos.  Abrí los ojos, ávida de ver cómo iba a seguir el día. Me puse el vestido, salí a buscar mi celular. El baño, un poco de agua en la cara, pasta de dientes, y a recorrer las cabañas. 

Me sentía bien. Era yo, yo reloaded.  Estoy en el Caribe, pensaba, libre, sola, bien cogida, sin culpa, habiéndome regalado a mi 4 días de viaje, porque puedo, porque quiero. Volviendo a conectar con gente del pasado, con gente con la que fui feliz. Sin juicio. Siendo la morra que siempre quise ser. Volví. Hasta ahora estaba volviendo. 

Nadie se despertaba y yo comenzaba a desesperarme. Quería irme a la tornaboda, pero sobretodo quería que pasara ya el momento incómodo de que te despertaras y no supiéramos cómo ser.  Por fin, saliste. Sonreías, estabas de buenas, también nervioso, también sin saber qué procedía. Fuimos a molestar gente, a despertar, a soltar nuestra ansiedad con les demás. 

- Vergaaa, cómo se nota que les fue bien. 

Dijo El bebé sin quererse despertar. 

- Necesito que me des efectivo, de ayer. Para regresarme en la combi. 

Les dije a la noviamadre y a al mismo. 

-¿Qué necesitas? 

dijiste acercándote a la cabaña. 

- Efectivo, para la combi de regreso, ayer les di todo. 

- ¿Ya te vas?

- No , para después. Pero para que no se les olvide sacar. 

Tu coche no arrancaba y me sorprendió la calma con la que lo tomaste. No te enojaste, no te pusiste a putear en voz alta, nada. Resolviste al toque. 

- Nosotros nos vamos en ese coche

dijiste

- Ah ¿como si fuéramos esposos?

te dije

- Bueno, si no quieres no. Vete con ellos

Hombre de fuego. Se arde rápido, pensé. Todavía no había visto tu carta, pero tu ascendente Leo, ya empezaba a manifestarse. 

- Es broma, sí voy contigo. 

Chale, voy a ser yo la que baje un cambio acá. 

Fuimos a desayunar, con tu otro amigo, Eldemitribu. Les pregunté por sus corazones rotos. El porqué, el cuándo, el cómo. Preguntaron sobre el mio, y no entendieron, no entendieron porqué me dolía lo que me dolía. 

- ¿pero si tú lo cortaste? pinches viejas...

Algo así dijeron, "pinches viejas"  y pensé; he vuelto a Querétaro. 

Yo casi no tenía hambre, porque cuando me enamoro se me cierra el estómago. Como para no quedar mal, pero por mi  viviría de aire. Igual ahí no sabía que estaba enamorada. 

Subimos al coche, yendo a la tornaboda. Estaba nerviosa, quería llegar, volver a ver a mis amigos y sentirme en mi territorio. En el camino, ibas delante mío, estiraste la mano buscando la mía, así, para estar de la mano rumbo a la fiesta, y eso, me hizo sentir... ¿segura?

Bajamos del coche.  Nos adelantamos. 

- ¿Entonces, qué, ya te quieres ir?

De nuevo tu ascendente Leo.

- Uy,  ni cinco minutos juntes y ya me vas a reclamar. 

-No es un reclamo

- Sí lo es. 

Te detuviste, me miraste, fijamente. Sentí cómo de tu pupila algo entraba a mi intestino, duro, fuerte, claro. Nos besamos. 

- No era un reclamo

- Es más fácil decir. Quiero que te quedes. 

-Bueno, quiero que te quedes. 

- Aquí estoy. 



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