viernes, 8 de junio de 2007

Bajo terapia (homenaje al l.azul 4)

¡Humanos! Criaturas que aspiran a
llegar al nivel de los dioses,
y condenadas, sin embargo
a parecerse a si mismas.
Goethe
A mis intrigados lectores que han estado añorando al chico de la chaqueta verde y han preguntado qué ha pasado con él y su historia con "chica".
He aqui, tengo que confesar lo que ha sucedido y porqué lo he dejado descansar. Tranquilos, sólo esta descansando.
Una de éstas últimas noches de cafés y experimentación literaria. Me encontraba recostada en mi colchón inflable, untándome crema en las pantorrillas, posicionándolas en alto y masajeando para que la sangre regresara a su lugar. En sujetador y bragas de encaje negros. Recién comprados para... algo que no pasó... Descansaba en inciensos escuchando a los Doors decirme "this is the end" Absorta ahí, en el momento, en la melodía, no escuché que alguien abriera o cerrara la puerta de mi habitación, pero sentí una presencia y el olor del incienso cambió. Voltié muy lento, como quien no quiere voltear, hacia la puerta. En el trayecto de la cabeza de un lado a otro, pensé que sería alguno de mis muertos viniendo a visitar. La piel de gallina hizo perfecta armonía con el encaje negro de las bragas. Cuando mis ojos llegaron al otro extremo de la habitación... lo ví. Sentado, con un cigarrillo en los labios y una mano en el bolsillo, el chico de la chaqueta verde me miraba un poco sonrojado.
Mi primer reacción fue cojer la minifalda rosa que tenía al lado y ponérmela encima de las bragas. Después, caí en la cuenta de quién era mi visitante. Era mi personaje; el adorable chico de la chaqueta verde. Yo había escuchado varias historias sobre personajes que se revelaban a los designios del autor y cómo muchos escritores habían sido asaltados por la voluntad del personaje. Así que supuse que de eso se trataba. Seguramente el chico de la chaqueta verde venía a pedirme que diera un giro a su historia, tal vez poder besar a "chica" o saber su nombre.
Lo primero que le dije:
- Haz el favor de apagar el cigarrillo. Odio que fumen en mi habitación.
Tal vez soné borde pero no me gusta nada que los personajes se subleben. Para una cosa que podemos controlar; nuestras historias. Ahora resulta que tampoco eso esta en nuestro poder y también en eso uno tiene que ceder.
El chico se quedó mirándome. No parecía haber escuchado. Noté que su mirada había descendido hacia mi escote. Me avergoncé un poco y me puse la bata de baño. Se sonrojó de nuevo. Me dio pena el pobre chico. Desencurecí la mirada y le pregunté:
- ¿Qué es lo que quieres?
Seguía mirándome perplejo. Parecía estar muy colocado. Un porro como mínimo. Se acercó a la ventana dándome la espalda. La abrió y sopló el humo en aritos. Hace mucho que no veìa eso detenidamente. Los aritos se disolvieron entre el aire azul marino de la terraza. Apagó el cigarro y cuidadosamente puso la colilla en la tapa de mi vela de manzana. Cuando alzó la cara vi que una lágrima estaba cayendo, traviesa, por su mejilla. Me miró pidiéndome ayuda sin abrir la boca. Me levanté, sequé su lágrima y con extrema ternura le di un beso en la mejilla. Lo tomé de la mano y lo senté conmigo en el colchón inflable. Supe que no debía hablar y me costó mucho no hacerlo. Me arrepentí. Salí a buscar un cigarro con mis compañeras de piso y regresé. Lo encendí con mi nuevo mechero en forma de camarita y se divirtió. Acostados en inflable con las piernas en alto y los ojos al techo, fumamos. Yo quería hacer rueditas y él me enseñó. A veces me ahogaba y tosía. Después reíamos.
No sé qué fue primero. La mirada o el roce. O los dos. La bata se desenganchó de mis hombros. Sentí cómo giraba hacía mí. Cerré los ojos. Nerviosa. Su dedo se enredó entre el tirante del sujetador y mi piel. Lentamente bajaba hasta el comienzo del pecho. Volvía a subir, bajaba, subía, bajaba... Mis ojos cerrados y otro dedo entre las bragas y mi cadera de un lado a otro. eLes cruzando mi cuerpo. Piel de gallina, otra vez. Cinco llemas descendiendo entre los muslos y el olor de la chaqueta verde, cada vez más cerca. Me recogió el cabello y un beso en el cuello. Un besito. Llemas en mis pantorrillas y por detrás. Subían a las rodillas. Su nariz soltando aire en mi cuello y.. más abajo.. más abajo... El verde y el encaje desaparecieron debajo del edredón. A ojos cerrados y boca abierta, cada vez más. Flotando, enredando y desenredando en el colchón inflable. Sueño..
Entre sueños "chica" llamó. Hablaba del chico de la chaqueta verde. Cuando desperté el chico de la chaqueta verde estaba dormido a mi lado. Lo desperté y... hablé
- Tienes que regresar con "chica"
Sonrió. Se levantó con la chaqueta verde ya puesta. Me sorprendí. En la cocina me esperába el café. No quise ver cómo se iba.
Es por eso, queridos lectores, que el chico de la chaqueta verde no ha aparecido más por aqui. Estoy llendo a terapias de cómo desenamorarte de tus personajes. He conocido a muchos escritores importantes ahí,cuyos nombres no puedo revelar.
Me han dicho que tengo que dejarlo descansar un tiempo y después volver con la historia. Porque de lo contrario en un arranque de celos podría matar a "chica" y ese no es su final.
Ahi tienen mi explicación. Enamorada de mi personaje. Anda que ya me vale.

5 comentarios:

Pach dijo...

vallaaa historia.. me encantooo.. espero que continues con la parte cinco...

(querida hada me extraña que puedas conocer a francisco, y mas por que no te conosco, en fin si el fue gran parte de mi dolor hace tiempoo pienso que me ha sido un poco imposiblee superarlo ya quee lo veo diario a causa d ser vecinos en fin .. esto no tien importancia... esperare tu prox cuentoo...) hasta pronto

Anónimo dijo...

Me encanto.. creo q yo tambien me enamore del chico de la chaqueta verde, desenamorate ya y q vuelva pronto... le queremos

pepe dijo...

¡pero si eso casi no pasa! un gusto. Te encontré otro estilo, luego te araño los ojos.

Pach dijo...

miedo al saber que conocemos alas mismas personas pero tu y yo no tenemos la mas minima idea de nuestras identidades.... al leer tu historia recuerdo mi pasado hacia tu sabes quien goblin jr ....

Anónimo dijo...

genial!!, con cada escrito trasciende tu estilo

knl