Sabes que salir de ahí no es fácil. Que cuando cerré la puerta estuve segura que era la última vez que volvería. La última vez que te me encimarías a besarme el cuerpo entero y decirme cómo a nadie habías querido como a mi. También tendría que parar de recojer mis cabellos de tu lavabo y soltarme el pelo donde fuera para no preocuparme por mi adn regado en tu recinto.
No siempre es tan fácil dejarte. Lo hago una y otra vez cada vez que me lavo los dientes. Hoy tengo un sabor amargo. Las encías están cubiertas de una capa que ya no se si es café, huevo o los cigarros que nunca me he fumado.
Escribes, reclamándome el desamor, mi supuesto desamor. Nunca entendí el tuyo. Lo confundes con necesidad y con ganas de encajarle a alguien la punta de tu entrecejo.
Escribo para poder aclararte que siempre te amé. Te amo como amo yo. A mi manera.
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