miércoles, 30 de abril de 2008

resorte (h. al l. azul)


El peor dolor es no poder compartir el dolor.
Dulce Chacón.
Vuelvo a caerlo. La cruz a veces se hace más y más pesada. Ya se que arrastrar carros no es cosa de uno. Pero yo no soporto la idea de que alguien me ayude a cargar algo que no le pertenece. Así que antes de golpearlo y hacerlo sudar lo echo. No se trabajar en equipo. Repelo la idea de los bastones y las ayudas. ¿Que es estúpido? Sí, suelo ser estúpida. Soy exesivamente estúpida y a veces tan increíblemente fugaz que me asusto hasta a mi misma. Yo no quiero coleccionar historias. No cuando aún me duelen en alguna parte del cuerpo. La impotencia ante la infelicidad de otros. Eso es lo que me esta comiendo, más que los hubieras. La responsabilidad de las sonrisas y los besos, la responsabilidad de la constancia, de no defraudar. Entonces defraudo antes de tiempo, para que no sea demasiado tarde y más doloroso después. Tendrían que enjaularme. La manzana de blancanieves. Roja, seductora y apetitosa, sin querer, llena de veneno. Amorfa.
- ¿porqué has perdido la capacidad?
¿Es una capacidad? Voy a contar todos mis incapaces, serían tantos. Encima soy una mala cabrona ¿no?
- Si vas a ser cabrón, selo de verdad. Nada de culpas y autorecriminaciones. Alguien tendría que decírmelo ahora a mi.
Irónica, agúda. Quema rosas antes de olerlas. Triste. Y yo no quería ser así. Yo siempre quise ser "un instrumento de paz", al parecer sólo logro ser lo contrario. Trancisiones constantes. Soy un elemento mareador. Incapaz de dejarme amar. Es curioso, unos no aman por miedo a que los lastimen otros por miedo a lastimar pero todos se mueren de ganas de poder hacerlo de poder estirar los brazos, cerrar los ojos, y dejarnos caer hacia atrás. Sinembargo vivimos luchando constantemente contra el amor, inconsciente. Para poder tener por qué llorar en tiempos de sequía.
De nada sirve enumerar mis defectos. Ya no sé si sea el miedo, o todo lo contrario. Sucede que me canso de ser hombre. Y me canso de los rostros tristes, de saber que hay que aguantar día con día, porque hay otros peor. De la decadencia de mis ilusiones. Ya ni siquiera me interesa cuestionarme. Nada. No se puede pensar en tantas cosas a la vez. Hay lluvia de plastilina negra y aunque las primeras bolitas no molestan, la tempestad llega a asfixiarte. Me quedo inmóvil. Nisiquiera el dedo pequeño puede moverse aunque todo el cuerpo me esté temblando por dentro. Un gran trozo de gelatina relleno de cocalight y café con leche. Arcadas al oler el alcohol. Sólo ganas de leer y dormir después de la gran comedia diaria en el teatro de la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El amor, ah!...el amor, será que esa palabra ya es tan sonada y tan pomposa que el simple hecho de decirla ya es algo desconsolado. El amor, creo yo a mi humilde modo de poeta latinoamericano de tercera generación, es la presecencia del espejo, el reflejo fantasma que sabemos nos mira y contempla, pero que no deja de ser un terrible fantasma, una mueca o una sonrisa que nos juzga a través de otras dimensiones, el amor, al final...es tan fácil de consegiur como una caja de caramelos, el problema es que nadie sabe del amor, nadie.

Buen texto, y sí, tal vez sí deberían enjaularte.