domingo, 23 de diciembre de 2007

porques

Eran sus ojos que decían lo que su boca no y lo que sus manos sólo por la noche. Antes de soñar. Entre abierta y dormida. Después, sola, escuchando a Marquez un imán en el estómago. Está el muro y la mayoría de "porque no". "Porque no", "Por qué sí". El peso entorpece la mirada y se vuelve imposible leer. No hay música qué bailar, sólo el calentador. Sigo con frío. Porque sí. Tocar la puerta. Porque no. Dos, cuatro, seis, vueltas en la cama. ¿por qué no? Sudor entre los pechos.
Entre sueños, uno, otro. La cama para tres. Vencen los "por qué no" que con el alcohol huyen. Son sustituidos por espadas en el vestido.
Es la boca, lo que sobresale. Aunque eran sus ojos los que decían lo que su boca no. Porque no. Los suyos y los mios. "Mira qué mexicana". Por ser algo.

Eran mis labios los que decían lo que mis piernas no. Aunque fuera al contrario. Porque no. Porque sí. Es la música, no son las cervezas, ni el alcohol. Son las letras; las de antes y las futuras. Eran otras y otros. Somos tantos. Porque sí. Hace frío. Dan las cuatro y mis piernas luchando con mi boca. Porque no.

Era su lengua la que decía lo que su corazón no. Co-ra-zón. Mucho sueño y remordimiento. Matanza. Ensangrentada del desamor. Sustituyendo con el oscuro de su lengua. Porque sí. No se logra. Sólo una sonrisa. Alguna risa. Porque sí. No hasta el corazón. Porque no. ¿Por qué no?! Piel de porcelana a las diez. Sin alcohol. Porque no.
"Por qué no te callas"

3 comentarios:

pepe dijo...

a mí lo que me más me gusta es tomar... ya sabes.

pero viajaré, prometo

pepe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
pepe dijo...

migaja... necesito un favor, pero dime si puedes y te mando el mail con las instrucciones, je...

ahí va la historia.

zombie, a beber