viernes, 18 de enero de 2008

No, tú no.

Habitación amplia. Luces en color agogó. Tres ventanas con persianas que las parten. Luces de coches y cada 7 minutos pasa una ambulancia. Una cama matrimonial. Daniel, Ale y María están recostados en ella. Ale está totalmente desnuda. Daniel tiene calcetines ( le da frío en los pies). María sólo lleva el corsette negro con rosa que le robó a su abuela.

Ale- No sé, esto acaba de ser muy bizarro. ¿los puedo seguir llamando papás fuera de la cama?
María- Fuera de la cama... no
Daniel se sube los calcetines a la rodilla. Aún no sabemos cómo lo ha logrado.

Daniel- A mi me puedes decir papacito.
Ale- No me gusta lo chiquito y mucho menos los diminutivos.
María- No hay nada mejor que un bayles con tarta de mil hojas después de un buen trío.
Ale- Yo necesito comer tacos.
Daniel- (pensativo, porque es pensativo el comentario que va a decir) Creo que me sigue gustando más tu madre.

María rodea a Daniel con la pierna derecha ( desnuda).De frente los sigue la prescencia.

Ale- ¿Qué hora es?
María- Te encanta preguntar la hora después de dilatar.
Daniel- (pensativo, porque él es pensativo) Siempre se me ha complicado la retroalimentación.
María- Con que a mi me alimentes... lo retro está pasando de moda.
Ale- ¿Quién vive aqui?
Daniel- La única habitación que podría ser retro sería la tuya.
Ale y María se acercan.
Daniel- No, tú no.
María- Demasiados acercamientos te vuelven más. Aqui vive la abuela del mundo.
Ale- Déjalo duelen las llemas de los dedos.

Pasa una ambulancia y no se escucha la primer palabra de Daniel.
Daniel- duelen porque no escribes. Préstame tu mano.
Ale y María le dan la mano
Daniel- No, tú no.
Las dos la retiran.
Ale- Nunca dejo que me vean las manos y menos después del coito.
María- Las manos son la extensión constante de tu corazón. Tú tienes miedo en todo momento.
Ale y Daniel asienten
María- No, tú no.
Daniel- No, prestame la extensión constante de tu corazón, que yo no he terminado.
Ale- Pues el coito dijo otra cosa.
María- Yo nunca termino en los tríos. ¿Me ayudan?

Daniel se quita el calcetin izquierdo.
Daniel- ¿hace calor no? Dile a tu hija...
Ale- ¿Y quitándote el calcetín se te va a quitar? Yo no tengo hijas, todavía.
María- No, tú no.

La presencia que los tres sienten sigue ahí. Huele a peluche.

Daniel- Tres generaciones parecen interesantes...
Ale- Estás enfermo.
María- Si les toco la pelvis a los dos al mismo tiempo se me levantan los pezones.
Ale- Tus pezones siempre están levantados. A diferencia de los senos.
Daniel-(risa nerviosa, sus pezones también están levantados) ¿Podrían tocarme a mi también? Esto es enfermizo.
María- Ustedes viven rodeados de enfermedades. A mi me encanta tocar y que me toquen. No hay enfermedad en eso.
Ale- Sí y se llama ninfomanía.
Daniel- ¿María quieres decir algo al respecto?
María- Sí. No sé que sea eso pero aqui huele a peluche chismoso y abuela chamuscada.
Ale- ¿Por qué siempre tienes que sacar al tema a tu abuela? No soporto a tu abuela. Tu abuela es horrible. Me recuerda al corsete que traes.
María- Era de mi abuela.

La luz se acerca al peluche que los mira sonrojado sobre la mesilla de noche. Recargados el peine y el espejo de la abuela.

Daniel-Yo también conozco a la abuela.
ale- Porfavor alguien ya tire del gatillo.

Voz (en off)de la abuela- Después de una noche oscura, el despertar está lleno de posibilidades.

Daniel- Porfavor que alguien tire del gatillo.
María- A mi tírenme. De las piernas y de los brazos y si hay alguna lengua suelta traiganla.
Se acerca Daniel.
Ale- No, tú no. Yo tengo más fuerza y sé lo que a ella le gusta.
Daniel-¡Claro! a ella le gusta tu abuela...

Amanece...

María- ¿Podrían dejar a mi abuela en paz? Sólo quiero tener un orgasmo.
Ale- Ya has tenido suficientes. En cambio yo desde los cinco años no he vuelto a tener uno. Todavía recuerdo ese momento.
María- Soy muy buena actriz. Gemir es mi especialidad.
Daniel- Si, la primera vez es diferente, ¿porqué siempre es tan importante?
Ale- ¿Qué hora es?
Daniel- En la acotación dice que amanece.
Ale- Malditas acotaciones sin horario.
María- Dejar pasar las horas haciendo sexo. Porque nadie sabe hacerlo bien. Sólo hasta la quinta.
Ale- A mi quinta vez todo pasó muy de prisa. Era precos. Soy precos. Mamá tocame una teta.
Daniel -(exitado) Por favor tócale una teta.

Daniel baja la mano hacia su pene. Ale detiene su mano.
María lo hace y lame el camino que divide los senos de Ale.

Ale- ¡Tengo hambre!
María- ¡Cómeme!
Ale- Tienes un sabor muy añejo.
Daniel- ¿Alguien me va a tocar?
María- Sólo que prometas no decir "tú no".

Ale empieza a revolcarse en la cama consigo misma.
El peluche se sonroja.

Daniel- hija, ¿no te da pena?
María- Sólo quiere llamar la atención. A mi me conviene. ¿Qué quieres que te haga?
Ale- Sí, pero me gusta. Me hace sentir joven.
Daniel- Mámamela.
María- Soy la mejor en eso.
Ale- Sí, es la mejor. Recuerdo cuando te dieron el premio en la secundaria.

María recorre las piernas de Ale a lenguetazos hasta llegar a su pubis. Ale aúlla.

Daniel- Por favor, ¿alguien me puede tocar a mi?

Mientras María recorre las piernas de Ale con su lengua se lame el dedo índice y le hace cosquillas a Daniel entre las piernas.

Ale- María ¿porqué siempre te gusta hacer todo el trabajo a ti?
Daniel- Cállate. Por algo es tu madre.

María coloca el dedo pequeño de su pie en la boca de Daniel. Su boca ha llegado al ombligo de Ale.

Ale- Me voy. Tengo que ir a darles de cenar a mis hijas.
Daniel- Ahora entiendo que la voz de la abuela suspira. No, no me dejes de tocar, venga de felpa.

Ale se levanta. Se unta mantequilla y se incrusta la bata.
María y Daniel se cubren con la sábana. Hasta mañana.