martes, 24 de julio de 2007

aunque lejos ( h. al l. azul 39)


A serchi..
Vida oscura la del poeta
que nos expresa en la libre animación
de lo soñado esta verdad humana
de poder crear, de poder creer,
de ser o de poder hacerce sueño.
Sueño de vida.
José Bergamín
Tendré poco que decirte. Que tal vez no tendría que escribir esto. Bastaría con que leyeras Balada del mal genio y entendiéras mis porqués. Que lamento no poder servir, ya. De nada. No poder ser tu Amelié, ni mirar el cielo juntos. Se me han desgastado los consejos y la esperanza. Tienes razón, nunca puede faltar el tiempo para ver el cielo. Pero paso mucho tiempo en el metro. Te extraño, no te lo digo porque odio doblarme ante ti. Pero extraño tus brownies y los chocolates para mamá. ¿Recuerdás que te soñé empapado por la lluvia, triste y la triste era yo? Ya sé que te hago reír. Que nos enfadamos de todo porque no sabemos estar juntos. Que me fascina cuando aceptas tus debilidades y me burlo de ti cuando crees igualar a Einstein. Que pocos me llaman "migajita" con el cariño que lo haces tú. Aunque después me digas que estoy gorda y me debatas al Ché. Publico esto para que veas que no me das pena. No te evado cuando me cuentas de tus vacíos. Es que ya no tengo palabras de aliento. Me las arrancaron, ahora están sustituidas por ironía. Ni siquiera mis sarcasmos. Ayer caminaba y me dieron ganas de correr. A toda velocidad y que estuvieras tú del otro lado de la acera, mojado por la lluvia y con los brazos abiertos. A veces necesito tanto tus abrazos. O tus canciones eternas en el piano. Lo que sí es que puedo prescindir de tu soberbia y tus cantos. Es que lo haces muy mal.
Me gustaría poder consolarte. Regalar un poco de la esperanza de esa Amelié que veías en mi. Volver a conectarnos en sueños. Ya no hablo agudo ¿sabías? Es que no tengo a quien molestar y la garganta me pesa muchos días.
Yo también abro el períodico y me siento vacía. Tu paseas por Polanco, autoafirmando tu ego, seguramente para llenar el vacío ¿no es así? Yo tengo que trabajar mucho, pero también autoafirmo mi ego con faldas.
Y somos, los novios que nunca hubieran podido serlo, los hermanos que nunca hubieran podido serlo. La cascada que sólo cayó en las tardes de lluvia entre la montaña y el lago. Aunque no aprendiéramos inglés, ni filosofía, ni literatura. Juntos no podemos, y menos política.
Sigo diciendo que si llegas alto me levantaré en armas en tu contra. Y tú pensando que mi arte es barato y carezco de talento.
Mejor estar lejos y extrañar nuestras pláticas que acababan en discusión. O en noches tuyas frente al espejo intentando ponerte triste, o pagándome una limpia para que dejara de molestarte. Esta vez no hay chamanes que curen mi dolor. Creo que tampoco el tuyo. Tampoco hay novios a quien colgarles dulces, ni envidiosos que nos ponchen las llantas del coche. Nadie me lee la mirada en las mañanas. Sólo hoy, un bebé. Aquí sólo hay messenger y un encuentro casual de vez en cuando.
Impotente de consuelo. Nos queda el cielo en común y la sensación de haber sido derrotados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mientras escucho la tormenta caer, mientras el terrible insomnio engrapa estos parpados a mis cejas recuerdo esa censacion de estar contigo, de ver el cielo o de simplemte estar, solo estar. Te extrano