miércoles, 27 de febrero de 2008

de maestra a alumna


El sexo para Bird e Himiko,
estaría vinculado a todas las miserias humanas,
a las desgracias de la humanidad,
tan terribles que quienes no las sufrían
actuaban como si no existieran,
comportamiento que se denominaba
humanismo.
Kenzaburo Oé.
De modo que apareció el día en el que se iba el otro. Después de toda una mañana mirando la ventana desde ese salón asfixiante. Oliendo un río artificial, arrullando a su corazón con letras de otros. ESperaba, todavía, en secreto, asomarse y que él estuviera allí. Verle el reconocimiento en la mirada. Respirar en él la falta que a ella le hacía. Que ojalá fuera él quien le devolviera la esperanza. La desilución constante de las personas. Las ganas de querer tener ganas. De querer cantar una canción con los pulmones llenos y las manos vacías. De querer saltar de acera a acera con los ojos abiertos y la sonrisa inquebrantable. De pensar que no siempre es igual.
Una tangente ha dicho la que habla en el centro. Cuando se cruzan sólo en un punto y después los extremos al infinito.
Apareció ese día. En forma de letras, también. Su cintura seguía sostenida por el de "que se yo, no me importa", entonces a ella tampoco le importó. Fue soltando uno a uno los dedos de su cuerpo. Los dedos de ese cuerpo extranjero. Unos dedos que a todos gustaban, hasta que sudaron. Ella los sintió fríos. Dejada de su mano, contestó a las nuevas letras que le renovaban las flores de la garganta.
El sonido de su collar al chocar con sus pechos cuando se quitaba la blusa mientras leía. Sostenida por un bastón de billar y las caracolas de las lámparas que se agitan cuando se siente sola. Las letras siempre acompañan. El olor de una nueva historia. El misterio del nuevo lector desconocido a medias. SE siente rara con los polvos de desodorante cayéndole por debajo de los senos y en el perfil de la cintura. Diminutas birutas blancas. Acaricia su cuello con las uñas, hoy pintadas de rojo. Cinco boquitas en su cuello. Se dilatan sus pupilas cada renglón más uno lleva a otro y otro. Leer siempre es un vicio.
La nueva lectura.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te quedaste bien enamorada

Anónimo dijo...

no fui yo! pero pus casi me enamoro!! no flata tanto!

Anónimo dijo...

desde hace tiempo leo tu blog y casi casi no existe un casi me enamoro tus cuentos solo hablan de casis y se nota que tus amores son un fracaso,. suerte la proxima ves