jueves, 18 de agosto de 2011

Devitt otro por mi

Siempre pensé que tu música era demasiado ruidosa. A mi me gustan los sonidos de sonajas y las imágenes de pelotas gigantes de colores, mientras que tú siempre preferiste el negro y el azul metálico con un fondo nublado.
Mis noches, antes de ti, eran de borracheras y coqueteos. A veces el atasque de algún barbón, músico o cineasta, da igual. A los artistas les encantan las barbas. Y como yo luego me jacto de serlo me enredaba en tantos cabellos. Después veniste-volviste y aunque te conocí en el delirio (ahora es mi palabra favorita) con el tiempo pediste que dejara de beber cuando estuviera a tu lado. No sé porqué lo hice, quiza tenía que haber estado eternamente ebria. De todas formas siempre me sentí semi ebria semi hembra a tu lado.

Para mi tú eres el rock en español y las frases que casi nunca entendí. Las ropas de una fuente disfrazada de velorio. Nunca te ha quedado el negro. Aunque te empeñes en serlo. Quizá por eso buscaste mi arcoíris. Igual somos dos cáscaras de doble vista.

Esa vez, la vez de mi vestido de flores, no te terminé de creer. Siempre me costaron tus palabras. Siempre que eran ya usadas y que la palabra princesa aparecía en ellas. Quiza era porque me recordabas a unos cientos mil y a otras trescientas más. Pero la sonrisa en tus labios al ver mis rodillas eran más que suficiente para saber que mi estilo japonés te volvía loco.

Fue difícil quitarte la camisa, los pantalones no tanto. Eres de sos que se avergûenzan más de lo de arriba que de lo de abajo. A mi lo que me avergûenza son mis uñas y el espacio que hay entre mis dientes de arriba y de abajo.

Me acuerdo, también, de la chaparrita que me compraste. Como si fueran los noventas y mis hermanos estuvieran detrás.

¿Así que tienes ipod? Pensé que seguías en los cassettes...

1 comentario:

Devitt dijo...

¿Cassettes? Jaja Soy amante de lo arcaico pero no tanto :)