sábado, 9 de junio de 2007

memorándum ( Homenaje al l. azul 5)

Los normales creen que todavía soy de los suyos.
Pero no podría permanecer ni una hora entre ellos.
Tengo necesidad de vivir allá,
del otro lado de ésta pared.
Pero allá tampoco me necesitan.
Sartre
Y Alicia tuvo que regresar. Del otro lado del espejo. Creía que su hermana estaría preocupada. Pero no. Su hermana seguía bailando con el gato. Ahora ya no podía volver a cruzar. Tampoco hacía mucha falta en ese lado. ¿Qué hace realmente falta? Porque después de un tiempo lo que en otro momento era indispensable se convierte en una pequeña cicatriz. Después se nos olvida qué la causó.
Alicia se sentó en las nueces recordándo el otro lado. Ya no había amalgamas ni ancas de rana.
Descalza anduvo sobre el mouse de fresa con olor a chocolate. Recogió sus lágrimas, las detuvo en sus manos y éstas rieron carcajadas de recién nacido.
Mika le cantó su "Grace Kelly". El carrusel de pasteles se iluminó; girafas, gallinas y ponis bailaron sicronizando las patas y las orejas.
Lluvia de galletas , una sabía a frambuesa con petalos de lima.
Alicia revoloteando con su vestido azul y pensando que Bunbury a veces le devolvía el sabor a pepinillos. Desagradable sensación.
Alicia que ya no fue Beatriz porque se tenía que cambiar de nombre. Pero a ella tampoco la habían comprendido los cometas y se perdió en la luna.
Billy Brown le dio la mano y acuarelas girando sobre las estanterías de muñecas.
Disney se llenó de gárgolas y Alicia tuvo que cruzar al otro lado. Para no sacar la gárgola que lleva dentro... ¿El otro lado de qué?
El capítulo 5 no llegaría haciendo referencia al 4 porque cada día se hace algo nuevo. Y a Alicia eso le dolío, pero seis años más tarde salió la segunda parte.
Se sentó con la muñeca fea y jugaron timbiriche juntas, pero Cri cri las regañó. Alguna debía estar triste. Tuvieron que regresar sin Plomero y Recojedor. Y Alicia transportarse a la barca de las maravillas con el señor Letwidge. Suerte que en el desierto un principito la rescató y la llevó a Exúperylandia a brincar sobre las bubujas del Parnaso.
Fújur los recojió para visitar a Artax que estába recuperándose del ahogo, todavía con lodo en las muelas. Alicia le regaló una piruleta de coliflor.
Alicia cantó. Billy Brown seguía bailando. También sobre las nueces. Aunque Geppeto dijera que era peligroso.
El mousse de fresa se hizo pegostioso. De los árboles colgando espejos, como en todos los lugares que había visitado.
Sólo le quedaba levantarse, cojer la otra pata del gato y bailar con su hermana.

3 comentarios:

Pach dijo...

superaste al chico de la chaqueta verde.. aunque se extraña... ame la interaccion de todo los personajes que incluiste y la forma en que los fuiste expulsando .. en 1 año espero un libro tuyoo querida hada jaja... que buen escritoo seguire merodeando por tu blog... hasta pronto

Solo Palabras... dijo...

Mujer, llegué hasta aquí convocado por tu nombre y no me decepcionó el hallazgo.
por momentos me sentí transportado por una espiral de alcaloides que me revolvían el estómago de puro placer.
Besos

Anónimo dijo...

Bunbury y tù la conocen.