miércoles, 27 de junio de 2007

Si, así. (h. al l.a 20)


Aunque buscando impresiones,
cruza la tierra y el mar,
nunca se llena el vacío
del alma de Soledad.
Ramón de Campoamor.
-Se dividen en tres niveles: Inicial, intensivo y profesional. Las de forma de diamante son las de potencia, las redondas de control. Las de potencia tienen el peso en la punta y tienden a cabecear. Las de control tienen el peso en el centro y de ahí se reparte el peso. Las ventanas de la Lethal Weapon 5 y Cañon 5 hacen que sean más rápidas, pero eso mismo puede desviar la dirección del golpe. La 48.8 es la más potente de todas. A penas la bola toca la pala sale disparada.
- Pero esa no es legal ¿no? ( tono de hipócrita que se hace la que no sabe)
- Si usted juega en la federación nacional ( que no creo, es sólo una señora muy pija) pues no. Pero no creo que sea su caso ¿o si? ( el mismo tono de ella en el ¿no?)
- ¿Qué hay de la Pansy?
- Es la versión femenina de la Carbon 3. Equilibrada en control y potencia. Compuesta toda de carbono, lo que la hace mas resistente y potente. Actualmente la Zylon les está haciendo la competencia.
- ¿y de precios? porque vosotros os creeís los reyes del mundo y van por los cielos
-( entonces vayase a otra puta tienda y no me este jodiendo, sonrisa que imita a la de ella) La 48.8 doscientos cuarenta y nueve euros. Carbon 3 y Pansy doscientos treinta y nueve. Lethal Weapon 5, Cañon 5 y Cañon 48.8 doscientos veintinueve. Avant 45.8 y Hoops ciento noventa y nueve. Después si las busca más económicas ( no espero más de usted) La Zylon ciento ochenta y nueve... ( etc, hasta llegar a la kid de cuarenta y nueve, sólo por burla)
La clienta se da media vuelta. Mira con desprecio las zapatillas.
- ¿y éstas?
- Las M1 salen en ciento diecinueve. M1 Gap noventa y nueve. Las rojas de por acá, son nuevas, setenta y cinco y por último las Harrow cincuenta y nueve.
- ¿Cuál es la diferencia entre todas? si se ven iguales.
-Las M1 son sólo para hierba sintética. Las gap para cuatro tipos distintos de pista.
- ¿las otras dos?
- Son las baratas. ¿Le saco una de esas?
Sacáme las rosas. Quiero las mismas que Valeria Stugart (gran jugadora de pádel). No me importa el precio, son las menos feas.
- (entonces para qué tanta pinche preguntita, me importa un cojón de mico las zapatillas de esa Valeria)
- Ay son muy duras, pero me las llevo. Y quiero la Rainbow.
- ( claro no podía esperar más de ella, es la pala más cutre pero es rosita y tiene arcoíris).
- ¿Qué peso quiere?
- ¿Eso importa en algo?
- ( ¿no que muy picudita?) Es básico para los que saben de pádel ( me encanta usar ese tono de arrogancia en gentes como ella) Verá para una chica de su complexión estaría bien una de 350 gramos. Lo que no sé es qué tal su codo o su muñeca. A mayor peso, mayor potencia. Pero por ahí si es muy pesada le lastima el codo y si es muy ligera la muñeca.
- Ay, chica la verdad es que no sé.¿ Tú juegas?
- Claro, el pádel lo inventó un mexicano.
- ¿Y qué pala usas?
- La Carbon 3. Creo que es la mejor. La mía es de 355 gramos. Es el peso ideal.
- Pues entonces sácame una igual a la tuya.
La señora se va, después de explicarle todas las diferencias entre grips y overgrips, bolas y protectores.
Yo me quedo exausta de tanta pijería. He jugado al pádel dos veces en mi vida. Me enteré hace dos meses que lo inventó un mexicano. Ni quien lo sepa.Pero me sé de memoria todo. Es lo que tiene ser actriz. Es como repetir un diálogo una y otra vez con diferente interlocutor. Le vendí la pala más cara y con el único peso que me quedaba. Porque no soporto cuando se ponen tan chulitos. Y me importa una mierda el pádel y todo el asqueroso mundo que los rodea. Ojalá hoy no vengan monitores porque a esos si que no los trago. No puedo esperar a salir de la tienda. Hoy no soporto a los hijos de Aznar.
Salgo cuando todavía es de día. Hace mucho que no. Qué bien, sin ir a la escuela, sin tener que salir corriendo. Ver la luz del sol. Paso a Fnac.
- Perdona, ¿La voz de Lila? (sólo tengo el de la biblioteca)
- Está descatalogado.
Me llevo a Murakami. Por fin.
El bus ya pasó y me apetece andar un rato. Aunque San Sebastián de los Reyes sea un pueblo cutre. Con Mp4 todo coje colores. Así que salgo bailando y cantando. Feliz de poder ver el sol. Mika es buen compañero estos días, me hace bailar. Se acaba la pila. Cojo el bus y abro La voz de Lila quedan diez páginas. No sé si quiero acabar...
Lo acabo. ¡Dios que horrible sensación! Me duele el estómago y todo. Quiero vomitar. Creo que estoy temblando. Tengo que leer algo, otra cosa, ya, para quitarme ésta imagen. Busco en mi bolso. " El álbum del solitario". Dos páginas y no puedo dejar de pensar en Lila. Bajo del autobús. No soporto ir ahi. Camino por la Castellana. Ya sé que me están esperando en casa. No puedo llegar así. No quiero. Lila, Lila, Chimo, Lila.
Librería del Reina Sofía.
- ¿La voz de Lila? Está descatalogado.
Chinga! esto es cosa del nuevo presidente francés. Con todo su rollo facha de mierda. Sigo andando a casa y los nervios no se van. Me siguen esperándo. No me importa. Me han dejado de importar muchas cosas.
La fuente de Embajadores. Una terraza y tinto de verano. Vuelvo a intentar leer. No puedo. Contemplo el agua y con sus subibajas. Olvido el pádel, a Chimo y a Lila. La camarera me ve triste. No sé en qué momento me puse... me regala el tinto y unas patatas. Buen detalle pero tienen mucha sal. Voy veinte minutos tarde. Llego a "la casa". Están jugando rol. Trato de entender pero me pierdo. No es que me interese tanto. Me gusta verlos hacer el tonto. Son las nueve de la noche y no he comido nada en todo el día. Es que Lila... me hago un sandwich porque noto que mis dedos tiemblan. Ahí me quedo escuchándolos hablar de pociones, daragones, muertes y tratos. Me da risa, pero me aburre. Además me choca rogar. La última vez que lo hice fue a los quince. Al niño de los labios de fresa. Hasta que me pidió que dejara de rogarle. No lo volví a hacer. Bueno...si contamos a áquel romano drogadicto, porque tanta atención siempre es ruego. Ya no ruego... Solía esperar pero nunca ir rogando. Así que cojo mis cosas y me marcho a casa. No sé porqué estoy triste. O sí. Prefiero no pensar en ello y saturarme de internet. Escucho las historias de los de allá y me canso. Son las dos de la mañana. Me quedan cuatro horas de sueño. Otra vez. Las letras de mi diario se caen.

1 comentario:

pepe dijo...

buen círculo... aunque los odio. el personaje desoye tu estilo inicial, lo vuelve divertido.