lunes, 14 de enero de 2008

h al l. azul


Sus alas de gigante le impiden caminar,
Baudelaire.
Así fue creciendo demasiado rápido. Los cerillos le quedaban cortos. Utilizaba pulseras de plástico para ocultarlo Pero las canas resaltaban a la pintura. Turbulencias inmejorables ante la sensación del vacío. Pasos ligeros donde el camino era excesivamente largo. Pestañas huidizas con la sensación de haber perdido. Los momentos se derrotan ante los malos recuerdos. Contaminó el pasado con las sensaciones del presente. Le dio las alas para no romperse en mil pedazos. Bebió levadura y éstas le revasaron. Quería haber sido pequeña. Fingía el tamaño, por eso la gente se caía cada vez que pasaba. Estirando los hombros, alsando las pestañas. Rompiendo el armazón de rinoceronte. La piel se erizaba al pisar la tierra. La calle no alcanzaba sus sancadas. El polvo intentó sujetarla. Pesaba por detrás. El aire seguía siendo poderoso y las hojas en invierno lo son más. Hacen llorar facilmente. Sus escamas desaparecieron, nadar dejó de ser fácil. Veía más y más allá. Hasta que los ojos se nublan. Pensar se convirtio en un vicio. Se adentró en un pastel porque extrañaba ir lento y cuando salió la cereza se atoró en el ala derecha. Esta cayendo hacia atras.

1 comentario:

limbocolectivo dijo...

Extraña creatura, se leé que sufrió.