martes, 31 de julio de 2007

cuando en cuando (h. al l. azul 44)


Cuando brillaba la luna no
veíamos la vela.
El brillo mayor oscurece al menor.
Shakespeare.
De cuando en cuando un beso antes de dormir.
La caricia minutos antes de la lágrima.
Sin interrupciones en el canto de las chicharras.
De cuando en cuando cuentos de aztecas y princesas árabes.
Colateral, el asfalto
cuando en cuando cruzas la calle y te sonríen.
Hermandades enúmeradas. Avaricia del lobo cuando en cuando tenía que matar a los pastores.
Entonces la Torre Eiffel y no las terrazas y el acordión antes del acordeón. Un anciando con polvo en las arrugas y petalos en las raíces del cabello.
Los locos que te comían el sueño
de cuando en cuando la pasta se les quedaba en las barbas. Ahora espectros enjaulados en el psiquiatríco.
De cuando en cuando la indiferencia ante la pesadilla atada,
solucionada.
De cuando en cuando los locos no dejan de salir de entre las paredes y las esquinas. Oliendo a miados antes que de cuando en cuando las orugas se te peguen a la nariz y te succionen las venas de los orificios.
Las películas son de cartón. Afuera, en la terraza y la fuente están las escenas. No en las melodías, en las miradas.
De cuando en cuando en los pies del peregrino que no encontró. Otros en grandes apartamentos escuchando a Mozart. Sin tierra,
ni pelusas.
De cuando en cuando la nieve y el sudor son indistinguibles ante las distancias....
bagones perdidos en el inframundo.
De cuando en cuando no quedan lámparas,
ni siglo de luces
la tibia y mediocre luz de una vela
que
puede
a pa gar se

2 comentarios:

pepe dijo...

tiene algo... espera

hada asesina dijo...

espero... ¿la adiccion?