martes, 26 de junio de 2007

para probar ( h al l. azul 19)

Que no hay tristeza en el amor
como sufrir y callar.
Calderón de la Barca.
Regreso, otra vez, de mi trayecto que tú llamas creativo. El llavero argentino resuena al abrir la puerta que a veces es nuestra. La que abrimos en estas noches. Sólo la lámpara encendida. Hojas rotas por el suelo y tu vaso de güisqui ya casi vacío. Sales del baño, reconozco a tu Emilia en el temblor de tus manos. Como cuando en el temblor de mis pestañas has reconocido a... los demás. Abro la ventana para sacar a las presencias. Después de todo por eso estamos aqui. Porque no supimos qué hacer con el amor, ni tu con el tuyo ni yo con el mio... o eso. Descubrimos nuestros demonios y la fascinación por ellos nos entrelazó. A ti te pierden las mujeres, a veces las hadas. A mi los que escriben.
Tiro tu copa de güisqui. Hay días que no quiero hablar. Te doy a probar un tinto de verano. No hago la cena porque no sé de tus placeres culinarios. Tampoco me interesa. Prefiero saciarnos con tu literatura.
Miras mis piernas y me provoca saltar a la cama a comerte. Que me comas. Por eso la falda de lunares. La cama que casi siempre es de una, a exepción de cuando estás tú. Cojes el pincel, otra vez, intentas en mis pies.Me dejo, me encanta, hace cosquillas. Empiezas a escribir en mis piernas. No puedo esperar a que llegues al cuello. Vas lento. A veces me gustan las pausas. Cuando me miras y son tuyas. Cuando la imagen se dibuja en tu nariz y mi ombligo. Subes. Justo debajo del pecho. Empiezas a dibujar curvas y sé que pronto vendrán las letras con tus labios. Que falta poco para el cuello. En mi pecho haces garabatos de tinta china, tan suave que casi no me toca. Todo en mi se levanta. Llegas, por fin, al cuello. Delíneas tu novela, letra por letra, con tu lengua. Hasta la D, que intentas remarcar. Esta tatuada. Desde los dieciseis. Muchas D's. Te colocas en la central. Entre los dos huesitos del cuello. Y ahí... te siento.. primero frío, a pesar del calor de tu cuerpo, ya encima del mío... y con la lengua una y otra vez tus letras... hasta que llegue la mañana y tu vuelvas a Emilia o a alguna Beatriz y yo a lo mío que no es tuyo...

3 comentarios:

pepe dijo...

a... los demás. puré de zombie

hada asesina dijo...

No necesariamente son los demás...beee

Anónimo dijo...

se llama maxilar occipital. los huesitos del cuello, ahí, al centro, se llama maxilar occipital.