domingo, 17 de agosto de 2008

lk.

No sé. Es de pronto así. Que estoy leyendo y siento la necesidad de hacerlo en el volúmen más alto. Que necesito descargar todo esto que no sé qué es. Esta masa amorfa de acumulación. Las ganas de llorar por no haber sido coja, de empezar a quedarme sorda. El pánico ante los aplazamientos. Me paraliza pensar en lo que voy a sentir y estar esperándo. Esperando como una idiota. Las gentes se desvanecen en sus propios precipicios y ya estoy acostumbrada a verlos caer de sus pedestales. Porque así son las reglas y no hay nada más que hacer más que aguantar como las estatuas, recibiendo cagadas de palomas en los hombros y de vez en cuando en la nariz. Hasta que se vuelve imposible vivir sin ellas. Me inquieto y no logro detenerme en los demás, no logro ver sus caras, ni escuchar sus llantos. Me desespera cualquier intento de gemido, cualquier lágrima a punto de escaparse.cualquier lágrima que no sea mia. Así soy de egoista, de llana. Soy de todo, me lo dijo alguien una mañana mientras me planchaba el cabello y los pelos se quedaban en mi vestido blanco, él tomaba café con los ojos hinchados, ya casi lo había olvidado. Necesito un escenario y estar en otra realidad, una que no sea la mia, para poder descargar todo lo que guardo cuando me toca vivir a mi. Es una contradicción, lo sé, pero sòlo siendo otro personaje puedo sacar...eso, ya sea en risa, llanto o incluso en el silencio cargado de una escena chejoviana.
Necesito correr y pensar en lo que no he querido pensar, que aún no queriéndolo lo pienso todo el rato.

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